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A la mañana siguiente Olivia se lanzó de la cama a primera hora. No podía esperar para ver el resultado de su broma.

La habitación estaba completamente vacía aún cuando faltaba una hora para el desayuno. Un silencio anticipado sugirió que sus compañeras ya debían estar en la sala común.

Al bajar escaneó la Sala Común rápidamente. Lily, Alice y Marlene estaban sentadas en una mesa y Lily le sonrió a la morena esperando que fuera a sentarse con ellas, sin embargo ella corrió al otro extremo de la sala; a la mesa más alejada de todas en la que estaban sentados cuatro chicos con una silla vacía para ella.

Aún era bastante temprano y por lo tanto la Sala Común de Gryffindor no tenía a demasiada gente, por lo que los chicos hablaban en voz baja e inclinándose sobre la mesa. Resultaba evidente que tramaban algo.

Olivia se sentó en la silla libre que había entre Sirius y Remus y preguntó:

—¿Habéis oído algo? —Preguntó la niña ansiosa.

—¡Por fin! Estábamos esperando a que llegaras para ir al Gran Comedor —dijo Sirius.

—Vamos —Dijo James levantándose y los demás le siguieron.

En el Gran Comedor no encontraron demasiados alumnos, ya que era bastante temprano todavía.

—Mirad. Ahí hay un chico de Slytherin —Informó Remus señalando discretamente una esquina de la mesa de las serpientes.

El chico en cuestión, encorvado sobre la mesa, tenía la cabeza gacha y el pelo le tapaba la cara. Desde ahí no podían verlo bien.

Sirius ladeó la cabeza indicando que se sentarían en el extremo de la mesa de Gryffindor para observarlo mejor.

Desde allí pudieron ver como el chico de Slytherin tenía varias ronchas visibles y que se estaba rascando la pierna con ansiedad.

—Ha sido un completo éxito —anunció James, que le lanzó una mirada significativa a Sirius.

Acto seguido James alzó el puño hacia Olivia y la niña lo chocó. Los demás hicieron lo mismo.

•••

Las semanas iban pasando y todo seguía yendo como había empezado.

Olivia pasaba los días casi al completo con los merodeadores; estaban juntos en las clases, en las comidas, y en su tiempo libre, siempre y cuando no estuviera en la biblioteca estudiando; o bien sola, o bien en compañía de Lily.

La verdad era que no pasaba con sus compañeras de habitación el tiempo que a ellas parecía gustarle, trataba de mostrarse siempre lo más cercana a ellas que podía pero se lo pasaba mejor cuando se juntaba con los merodeadores.

Las cartas que recibía de casa poco a poco fueron convirtiéndose en más cercanas y parecía que sus padres habían hecho el esfuerzo de tratarla como siempre habían hecho, lo cual la pequeña agradeció inmensamente.

Respecto a los castigos, habían recibido uno o dos más. A pesar de que la profesora insistió en encontrar al culpable del asalto a los Slytherin; no dieron con quienes eran los merodeadores. Los castigos que habían recibido eran porque los habían pillado a deshoras por el castillo sin la capa, porque accidentalmente habían explotado varios inodoros del baño de los chicos, entre otras pequeñeces.

Noviembre llegó y el frío llegó de lleno a Hogwarts. Olivia detestaba el frío. Sin embargo estaba contenta por la fecha que se acercaba. El tres de noviembre estaba prevista la primera excursión a Hogsmeade, la cual coincidía con el cumpleaños de Sirius. Y obviamente cuatro chicos tenían planeado sorprender a su amigo.

Olivia Ross | Meradeurs EraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora