Capítulo 5: Flores, café y ojos verdes.

2.1K 312 66
                                    

Al día siguiente, luego de un merecido regaño y una orden estricta de tomarse unos días libres, Drey finalmente fue liberado de las garras de Madame Pomfrey y pudo salir de la enfermería.

—Días libres. No tengo tiempo para eso... —Y aún así, a regañadientes, tuvo que acatar la orden (No por su salud. Solo porque lo amenazaron con que había personas en la biblioteca y los lugares alrededor que avisarían a la enfermería si lo veían descuidarse nuevamente).

Cada segundo que pasaba, cada minuto que no estaba investigando, era otro minuto que pasaba lejos de su hogar. Otro minuto lejos del cómodo sillón de su sala, de sus tazas con diseños bonitos, de sus partidas de ajedrez con Ron, de sus tardes de lectura con Hermione, de los cafés con crema de Harry, de los tontos chismes que Pansy le filtraba antes de publicarlos en sus revistas, o de los viernes de karaoke con todo su pequeño (Pero seguro y querido) grupo de amigos, donde cantaban hasta que su garganta se sentía como una lija y sabía que no podría hablar por los próximos dos días.

Suspiró con frustración. Ahora más que nunca necesitaba uno de esos abrazos de Harry, los que lo apretaban tan fuerte que le exprimía las preocupaciones, el miedo y la ansiedad. Sentía que podía vivir en uno de esos abrazos, derretirse y fundirse en los brazos del moreno sin pensarlo dos veces, sin arrepentirse un solo segundo.

Ugh, cuánto extrañaba a Harry.

•••

—¿Y qué se supone que hace él aquí?

Ahora, sin trabajo que lo distrayera, había sido rápidamente arrastrado por el trio dorado en un intento de ocupar su mente en otra cosa. Ir a Hogsmeade sonaba, en realidad, una propuesta bastante decente.

Al menos hasta que alguien más se unió al plan.

—Bueno, técnicamente soy yo ¿No es así? Puedo salir con él también —Había insistido Malfoy ante las quejas repetitivas de Ron durante todo el camino a Hogsmeade— ¿No puedo salir conmigo mismo?

—Puedes, ¿Pero tiene que ser justo cuando nosotros también estamos aquí?

—Tal vez si ustedes no estuvieran todo el tiempo pegados a él, entonces no debería hacerlo.

Ron hizo un sonido extraño, antes de contestar nuevamente, seguido de otra respuesta de Malfoy, y así seguían y seguían. Sentía que una vena le estaba creciendo en el cuello.

—¡Bien, suficiente! —Drey dio un resoplido, deteniendo el paso para ver al resto del pequeño grupo— Estamos saliendo porque se supone que yo debo tomarme algo de tiempo libre para estar tranquilo ¡Así que dejen de pelear de una vez!

Los cuatro adolescentes se miraron entre sí en silencio, antes de alzar la mirada hacia el mayor y susurras un ligero "Lo siento". Drey solo suspiró, antes de retomar el camino.

—Además todos tienen derecho a estar aquí. Dejen de pelear por idioteces —Dijo, justo antes de abrir una puerta para entrar a la posada Las Tres Escobas. Hacía tiempo no estaba ahí, pero estaba seguro de que ese lugar no había tenido grandes cambios incluso en su propia línea de tiempo.

Se acercaron a una mesa y tomaron asiento en silencio. Ron, Hermione y Harry, como era de esperar, se decidieron rápidamente por cerveza de mantequilla.

—¿No van a pedir cerveza? —Hermione los miró, cruzando los brazos sobre la mesa y recargándose ligeramente en Ron.

—No me gusta —Respondieron ambos rubios a la vez, compartiendo una mirada en silencio. Parecía que sus gustos eran bastante constantes.

—Oh... —Harry también los miró, pasando la vista de uno al otro.

Ahora que los observaba bien, lado a lado, realmente eran la misma persona. Las mismas pestañas largas, los mismos ojos perlados, los mismos dedos largos con uñas perfectamente cuidadas, y el mismo pequeño lunar casi invisible encima del nudillo del dedo anular.

Harry Potter y ¿Por qué hay dos Malfoy? [Drarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora