Capítulo 39 Reencuentro de Héroes

198 18 3
                                    

Frío...

Un viento frío recorría el basto y lúgubre entorno infernal frente a sus ojos...

El aroma a fuego y a ceniza que entra en cada inhalación... y el amargo sentimiento mientras su cuerpo tiembla resintiendo sus heridas pero sin quebrarse era algo que arrastraba con cada miserable de sus pasos

Caminando con cansancio mientras que en sus manos llevaba las riendas de una gran caravana de caballos los cuales a su vez tiraban de una gran cantidad de carros llenos de cuerpos de soldados ya muertos

A su espalda un gran sable de doble hoja, casi del tamaño de su propio cuerpo el cual mantenía sangre seca pegada en su desgastado material

La ceniza ya había cubierto a una gran parte de los cuerpos que se encontraban encimados uno sobre otro... en parte tierra en parte ceniza

Aquel hombre llevaba una armadura negra mientras su cabello hondeaba con el viento gélido pues al respirar sus heridas se sentían menos dolorosas

Cubierto de sangre y solo con una manta de piel de animal encima de su armadura era lo único que lo protegía del terrible clima

Ese joven hombre caminó sin vacilar durante un tiempo llevando los muertos a su espalda

Durante un momento las aves sobrevolaron su ubicación, los cuervos y aves de rapiña que buscaban de alimento sobrevolaban el sitio con la esperanza de tomar algo de aquellas personas

Hombres, mujeres e incluso niños estaban sobre esas carretas, más de 3 docenas de carros y un casi un centenar de caballos acarreando a cuestas a toda la multitud de muertos dirigida por el guerrero negro el cual se mantenía sin expresión

Sus ojos reflejaban una densa y profunda oscuridad pues así como los cuerpos su alma parecía haber muerto, por dentro su espíritu se había quebrado y sus ganas de continuar poco a poco se desvanecían... siendo arrastrado como arena por una corriente hacia un lugar desconocido y sin fuerza para oponerse a ella solo podía dejarse arrastrar por ella

Al tiempo cuando sus pies ya dolían debido al peso de su armadura y al viaje a lo lejos divisó una gran muralla de fuerte aspecto, los vigías de inmediato vislumbraron las aves y por ende el aroma de la carne humana en descomposición

Soldado: ¡Al norte! -grito a sus compañeros señalando a aquel joven-

Una trompeta dio una señal a los caballeros custodios de los alrededores de la muralla señalando la ubicación, mientras una gran cantidad de guerreros vislumbraban la escena

Todos los guardias de la muralla y aquellos en tierra se prepararon al ver que frente a los carros y a los caballos había un joven de cabello blanco con las riendas de aquella tétrica caravana...

Casi de inmediato uno de ellos arrojó al cielo un relámpago que se desvaneció a unos cuantos metros por encima de aquella cuidad, un gran estruendo hizo que la tierra se moviera pues la señal había sido mandada

Dentro de las murallas había una gran celebración de personas, el rey estaba de pie sobre un podio solo para él, a su lado estaban sus caballeros más fieles de los cuales uno portaba una lanza, otro una espada y escudo, uno un gran arco y una mujer un par de sables

Todos a excepción del rey y sus caballeros celebraban lo que ellos creían era una victoria para los seres de fuego...

Estando cerca de aquella ciudad las puertas se abrieron mientras que los caballeros de plateada armadura abriendo sus ojos con sorpresa y terror vieron la carga de aquellas carretas

Izuku y la leyenda del abismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora