Epílogo

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Las invitaciones se vieron listas ante las bodas próximas.

El nombramiento de Harry como socio de la empresa fue una recompensa agridulce.

Y Louis ni siquiera vio a Harry en su ensayo de traje.

El ojiazul llegó a su ceremonia nupcial en el parque, citado para prepararse antes de su boda. Un suave golpeteo apretó su corazón endeble, y una sonrisa dibujada con los nervios acompañando el delirio pernicioso de su discernimiento gritándole: no te cases; se posó en Harry viéndolo supervisar los adornos. Su cuerpo no supo como responder.

No sabía qué hacer, se encontraba más emocionado al recordar el rostro de Harry, que en la boda; y sin ni siquiera darle méritos. Era inútil, el no se iba a casar y menos ante los ojos de Harry.

Su pecho terco solo se llenaba de emoción al ver a Harry, su aliento solo se dedicaba a adorarlo, estaba convencido de que Bebe no causaba lo mismo en él, su corazón apuntó la flecha en el lugar indicado: en Harry.

Harry, por otra parte, se encontraba ya ayudandole a la novia por última vez, y ya rendido por los futuros próximos y aunque apesarado; se sintió feliz por ambos. Bebe se miraba preciosa con su vestido de novia, y terminando su trabajo; solo pudo sonreírle al desearle un futuro feliz.

—¿Qué hubiese hecho sin ti, Harry?

—Señor, lo felicito, los va a dejar boquiabiertos —le dijo el padre de Bebe, acercándose hacia ellos.

—Me robaron mi micrófono de la suerte, no puedo cantar sin ese micrófono —dijo la madre apesarada mientras pasaba por ahí.

—Todo saldrá bien, Bebe.


༻༺


Los músicos amenizaron el lugar mientras los invitados conversaban ante la espera de la novia, ella encontrándose todavía en el vestidor; y viendo su reflejo; observó a Louis detrás de ella.

—Tommo —lo encaró sintiéndose contrariada—. ¿Qué haces aquí? Es de mala suerte ver a la novia antes de la boda.

Louis la vio sonriéndole sinceramente. —Estás preciosa.

—Por favor, Tommo; vete —le dijo sonriéndole mientras trataba de adaptarse al vestido—. Ya va a empezar la ceremonia; vete.

—Demos un paseo ¿Sí?

—¿Un paseo?

—Un paseo, vamos —le extendió su mano, encaminandola.


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—No, no ¿Qué dices, Harry? ¿Dejarme toda la boda a mi? —le dijo asustado Niall en la cocina.

—Tranquilo, todo irá bien, es muy sencillo.

—¡No me hagas esto! ¡Gery está ahí afuera!

—¿Y qué? Oye, te quedarás con toda la comisión si lo haces.

Niall cambió radicalmente un semblante a uno pasmoso. —¿Toda la comisión? Es más de lo que gano en un año... —meditó en voz alta para él mismo.

—Y la semana que viene nos iremos de compras juntos —le dijo ofreciéndole su kit especial.

—¿Por qué estás haciendo esto? —le dijo tomándolo.

—Porque tengo que ir a otro sitio.


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—¿Y si hablamos después de la boda?  —le dijo Bebe a Louis, los dos encontrándose en algún lado del parque, alejados de los demás.

—Dame un momento Bebe —le dijo tomándola de ambas manos, entrelazando sus dedos con los propios—. ¿Por qué te quieres casar conmigo?

Ella apenas blandeó sus pestañas rápidamente. —¿Qué?

—Necesito que respondas esa pregunta.

—Oye, Louis; me estás asustando.

—Tú nunca me llamas Louis —le dijo con el semblante calmado.

—Porque a ti no te gusta.

—No, no; yo nunca he dicho eso.

—¿A qué viene esa actitud?

—¿Por qué quieres casarte conmigo? —repitió de igual manera.

Bebe ladeó su cabeza sin comprenderlo. —¿Estás jugando? ¿Te estás burlando de mi? —respondió con paranoia, Louis le negó rápidamente— ¡Tú quieres dejarme justo en el día de la boda!

