El auto entró en una especie de parque, o eso le pareció a Pipe, pero solo era el jardin de la casa, casa de tres pisos, con piscina y pequeño estanque de peces koi.
-tu viejo debe ser narco- comentó mientras bajaban del auto y caminaban hasta la entrada.
Blas se dio vuelta inmediatamente, clavandole a Pipe una mirada sumamente hostil.
-mi padre es uno de los mejores abogados de la ciudad, aspiro a ser la mitad de bueno de lo que es él, no hables sin saber
-yo hablo de lo que quiero ¿o que vas a hacer?¿tirarme con piezas de ajedrez?
-bue...dejen las peleas boludas para otro momento y trabajemos en nuestro proyecto por favor- dijo Flor interponiendose entre ambos.
Con ceños fruncidos, entraron a la casa y pasaron a la sala, lugar rodeado de obras de arte y vitrinas con trofeos y diplomas, con un piano de cola en una esquina y bajando unos escalones, una mesa rodeada de sofás de seda.
Los tres se sentaron allí, alrededor de la mesa, mientras una de las muchachas que trabajaba allí les servía jugo y les daba galletas recién horneadas.-yo opino que deberiamos trabajar en un parque de diversiones, uno de ustedes puede diseñarlo, el otro lo construye y yo hago los presupuestos
-los parques de diversiones no tienen presupuestos,se construyen y ya-dijo Pipe provocando la risa de sus compañeros.
-claro, ningún negocio rentable tiene planificación, ni presupuestos, seguro no tienen abogados ni contadores, de hecho ¿para qué necesitan cobrar entradas? que todos pasen gratis- comentó Blas, riéndose.
-¿que onda, gato? me parece que tenes ganas de que te rompa la boca a trompadas hoy
-dios boludos,basta, trabajemos que se hace tarde
Se asignaron las tareas entre ellos, Blas diseñó, Pipe comenzó a construirlo y Flor hizo la parte contable, comezaron a trabajar, era extraño, pero en silencio, sin ironías ni burlas, trabajaban bien, cada cuál en lo suyo y ayudando al otro si era necesario.
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La tarde le dio paso a la noche y pronto terminaron el proyecto.
-pueden quedarse a cenar, si quieren- dijo Blas, estaba cansado pero le gustaba estar con gente, con amigos, no era muy común, siempre estaba demasiado ocupado para eso.
Los dos aceptaron y al cabo de una media hora, estaban comiendo, por esa ocasión los tres solos, pues los padres de Blas tenían demasiado trabajo.
-en realidad ceno solo casi cada noche, da igual-comentó intentando restarle importancia a ese hecho
-bueno, somos tu compañia entonces- dijo Flor, mientras Pipe observaba un pequeño aparador que contenía botellas de distintos whiskys y licores.
-¿podemos tomar eso?-preguntó con atrevimiento mientras apuntaba al aparador, más concretamente a una botella de whisky.
No podían, por supuesto, Blas sabia que su padre iba a matarlo, pero quería divertirse, quería que ellos se quedaran un poco más, y...si, quería complacer Pipe, que era un boludo casi todo el tiempo, pero un boludo lindo.
-sí, pero acá no, subamos a mi cuarto
Tomaron una botella, la elegida por Pipe, y subieron.
El cuarto de Blas era probablemente más grande que la sala y la biblioteca, era enorme, repleta también de libros y trofeos.
El trio puso música y se sentaron en el piso a beber y conversar.
Flor no tomaba mucho, no le gustaba, pero Blas y Felipe comenzaron una competencia silenciosa por ver quién bebía más.Poco más tarde la chica se fue y ellos se quedaron solos.
estaban borrachos e incómodos, sobre todo Blas, que sentía la mirada intensa encima suyo.Nunca había estado tan cerca de un chico y definitivamente nunca le había prestado tanta atención a uno.
Pipe era distinto a él,era rústico, desarreglado, mal hablado y agresivo.Pero también era atractivo, tenía una mirada dulce, era musculoso, si bajaba un poco la mirada, y realmente lo hacía, podía notar que estaba bien dotado; gracias al alcohol y esos pensamientos, Blas empezó a transpirar.
-¿que me miras,putito? ¿te gusto?
Blas pestaño un par de veces como saliendo de un largo y pegajoso sueño.
-deberias irte-dijo él cuando comenzó a sentirse nervioso
-¿me relojeas la chota y me pedis que me vaya? eso no es de caballeros
-yo...yo no miraba nada-murmuró rojo de la vergüenza
Pipe sonrió y se levantó, listo para irse, sintiéndose algo triunfal, después de todo había abierto un poco las piernas de forma intencional.
-¿eso me lo puedo llevar?-preguntó apuntando a la botella.
-si-dijo Blas, sabiendo que no, pero no podía decirle que no a Pipe,al parecer.