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—Lo he intentado mil veces —dijo Olivia— pero cada vez que me escucha decir tu nombre me repite el mismo sermón.

El moreno se alzó de hombros.

—Al menos lo has intentado.

Habían pasado dos semanas desde el inicio de las clases y, aunque Olivia estaba contentar de haber vuelto a Hogwarts, sentía que iba a explotar en cualquier momento. A la situación con Marlene se le sumaba la cantidad de deberes y cosas que estudiar de todas sus asignaturas, y la presión constante que hacían sus profesores con los TIMO's, en los que ellos se examinarían al final del curso. Además, Remus ahora era prefecto y James y Sirius estaban más implicados que nunca con el equipo de Quidditch. Los merodeadores aún no habían sacado tiempo para hacer ninguna de las suyas y Olivia rara vez podía pasar algo de tiempo a solas con su novio.

—Señorita Ross —escuchó Olivia una voz no muy lejos— Que oportuna, justo la estaba buscando.

Olivia vio al Profesor Slaghorn acercarse a ellos alegremente.

—Buenos días, señor —saludó ella educadamente cuando llegó hasta ellos.

—Muy buen día, si —aseguró el hombre— casi tan bueno como su ensayo sobre la poción de la paz. Me ha sorprendido gratamente. El año anterior ya empezó a mostrar cualidades favorables con el arte de las pociones, espero que siga así.

Olivia sonrió agradecida.

—Señor Black —pronunció como si no se hubiera dado cuenta de su presencia hasta entonces— No he recibido su ensayo, pero seguro que de haberlo hecho habría sido también magnífico.

Sirius lo miró mal.

—Imagino que no contaré con su presencia en mi clase para años venideros.

—Ni aunque me dieran todo el oro del mundo a cambio—le confirmó el moreno con una sonrisa irónica.

—Eso creía —respondió el profesor no muy decepcionado.

—Señor, llegamos tarde a clase de Defensa contra las artes oscuras —dijo ella algo incómoda, a sabiendas de que a Sirius no le caía nada bien el maestro de Pociones— ¿Me necesitaba para algo más?

—Oh, ya lo creo. Me gustaría invitarla a una velada que se celebrará el próximo viernes, si no está ocupada.

Olivia torció su sonrisa cordial y la convirtió rápidamente en una expresión de incredulidad.

—¿Me está invitando a su Club de las Eminencias, señor? —preguntó ella casi sin poder creerlo.

—¡Ya lo creo! Será todo un placer tenerla allí —aseguró el hombre.

—El placer será todo mío —respondió ella sonriendo enormemente.

—Perfecto, pues. Les dejo ir a su clase —dijo el hombre— Ah, y el señor Black puede ir como su acompañante. Aunque no forme parte del club —añadió lentamente.

Olivia se quedó estupefacta viendo como su profesor se volvía a alejar de ellos y se giró hacia Sirius con una sonrisa.

—¿De verdad te hace ilusión formar parte de ese grupito de empollones?

•••

—Tengo que cartear a tu madre para que me envíe un vestido. Y unos zapatos adecuados —enumeró Olivia paseándose por la habitación de los chicos— ¿Y como haré para peinarme? ¡Ni siquiera sé hacerme una coleta sin que me salgan bollos!

James hundió la cabeza en su almohada.

—¿Has visto la estrategia del primer partido de la temporada, Potter? —preguntó Sirius consciente de que si el castaño seguía escuchando a Olivia hablar de ropa se tiraría por la ventana.

Olivia Ross | Meradeurs EraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora