Lucifer

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El camino era tranquilo, no conocías bien la ciudad del todo, tu omega interno estaba tranquilo al ver a Alastor tomando tu hombro para caminar junto a él como lo hacían los hombres caballerosos. Las mujeres chismosas no podían aportar su mirada en ustedes dos, celosas o curiosas no importaba mucho la verdad.
Charla tranquila entre ustedes que no era algo importante para decir en la trama, te olvidabas que todos te miraban cuando estabas junto a él. Ni hablar de la unión de ambas feromonas, eso sí era algo que no se veía todos los días.

-Aquí llegamos Lucifer- Alastor tocó la puerta y sentiste una música clásica salir de la casa, era Rosie.

Otra vez el aroma vino hacia ti de la alfa, un olor a cocina y buen vino pero algo más oculto...
Sabía a....

A....

-Bienvenidos muchachos- sonrió mostrando unos leves colmillos, aquello te asustó.
-Creo que lo asustaste Rosie- Alastor te miró y luego a ella.
-Lamento por ello, estaba justo por sacar comida del horno.
-No sería una mala idea.
-Mmmm- estuviste pensando un poco y aceptaste con la cabeza.

Se sentaron los dos a esperar la comida de la alfa y pudiste sentir un olor curioso. A simple vista uno pensaría que sería carne asada de un animal parecido a la vaca o al pollo e incluso ciervo o conejo.
Aunque probando la comida sentiste que era algo que hace mucho tiempo no comías.
Recordabas por un segundo cuando fuiste visto por Lilith que estabas comiendo un ser humano muerto, trataste de explicarle que no era para tanto y que podías esconder el cadáver. Un gran error hiciste al tratar de que nadie te viera.
Reconocías la carne humana, no comías a menudo tanto por los guardias y los ojos curiosos. Pero aquí, hombre aquí sí podías comer tanta carne como quisieras.
Tus colmillos de serpiente empezaban desgarrando la carne rápidamente. Al mirar a los dos sentiste vergüenza por eso.

-Mira nada más, Alastor tenemos a uno de nosotros- los dos sonrieron y sentiste la caricia del parte venado.

Su cola estaba moviéndose de un lado a otro, Rosie estaba dando una pequeña sonrisa.

-Ay- te pusiste triste -. Lamento comer tan rápido.
-Eso no importa- Rosie no le había dado tantas vueltas a aquello -. Tengo un poco más ¿quieren?
-Por supuesto querida- Alastor fue el primero en hablar.
-Pues...no sería tan mala idea- lo pensaste bien y no rechazaste la oferta, eras un invitado de todas formas.

Ahora mismo estaban comiendo, en esa casa no tenías que aparentar no ser lo que tu naturaleza quería que fueras. Podías ser libre y sin miedo al rechazo.

-Y Lucifer- preguntó Alastor-. ¿Qué parte del cuerpo humano te gusta?
-Pues me gustan los muslos, tienen mucha carne.
-¿Muslos?- Rosie preguntó -. Bueno, yo prefiero la espalda, corto mejor la carne de la espalda.
-No no- cuestionó el de cabello marrón-. Para mi los glúteos son lo mejor, más suaves y ni hablar de los dedos- el ya se estaba fascinando con volver a comer dedos.
-Oigan, si el mundo comiera carne humana de un día para el otro ¿que harían ustedes?- preguntaste.

Ambos se miraron y luego de un rato se les prendieron el foco.

-Por supuesto yo lo que haría es crear recetas para cocinar mejor la carne en un libro- empezó la mujer.
-Yo lo que haría es promocionar eventos y hacer entrevistas y quien sabe, hacer reuniones- Alastor estaba comiendo un poco de carne humana.
-Yo no se mucho, pero tal vez sería algo bueno para el mundo, tenemos mucha sobre población y capaz si comemos carne humana podríamos tratar de arreglar algo.
-Pero no creo que se haga realidad- Rosie lo habló en tono molesto -. No muchos querrían comerse a un ser humano.
-Exactamente Rosie, igual no es culpa de nadie solo que no se abren a nuevas posibilidades.
-Puede ser puede ser- dijiste.

La comida había pasado rápido, los tres se despidieron y ustedes dos volvieron a sus casas, para ti fue un buen momento. Quién diría que por fin encontrarás un lugar cómodo dónde podías mostrar comidad.

♥︎𝔼𝕟𝕥𝕣𝕖 𝕔𝕒𝕟𝕚̀𝕓𝕒𝕝𝕖𝕤♥︎ /ʀᴀᴅɪᴏ ᴀᴘᴘʟᴇ/ [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora