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—¡Te deseamos todos, cumpleaños feliz!

Esa mañana Olivia se despertó con bastantes voces cantándole al unísono el cumpleaños feliz. Empezó a sonreír incluso antes de abrir los ojos

—¡Remus! —exclamó la chica al abrir los ojos y encontrarse al castaño allí.

Se levantó de la cama de un salto y se colocó de rodillas en ella para abrazar con fuerza a su amigo.

—¡Yo también estoy! —se quejó Peter con un puchero y caminó hacia ellos para unirse al abrazo.

—A ti te abraza luego —dijo Sirius con mala cara.

—Déjalo, Black. No te había visto Pet—dijo la morena abrazando a Peter con cariño.

—Pide un deseo y sopla las velas, Liv —le dijo James con una sonrisa enorme.

Olivia no se había dado ni cuenta de que también estaban los señores Potter, cargando entre los dos una enorme tarta con quince velas.

—No la llames así, idiota —se volvió a quejar Sirius.

Olivia se levantó de la cama con una sonrisa, divertida por la situación, y puso su mano en la nuca de Sirius para que dejará de quejarse. El chico relajó notablemente la expresión, tal y como un cachorro cuando consigue la atención que buscaba.

La morena cerró los ojos pensando en su deseo y sopló las velas con fuerza para apagarlas todas de una.

—¿Ya podemos comérnosla? —preguntó Peter ansioso.

—Primero tenéis que desayunar —le recordó el señor Potter.

—¡Tarta para desayunar! —exclamó Olivia y todos los chicos estuvieron más que de acuerdo.

—Está bien —terminó por ceder Euphemia con una sonrisa— pero solo por esta vez.

—¿Me perdonas si te digo que no he podido comprarte nada? —le preguntó Sirius en voz baja cuando estaban de camino al salón.

—¿Teniendo mis pendientes, mi reloj, mi anillo y mi colgante? Te lo perdono todo, Black —bromeó ella.

—Te recompensaré. Te lo prometo —le susurró el guiñándole un ojo.

Olivia le apartó la mirada sonrojada.

—Quiero un poco más, señora Potter —pidió Peter cuando empezó a repartir los pedazos entre los chicos.

—No, que luego te dolerá la tripa —le contestó la mujer con tono autoritario— Os dejamos para que charleis, estaremos en el comedor.

—¿Cuándo habéis llegado? No sabía que vendríais tan temprano.

—No hace demasiado rato —le contestó Remus llevándose una cucharada de tarta a la boca— Nos quedaremos aquí solo unos días, la última semana de vacaciones volveremos para ir todos juntos al andén.

—¡Que buena idea! —exclamó Olivia de lo más contenta pasando un brazo por el hombro de Remus.

—¡También fue idea mía, Olivia! —le informó Peter buscando su atención.

Ella rió y lo abrazó a él también.

—La semana pasada hubo luna llena, ¿No moony? —le preguntó James— ¿Cómo fue?

Olivia Ross | Meradeurs EraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora