COMIENZO

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Aun recuerdo cuando era niña, era demasiado pequeña y bastante flaca, mi cabello largo y un flequillo que ocultaba mi frente.

Vivía junto a mi madre y los hermanas veía a papá después de que salía de trabajar, era bastante alegre y hablaba hasta por los codos.

Quería que mi primer beso fuera a mis 18 años viajando a algún lugar desconocido y lavantar el pie una vez que lo diera.

Soñaba con ser bailarina bailar en un gran escenario, y aunque fue algo que nunca estudie lo soñaba.

Amaba bailar de todas las formas, la música y los aplausos, el vestido el color las luces el maquillaje.

Cada parte se volvía mía en ese momento en el momento en el que era yo, un momento indispensable un momento mío.

Quería ser estilista maquillar y maquillarme, jamás fui buena para dibujar y mucho menos para tocar algún instrumento.

Deseaba tener una linda casa lejos del lugar en el que vivía, quería viajar y conocer el mundo, comía poco y odiaba ir a cada de mi abuela porque siempre preparaban comida que no me gustaba.

Odiaba eso que me colocarán un gran plató en la mesa y no podía levantarme hasta terminarlo, pasar de estar llena y como era mayores yo seguía comiendo seguía llenándome hasta terminarlo.

Ambas las flores y el color rosa, imaginaba he inventaba juegos, corría , volaba, me daba miedo andar en bicicleta, me daba miedo escalar árboles, le tenía miedo a los animales.

Yo le tenía miedo a muchas cosas y sin embargo era muy valiente para muchas otras.

No recuerdo tener amigos, no recuerdo jugar bien con alguien más que no fueran mis hermanas o mis primas aunque poco a poco me alejaba.

-Estas frentona- me lo dijo, me lo pregunté y me mire al espejo.

Me mire una vez más y me aleje de nuevo, respire profundo y decidí taparlo.

-No no podemos jugar estás muy flaca- volvía a mirarme al espejo una vez más, mi ropa mis zapatos, como más o menos.

Pero seguía segia jugando seguía bailando, seguía siendo yo, con ropa ancha, con mi falda favorita con mis juguetes.

Recuerdo jugar afuera de la casa de mi madrina, era un gran casa de dos pisos con un gran portal, la casa era de color rosa, después se deterioró y la pintaron de un color naranja.

Recuerdo que tenían un vello árbol que daba moras, estaban ricas y todo el árbol se llenaba de ellas, por la parte de atrás podía bajar hacia donde estaba el cortar de los cochinitos.

Aunque había muchas abejas, aún recuerdo que me pico una, mi mano se durmió y no la sentía aunque no le dije a mi madre.

Podría recordar más pero cada vez es más confuso como un hoyo que se creo en mi cerebro en los memorias, manchas que no llegan manchas marcadas para cubrir todo lo demás.

Recuerdo saber escuchar historias, historias de muchos tipos de terror y leyendas, que tal vez invente o tal vez fueron ciertas alguna vez.

Tal vez las vi en televisión, como las películas de Barbie o cualquier otra caricatura recuerdo ver películas de terror, me asustaba el echo de entrar a la habitación de mi mamá, mi imaginación la veía como un cuarto de un hospital macabro.

Tenía miedo de encontrar un mounstruo un muerto aunque poco a poco me di cuenta que eso no era nada ni la mínima parte de un mounstruo real, uno que se convierte en lobo, uno que se convierte en un animal adecuando a su presa esperando cuál carroñero devorar.

Son importar que quien o para que solo debora sin medida olvidando que era desde un principio, olvidando qué era olvidando era era un ser humano.

Recuerdo soñar, soñar despierta soñar en vestir un lindo y grande vestido con brillos y de un color hermos, tener un peinado pacifico, un maquillaje especial, soñé que aprendía, aprendía a realizar experimentos leía en las bibliotecas más grandes y hermosas con montones de libros y grandes escaleras de caracol.

Que comiste cosas deliciosas, que me devoraba al mundo, lo comía bocado a bocado, que me convertía en esa Barbie que al bailar cerraba un gran vestido color rosa, que podia llegar un hada, un príncipe azul que me rescatará de un horrible torre.

Que me encontraría con una bruja y podría ser la heroína, podía combatir dragones, podía convertirme en sirena o tal vez en hada, podía ser una bella princesa.

Yo creía en cuentos de hada, en cuentos de magia y aún hay un poco de polvo de hada que puede brillar muy en el fondo de la oscuridad que ahora me rodea.

Creía en trolls entre las flores y las plantas, en hadas escondidas para no ser descubiertas, tenía una mejor amiga una que estaba oculta entre las flores.

Ella es una flor una muy hermosa que nsecita de el agua de la lluvia y el sol radiante, pero apesar de necesitar de ellos es hermosa y nunca dejará de serlo.

Esa amiga vivía lejos por lo que no podía verla siempre pero cuando la veía pasaban cosas que tal vez jamás olvide, nos divertíamos juntas, corríamos juntas y hacíamos travesuras juntas.

Éramos Liana y Alexa de castillo de diamantes, éramos Tiana y Charlotte de la princesa y el sapo, no recuerdo aver estado molesta alguna vez con ella y si lo estuve lo pudimos arreglar.

Recuerdo no tener miedo y si lo tenía desaparecía, me gustaba mucho hablar y decir las cosas que deseaba que me gustaban.

Recuerdo aprender muchas cosas gracias a mamá.

Escuchar instrumentos gracias a papá, el sonido de la guitarra o del piano.

Recuerdo entender lo que es cuidar con mis pequeños hermanos, sus pequeñas manos y sus pequeños pies.

Que poco a poco crecieron, recuerdo cuando la navidad era algo que esperaba con ansias, estar en familia y dejar de ver la televisión, comer tamales la azúcar.

Recuerdo cuando el año nuevo era increíble los fuegos artificiales y el gritar por ello.

Mi cumpleaños y cada cosa que me gustaba, no obstante poco a poco se convertía en solo eso un recuerdo.

EL CALOR DE LA LLUVIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora