—Eres la chica más afortunada del mundo —le había dicho a su clienta—. Organicé la boda de Wendy Houston y ella estaba más nerviosa que tú, y tú estás diez veces más guapa que ella.
—Eso no es verdad —le respondió la novia, encontrándose en el delirio fatal del nerviosismo—. Esto no saldrá bien. Me veo gorda; ¿y si no es el hombre adecuado?
—Mírame —le expresó Harry, comenzando a hablar con aquella ternura que lo caracterizaba—. Estás maravillosa. Deslumbrante. Eres la envidia de tu futura cuñada: Yanis —masculló con recelo su nombre—; en la prueba del vestido la oí decir: "mira esos muslos; mataría por los muslos de Trixie."
La novia sonrió fugazmente mientras discernía con la mirada agachada.
—Pero tienes algo más que eso —le escuchó decir, atrayendo su mirada nuevamente. Harry la condujo hacia el reflejo del espejo, y continuó hablándole—: el amor de un hombre llamado Ben. Un hombre que el otro día al entrar al ensayo de la cena, dijo: "¿Cómo puede haberme escogido a mi? ¡No puedo creer que vaya a casarme con la mujer más guapa que he visto jamás!" —por consiguiente, le volteó a ver directamente a los ojos con seguridad— Y eso me dice que este matrimonio tuyo no solo va a ir bien; sino que va a durar para siempre.
Conmovida ante sus palabras solo pudo abrazarlo con emoción. —Gracias.
Con alegría, el organizador de bodas comenzó a asegurarse de todo, empezando a caminar hacia las damas de honor que seguían arreglándose para el evento, encontrándose con una en especial, que se encontraba desmotivada al ver la carencia de sus pechos que no rellenaba el vestido que tenía que usar. Harry, con presteza, ceñió entre sus dedos la tela carecida y los junto con un broche, atrayendo la mala mirada de la dama de honor, pero al instante desvaneciendose al ver el resultado y otorgándole un gracias.
Empezó a moverse siendo el dueño de aquel lugar, planchando su traje con ambas manos al caminar, y consuetudinariamente empezó a dar órdenes de solayo, debido a la extremada pulcritud que adoptaba al momento de trabajar.
—Quedense en las zonas A, B y E, no quiero problemas con el vídeo.
—Muy bien, de acuerdo.
Empezó a subir por las escaleras, acomodándose el audífono en su oído. En el camino se encontró con algunos invitados que le felicitaban, y él solo se dedicó a sonreírles mientras continuaba con su caminata. Al estar ya arriba, se encontró con el sacerdote desesperado por encontrar un baño.
—Eso tendrá que esperar —le dijo guiandolo hacia donde venía, para luego caminar encontrándose con el gran panorama de la ceremonia. Se incorporó reñiendo hacia sus compañeros parlanchines, y se preparó para comenzar la unión, asegurándose de que las firmaciones y las luces estuvieran adecuadamente.
Pero ocurrió otro problema.
—Harry, no encontramos al padre de la novia —le advirtió el fotógrafo.
—Ya me ocupo yo —luego comenzó a hablar por el micrófono de su oído—. Niall, ¿y el P de la N?
—Te lo he enviado hace quince minutos.
Harry reaccionó circunspecto sin alarmarse.
—Cúbreme —le dijo comenzando a caminar—. El P de la N ha desaparecido
Se encontró con la pequeña pajecita de la boda apunto de dejar caer su primera flor, el planeador de bodas la detuvo negándole.
—No, cuenta hasta cien y vuelve a empezar ¿Bien? Gracias —le pidió gentilmente con una sonrisa, luego se alejó hacia el problema.
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Experto En Bodas (Larry Stylinson)
RomanceHarry Styles es el más prestigioso organizador de bodas de Londres. Está tan ocupado en hacer realidad los sueños de los demás, que no tiene tiempo para ocuparse de su propia vida. Un día, por casualidad, conoce a un apuesto médico que le salva la v...