Tú eres mi Edén (Lucifer x Adam) >PAUSADA<

XII

Capítulo 12: Angel.

Angel estaba conversando con Husk en el bar cuando vio a Lucifer acercándose apresuradamente a ellos, con una expresión llena de angustia. -¿Alguno de ustedes a visto a Charlie?- preguntó nerviosamente, a lo que Angel se encogió de hombros.

-No la he visto desde que armaron su pequeña escena de daddy issues hace una hora- respondió burlonamente. Sin embargo, Lucifer sólo respondió tirando ansiosamente de su cabello.

-¡La he buscado por todas partes y no hay ni rastro de ella! - Su respiración se agito y Angel mordió su labio incomodó. -Me preocupa bastante que haya hecho alguna tontería- confesó antes de ser interrumpido por el camarero que limpiaba un vaso.

-Bueno...Yo la escuché pedirle a Vaggie que la llevara al cielo...- reveló casualmente esta información, lo que dejó a Angel sorprendido mientras Lucifer se arrancaba algunos mechones de cabello rubio con frustración.

-¡Joder, esa perra si que está loca!- Exclamó Angel algo preocupado.

-¿¡Y tu...Tu no la detuviste ni dijiste nada!?- exclamó Lucifer, quien ahora estaba entrando en modo de pánico y todo lo que Husk hizo una mueca de disgusto.

-¿Qué es exactamente lo que quería que hiciera? No es como si estuviera estuviera trabajando de niñero- respondió con indiferencia, lo que provocó que Lucifer dejara escapar un profundo suspiro -Además...¿Que esperaba su majestad? pidió su ayuda y le dio la espalda...- La cara de Lucifer se sonrojo por la vergüenza y se dio vuelta frustrado conteniendo las ganas de despedazar a todos en ese hotel.

-¡Ya lo se, no necesito que un puto pecador de mierda me lo diga!- Exclamó harto y sin decir una palabra más, Lucifer desplegó sus grandes alas blancas y rápidamente salió volando del hotel,  Ángel miraba aún en la dirección donde se había ido el soberano del infierno después de insultar al Husk, después volvió su mirada a su vaso casi vacío y suspiro.

-Es pero que esten bien...- El contrario suspiro.

-Lo estara...Esa niña es más dura de lo que parece.- llamo la atencion de Angel y este sonrió de lado, ¿Acaso estaba tratando de animarlo?.

-Eres muy valiente o muy estúpido por atreverte a decirles sus verdades al puto rey del infierno en la cara...- Husk solo se limitó a mirarle sin expresión y volvió a limpiar las copas, volvio a dar un largo y último trago a su vaso para después dejar de sonreír y soltar un suspiro cansado.

-Oye ¿Estás bien?- La voz de Husk sonó suave y Angel sonrió de lado para mirarlo.

-Sí- Respondió casi por impulso, si bien eran amigos ahora, aún no se sentía listo para hablar de sentimientos y esas mierdas innecesarias donde se siente vulnerable y termina llorando, no, se negaba a esa mierda. -Gracias por el trago - Husk sonrió y negó con la cabeza.

-Bueno, si necesitas hablar, sabes donde encontrarme- Terminó así con la conversación y se dio vuelta para seguir limpiando copas, Ángel se puso de pie para después dirigirse a su habitacion, estaba algo agotado, esa tarde tendría que ir a trabajar, peino su cabello hacia atrás en un intento de reducir su ansiedad, no tenía ganas de lidiar con Valentino ese dia, se detuvo abrazándose a sí mismo para después cerrar los ojos, se sentía muy cansado de todo eso, un fuerte estruendo le hizo saltar por el susto, miro a todos lados con curiosidad y se acercó a la habitación notando que esta era la del mismísimo soberano y sonrió de lado. -¿Que oscuros secretos guardarás aquí?- ronroneo travieso y abrió la puerta topándose con Adam en el suelo junto a una pequeña mesa y un jarrón roto en el suelo -¿Oye estas bien?- se apresuró a levantarlo.

Si bien Charlie ya les había explicado que había perdido sus memorias y que no era una amenaza, él nunca lo creyó hasta que miro como aquel ángel que alguna vez se miraba ansioso por asesinar a cada uno de ellos, ahora estaba ahí en el suelo con su pálida piel llena de marcas profundas de colmillos y moretones, su ropa rota y sucia, ni hablar de sus pies descalzos y llenos de heridas, una mueca se formó en su rostro y noto como el de cabellos castaños y alborotados parecía que rompería a llorar en cualquier segundo. -Oye, oye, está bien ¿Que es lo que pasó?- Su voz salió más suave y comprensiva de lo que quería y se sintió incomodó de sí mismo.