—No quiero dejarte, solo necesito que contestes a esa pregunta —le respondió rápidamente tratando de detener a Bebe que seguía delirando mientras comenzaba a alejarse de él—. Bebe, Bebe, no te vayas.

—¡No me llames Bebe!

—Bebe, escúchame. Lo que nos unió en la universidad ya no existe, ahora somos personas diferentes.

—¿Y qué? —le respondió parando de caminar, encarandolo.

—Yo sé que tú también te has dado cuenta. Escúchame, Bebe —le dijo tomando su mano— si deberas me quieres; me arreglaré ahora mismo, subiré a esa colina y nos casaremos.

—¿Seguro que lo harías? —le preguntó apunto de llorar.

—Sí, lo haría.

—Oh, Dios mío —dijo ella, dándose cuenta—, todas esas personas.

—No conoces ni a la mitad, Bebe. Tú y yo —dijo lentamente mirándola a los ojos— ¿Estás lista para eso?

—Sí —dijo dudando—. Claro que sí. Dame un segundo.

Bebe vio a su alrededor y luego encaró a Louis nuevamente.

—No. No quiero casarme contigo.

Ambos se sentaron cerca de un puente.

—¿Cómo llegamos tan lejos? —le dijo ella, luego de un momento.

—No lo sé.

—¿Y qué vamos a hacer?

—Eso es lo único bueno, haremos lo que queramos.

Ella apenas sonrió con una risa. —Hace tanto que no pienso realmente en lo que quiero. Tanto tiempo.

—Tampoco yo.

Después de un rato, Louis pidió un taxi para Bebe, llevándola hacia su sueño. Ella solo se despidió agradeciéndole con una sonrisa feliz.

—¡Ahhh! —Niall se acercó corriendo asustado hacia Louis por lo que acababa de ver— ¡Esa es la novia! ¿Lo es?

—Sí, lo es —le respondió Louis viéndola irse.

—¿Y no piensa volver?

—No —dijo Louis sonriendole, aún sin apartar su mirada.

—Ah, bueno —le que respondió Niall tratando de no entrar en pánico, llevándose los dedos a su sien—. Se me está subiendo toda la sangre a la cabeza, pero está bien, bueno, creo que me voy a desmayar. Voy a matar a Harry por dejarme aquí solo.

—Cálmate, Niall ¿De qué hablas?

—Estoy hablando de que el organizador de tu boda me ha dejado aquí solo para ir al ayuntamiento a casarse.

—¿A casarse? Pero- ¿Qué Harry va casarse? —le respondió entendiendo la gravedad de lo que decía.

—Sí, casarse.

—¡No, él no va a casarse! —dijo corriendo a agarrar un taxi.

—¡Sí casarse! ¡Lo que deberías estar haciendo tú! —le recriminó mientras lo veía irse en el taxi— Claro, vete; tendré que decirle a todo el mundo que ya no se armó nada.

Pero la suerte de Louis comenzaba a atenuarse lentamente. Había tráfico.

—¡Vamos! ¿Usted no conoce un atajo? Bueno, ¿sabe qué? Al carajo, deme ese maldito volante.

Louis se salió de la carretera tomándose algunas libertades, y al ya estar libre su paso, aceleró con demasiada rapidez. Al ya llegar al ayuntamiento, al ya estar apunto de arrebatarle a Timothée a Harry, privandolo y diciéndole que es solo suyo, que ni siquiera puede mirarlo. Estudiando sus líneas próximas; sus pasos rápidos fueron interrumpidos con la voz de Timothée afuera del ayuntamiento, con la demás familia de Harry acompañándolo.

—¡Louis!

—¡Pero si es el médico! —había dicho Bart al verlo acercarse.

—¿Dónde está mi Harry? —dijo Louis viendo hacia todas partes, buscándolo desesperado.

—Yo soy su padre ¿Quién es usted?

—Es el médico —repetía Bart.

