Cap 4: pesadilla

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Antes de acostarse y de caer en un profundo sueño, Izuku tomó entre sus manos aquel dibujo algo garabateado y suspiró para sí mismo, tal y como lo haría un tonto enamorado.

—Vaya... quién lo diría, mi vida dio un giro inesperado, ¿o no, Kaida?—murmuró, acariciando con suavidad a la pequeña gata.

Kaida maulló suavemente sobre su mano, apagándose más y ronroneando con la misma ternura. Izuku le otorgó un beso antes de alejarse y recostar su cabeza en su almohada azul cielo, la cual tenía la forma de una estrella marina.

Izuku siempre había tenido una predilección por las cosas extravagantes: almohadas con formas inusuales, adornos únicos y pinturas abstractas. Sus gustos artísticos eran refinados; le encantaban las obras con un contraste de colores adecuado, aquellas que no eran ni demasiado coloridas ni demasiado sobrias, sino que encontraban un equilibrio agradable a la vista. Esto era típico de un dibujante promedio, aunque él prefería el término "artista en progreso".

No solo le gustaban las cosas coloridas y llamativas, sino que también le apasionaba observar su entorno. En esos momentos de soledad, cuando encontraba un lugar con una linda vista, sacaba su libreta de dibujo de pasta dura oscura y su lápiz. Solo con eso, era capaz de crear lo que su madre llamaba "obras maestras". Izuku pensaba que aún tenía mucho que mejorar, pero sabía que no dibujaba tan mal.

Tanto pensar lo estaba llevando lentamente al mundo de los sueños. Cerró los párpados y siguió acariciando a Kaida, que se encontraba recostada en su pecho, aún ronroneando con cada caricia.

--Buenas noches, Kaida --dijo por última vez antes de quedarse dormido por completo, con el aroma tranquilizador de su entorno y el deseo de volver a ver a aquella criatura majestuosa y extraordinaria.

...

Izuku...

...

Izuku...

...

—¿Quién me habla? —contestó, al mismo tiempo que abrió los párpados.

Extrañamente, no estaba en su cama. Se encontraba en un espacio repleto de girasoles. ¿Qué clase de sueño era ese? Últimamente solo tenía pesadillas feas, así que esto era algo nuevo y desconcertante.

...

No soy "quién", soy "qué".

...

N-No entiendo... —dijo, confuso y desorientado.

Era tan extraño; podía sentir su cuerpo extremadamente ligero. Solo escuchaba una melodiosa y agradable voz que lo guiaba a un destino desconocido. Sin embargo, todo era tranquilo. Casi podía apostar que ese lugar se parecía al paraíso mismo, donde habitaba la paz.

...

Cariño, ¿puedo preguntarte algo?

...

La voz retomó la palabra, y en su tono había un gran parecido al de su difunta madre.

...

Seguro.

Miró hacia abajo y solo veía sus pies y la misma ropa que llevaba cuando se quedó dormido.

...

¿Te volverías a enamorar?

...

Izuku se despertó de golpe, su corazón latiendo con fuerza y su respiración acelerada, como si hubiera estado corriendo.

Los vestigios de la pesadilla aún rondaban en su mente, haciéndole sentir una inquietud persistente. Con un esfuerzo consciente, comenzó a regular su respiración, inhalando y exhalando profundamente hasta que su pulso se normalizó. Finalmente, dejó escapar un suspiro cargado de amargura y, con un movimiento brusco, apagó la alarma de su despertador que seguía sonando, irritante.

—Solo otra estúpida pesadilla—murmuró para sí mismo, con voz ronca y cansada.

Aún sintiendo el peso de los sueños inquietantes, Izuku alargó la mano hacia su mesita de noche y tomó su celular. Sus dedos se movieron rápidamente sobre la pantalla, tecleando un mensaje con expresión seria y concentrada. Después de unos momentos, dejó el dispositivo a un lado, aún encendido y con la pantalla mostrando varios chats abiertos.

Buscando consuelo, se inclinó y levantó suavemente a su gatita, que estaba acurrucada a los pies de su cama. La pequeña criatura se dejó levantar con un maullido somnoliento, acomodándose en el hueco de su brazo. Con pasos decididos pero silenciosos, Izuku se dirigió a la cocina, llevando consigo a su compañera felina. Atrás quedó el móvil abandonado sobre la cama, su luz parpadeando débilmente en la penumbra de la habitación, un testigo mudo de sus pensamientos y conversaciones.


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》Ochaco Uraraka《

>Holii Izuku-kun ¿me preguntaba si querias ir hoy por un café matutino? :3:3
✔✔

Claro, no hay problema.<

✔✔

>😽😽😽>♡♡♡
✔✔

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Fue corto lo se, pero el próximo será largo lo juro ('~)/
--Muakkk

𝓐𝓵𝓪𝓼 𝓱𝓮𝓻𝓲𝓭𝓪𝓼  --DekuBakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora