Habia una vez, un mundo llamado moneda, este era brillante y giraba una y otra vez, lento y rápido al mismo tiempo.
Este mundo tenía dos lados, uno oscuro y otro brillante, aquel que era oscuro estaba rodeado de estrellas, estrellas que daban luz.
Una luz color plata brillante en este mundo no había color, solo un oscuro alrededor, las casas apenas se notaban y cada uno de sus habitantes robaban estrellas para tener algo que los alumbrará.
Este mundo brillante cuál diamante gracias a las estrellas estaba rodeado de presencias diferentes, sus cuerpos cuál carbón viajaban por el aire y el frío.
No tenían rostro pero si silueta, se comunicaban de una forma diferente y sabían cómo se llaman cada uno por qué apesar de ser del mismo color, su figura realmente era distinta.
En este lado de la moneda vivía una pequeña silueta, su nombre era distinto, sus manos suaves, el viento la alzaban y jugaba con el, seguía las pequeñas alimañas de humo que se creaban gracias al frío, jugaba entre las estrellas.
Y las atrapaba con cuidado para dar un poco de luz a su hogar, no obstante ella tenía miedo cada noche al dormir.
Su pequeña habitación escondía secretos, una luz brillante cuál dorado temible que la devoraba aquella luz de las estrellas que capturaba no llegaba hasta aquellos rincones.
Su miedo y temor la consumía dormía entre las sábanas deseando que aquella luz brillante no la comiera.
Mientras tanto en el otro lado de la moneda aquel lugar era totalmente distinto regido por un sombrero brillante que emanaba calor.
Los colores eran distantes entre amarillo y dorados, aquellos naranjas y rosados, las casas no necesitaban de luz.
Dormían poco y trabajaban mucho, tenían un lenguaje especial hablaban con la boca y creaban sonidos con la misma.
A diferencia del otro mundo ellos eran todos diferentes por fuera aunque todos en el fondo llegaban a pensar igual.
Tenian largas discusiones por como dormir y como soñar, crían en muchas cosas y aveces no sabían hasta donde llegar.
Entre todos ellos una niña destacaba de vestido amarillo y coletas de listón, jugaba entre la luz del sol, aquella animales que volaban polillas por llegar al sol.
Aunque aquella niña al llegar a casa a descansar, miraba su habitación con miedo y horror pues más haya de la luz una oscuridad llegaba.
Por debajo de la cama una luz brillante plateada la atrapaba.
Una noche mientras descansaba, el mundo moneda guiraba y al moverse a la izquierda, el brazo de la pequeña niña de luz brillante cayó.
La moneda volvió a guitar está vez a la derecha y de la misma manera aquella pequeña niña de luz plateada bajo su brazo.
Ambas niñas dormidas no se dieron cuenta, una como la otra llegaron a tocar su mano, y una vez que la moneda dejo de guitar ambas se dieron cuenta de aquello le tenían miedo.
No más que el mismo ser uno era su sombra y el otro su cuerpo.
Pequeño mundo moneda guira alrededor, le quitó el miedo a una pequeña niña que solo tenía que ver más haya de su alrededor.
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EL CALOR DE LA LLUVIA
RandomCuando era niña me violaron y ahora que he crecido duele a cada paso. Lo que pasó y lo que pasará lo que corta y lo que se tiene que soportar por qué ya nada puede cambiar Espera llegar a morir un día... Y sobrevivir los que faltan. Esperaba tanto...