—Es Louis —dijo Timothy.

—Sí, soy el médico; y estoy loco por su hijo.

—¿Qué? ¿Por mi hijo?

—Oh, entonces tú eras —dijo Timothée entendiendo todo lo que pasaba.

—Lo siento, lo siento. Sí soy yo —le respondió Louis.

—¿Pero y Bebe?

—No, Bebe y yo no nos casamos.

—Parece que eso pasa mucho —dijo la anciana.

—Espera ¿No te casaste con él? —le preguntó a Timothy agarrándole de las solapas.

—No, no nos casamos. Yo no soy el amor de su vida; parece que lo eres tú, Louis —dijo sin rencores, pero sin poder evitar hacer un visaje apesarado.

—¿Entonces no te casaste con él? —dijo con felicidad mientras lo seguía agarrando del saco.

—¿No te digo que no me quiere? Te quiere a ti, Louis.

Louis le sonrió abiertamente al escucharlo.

—Jamás me hubiera perdonado el hecho de interferir en el verdadero amor de Harry.

—¿Pero quién demonios es usted, jóven? —preguntó la anciana del Scrabble.

—Soy Louis, hola.

—Es Louis, el médico —respondió Bart a su vez.

—Sí, soy el médico, estoy enamorado de Harry.

—¡Un momento, un momento! —Des interrumpió su alegría— Detente, ¿Me estás diciendo que tú lo quieres y él a ti también? ¿Y hoy ninguno de los dos se casaron?

Louis se dirigió hacia él. —Exactamente.

—¿Entonces qué demonios estás haciendo aquí hablando con nosotros? —dijo emocionado— ¡Ve por él!

—¡Eso es lo que haré! —le respondió marchandose.

—¡Ay, qué lindo yerno!

Timothée lo llevó en su motocicleta, que decía "recién casados" Todos en la calle los felicitaron y Louis siguió el juego lanzandoles besos mientras en su casco tenía el velo que Harry iba a usar. Timothée aceleró, el atardecer comenzaba a mostrarse en su camino mientras se iba a oscureciendo y Louis ansiaba volver a ver a Harry.

—¡El parque de nuestra primera cita! ¡Gracias Timothée! —le lanzó el casco corriendo rápidamente hacia el árbol.

—¡Tratalo bien!

—¡Eso haré, no te preocupes!

—¡Bueno, porque aún hago más ejercicios que tú en la caminadora!

Timothée entristecido lo vio marcharse a su encuentro, luego su semblante cambió rápidamente al ver un joven muchacho pasar por su lado.

—Oh, hola.

Louis se encaminó lentamente hacia una esquina del árbol, viendo a Harry sentado abriendo el paquete de dulces que Louis le gustaba comer. Lo vio desechar igual que él los dulces de colores, solo dejando los marrones.

—¿Solo te comes los cafés? —le dijo a sus espaldas, comenzando a sonreír al verlo tan lindo, con un suave abrigo tapando su traje de bodas. Harry lo volteó a ver.

—Bueno —empezó a sonreír al verlo, sus lágrimas se humedecieron—, alguien me dijo una vez que tienen menos colorante porque el chocolate ya es marrón.

Louis lo vio paciente mientras hablaba.

—Y ya no he podido olvidarlo.

—Y yo no he podido olvidarte a ti.

Louis se acercó hacia él y se sentó a su lado. Los dos vestían sus trajes de bodas, nadie se podía imaginar que venían de bodas diferentes.

—¿Dónde está Bebe?

—Está camino a Balí. Ese era nuestro viaje pero no nos casamos.

—¿Por qué?

—Porque ella necesita rehacer su vida. Y yo...

—¿Tú qué? —le preguntó Harry después de un momento en el que él no terminaba de explicar— ¿Qué quiere Louis?

—Quiere bailar. Contigo —agregó luego de una pequeña pausa.

Ambos se levantaron del árbol hacia enfrente de éste.

Louis por fin lo besó como tanto lo habían ansiado los dos.

Experto En Bodas (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora