Un nuevo comienzo (parte 1)

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Ruslana estaba preparando sus maletas, tenía que empezar una nueva vida lejos de sus amigos, de su familia, y lo más trágico para ella, de su perro. Tenía todo preparado para coger el taxi camino a la estación, pero antes de eso tenía que despedirse de sus amigos, que la esperaban en la puerta de su casa con ansias.

- Chicos no me hagáis esto, que no quiero llorar - les dijo Ruslana - ¿Nos vemos pronto vale? -.

Su mejor amigo, Martin, se acercó a ella con los ojos llorosos y la abrazó como nunca antes lo había hecho. Claro que quería que su amiga cumpliera su sueño, pero, ¿por qué tenía que ser lejos de su casa?
Después de un minuto que pareció una hora sumergidos en un abrazo, un pitido de fondo les sacó de ese trance devolviéndolos a la realidad. El taxi de Ruslana había llegado.

- Te llamaré cada noche - le dijo Martin - .

Ruslana asintió, porque si decía cualquier cosa en ese momento estallaría en llantos.

Después de eso se despidió de su familia y del resto de sus amigos, después se subió al taxi dejando atrás su vida entera.

...

Una vez en el ave, Ruslana se colocó sus cascos, evitando el mundo exterior, y empezó a asimilar a donde iba. Decidió entrar a Instagram y empezó a seguir a su prima, con la que pronto tendría que hablar. Ella era consciente que su prima no estaba muy de acuerdo con su llegada a Zaragoza, digamos que no es su mayor fan, pero Ruslana no entendía muy bien por qué, no le había hecho nada. Decidió no darle más vueltas y al cabo de un rato se durmió con los cascos puestos, escuchando a su banda favorita, Måneskin.

Se despertó con la llamada de su padre, que estaba en Polonia. Toda su familia es de ucraniana, porque se mudaron allí cuando su madre era muy joven y había conseguido trabajo allí, pero lleva viviendo en Tenerife desde los 10 años. Su padre viaja mucho, así que pocas veces está por casa, es por eso que le hizo mucha ilusión que la llamara.

Un rato más tarde...

La ucraniana por fin llegó a Zaragoza, donde la esperaban sus tíos, aunque ni rastro de su prima. Ella se acercó a sus tíos y la recibieron con un abrazo, dándole así la bienvenida.

- Nos alegramos mucho de que estés aquí, Ruslana - dijo su tío - aunque sentimos que Naiara no haya podido venir -.

- No os preocupéis, gracias por dejar que me quede con vosotros - le respondió la ucraniana, soltándose del abrazo -.

Tardaron unos 20 minutos en coche hasta la casa, donde Ruslana solo les contó un poco sobre cómo le ha ido la vida estos años, ya que la familia es muy distante entre sí y digamos que no se conocen mucho mutuamente.

New life, new meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora