Era 24 de diciembre por la mañana y Mina acababa de bajar del avión, se encontraba ya en Japón. Hacía mucho no volvía a estar ahí, estaba muy feliz y conmocionada por pasar estas fechas allí y más con su familia, le emocionaba bastante, era la única fecha en la que podía ir.
Salió por la puerta de llegadas, estaba buscando aunque sea a una cara que pudiera reconocer entre tanta multitud, pero era muy difícil, por los nervios había olvidado por completo la fecha que fecha era.
Logró ver a sus padres, salio y los abrazó, le emocionaba verlos.Tenían que conducir una hora hasta su pequeña ciudad natal, allí estaría toda su familia reunida, habían ido todos juntos a la cabaña familiar que tienen para celebrar Navidad, y eso le emocionaba aún más.
En el camino, observo cada detalle del paisaje que tenía, hasta las cosas mas mínimas e insignificantes, no las veía muy a menudo, no quería perderse nada.
— Mina, ¿te contamos que iremos de vacaciones a Texas? —Su madre le comentó.
— ¿Cómo? No, no lo sabía. —Confundida.
— Pensé que tu padre te lo había dicho. —Lo miró y río.— Iremos en febrero, todavía estas a tiempo de unirte.
— No lo sé, ese mes comienzo las practicas, tendré que ver.
— Bueno, ya nos dirás algo estos días que te tendremos. —Su padre le sonrió mirándola en el espejo.
Mina había nacido en San Antonio, Texas, pero aún no se considera estadounidense, pues no ha vivido mucho tiempo allí, sin embargo no niega sus raíces. Odiaría perderse ese viaje, pues ya van a años que no va a Texas, amaría tener la oportunidad de ir, pero era imposible librarse de las prácticas.
Al llegar, todos le dieron la bienvenida, había gente que no veía hace bastantes años. Desempaco todas sus cosas con ayuda de sus primas, mientras les contaba como era vivir en Corea y se ponían al día.
— ¿Y tienes algún novio? ¿Conociste a algún chico en todos estos años? —Una de sus primas preguntó.
— ¿Novio? Que va. —Río.— Desde él no he tenido nada, pero no por nada, simplemente me encuentro... Bastante tranquila, no sé.
— Oh, bueno, ¡quien dijo que hace falta un hombre para ser feliz! —Su prima bromeó. Ambas rieron.
La última vez que vino fue el mes que murió Min, se encontraba tan deprimida que viajó en recomendación de su terapeuta para desconectar y poder sanar, y que ahora vuelva sana y feliz es algo que hacía feliz a sus primas, las cuales estuvieron con ella en todo momento.
Al terminar de desempacar todo, salió a caminar por la zona, la cuál era un pequeño bosque abajo de una montaña. Amaba pasear por ahí de pequeña con su padre y su fallecido perro.
Amaba la paz que le daba el bosque, su país, su familia, todo, podría estar así todo el resto de su vida.
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Holaap, aquí esta la segunda parte del especial, espero les guste, recuerden votar y guardar la historia, me ayudaría bastante <3
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