No sabía muy bien que esperar, Pipe no le había dado mucha información, solo que pasaría a buscarlo por la tarde aquél sábado.
Blas se había preparado y se apuró para encontrarlo por fuera del barrio privado, no podía dejar que nadie los viera.
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Lo llevó hasta el centro y llegaron hasta las puertas de uno de los cines más antiguos de la ciudad.
-¿que hacemos acá?
-y yo creo que vinimos a dormirnos una siesta
-¿en serio?
-no, bebé, te traje a ver una pelicula, esa que me dijiste que querías ver, junté moneda por moneda-dijo orgulloso
Él lo miró con ternura, ese era un gesto muy dulce; Pipe tomó su mano para entrar juntos.
Blas no podía hablar y sentía las mejillas hirviendo, llevaban siendo novios algún tiempo pero esa era la primera vez que caminaban de la mano sin pudor alguno delante de la gente.
Pipe, orgulloso de haber podido juntar esa plata, compró los boletos para la película que Blas quería ver; cuándo fue a comprar pochoclos, Blas aprovechó para ir al baño, necesitaba lavarse la cara y despertarse, se sentía en un sueño.
Cuándo entraron a la sala vio que compró los pochoclos pero también su chocolate favorito
-me encanta este...
-lo sé, quería agarrarme varios pero me iban a ver
-¿que?
-no me alcanzaba para todo asi que...
-¡Felipe!
-nadie me vio-dijo sonriendo
-dios, ¿que voy a hacer con vos?
-darme un beso y explicarme que mierda vamos a ver
la película que iban a ver era una secuela de otra que era su favorita, asi que lo puso en contexto rápidamente mientras pasaban los avances de otras películas y luego la función empezó.
Vieron la película juntos comiendo pochoclos y el chocolate robado.
A Blas le encantaba escucharlo reír pero más le gustaba cuándo, en voz baja, le preguntaba si lo que estaban viendo se relacionaba con lo que le había contado previamente, le había prestado atención.
Cuándo terminó salieron comentando la película.
al pasar por el sector de pochoclos Blas se acercó y dejó un billete sin ser visto
-amor, nadie me había visto
-hay que hacer las cosas bien
-¿siempre haces las cosas bien?-preguntó encendiendo un cigarrillo
-lo intento
Él sonrió y salieron a la calle en busca de un taxi.
fueron esas calles tomados de la mano hasta la avenida, haciendo pequeñas paradas para darse besos.
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La vida de Blas, sin embargo, podía dividirse claramente en dos partes.
Por un lado pasaba su tiempo con Pipe, estaba enamorado y aunque él le dijera fantasioso, Blas solía soñar despierto muchas veces pensando en como iba a ser su vida juntos, no faltaban muchos meses para terminar el colegio, entonces podrían estudiar y vivir juntos y eso le llenaba de ilusión.
Pero la otra parte, la oscura, se volvía cada vez más difícil.
-¿un nueve? esto es lo último que faltaba, ¿tenes alguna otra forma de hacerme pasar vergüenza, Blas? decimela ahora así me preparo
-un nueve no es tan malo, cálmate- comentó su esposa sentada en un sofá cercano a dónde el hombre se paseaba enojado, mientras encendía el décimo cigarrillo de la ultima hora.
-¿que me calme? claro, para vos un nueve es mucho, porque nunca llegaste a nada, no estudiaste nada, vivís borracha con el alcohol que compro yo
-no le hables así a mi mamá- dijo Blas, cerrando sus puños y sintiendo un fuego adentro suyo, un odio retenido que le exigía salir y qué él se ocupaba de reprimir todos los días, lo bien que lo había pasado con su novio se había esfumado a penas regresó a casa.
-vos mejor cállate, y te conviene que subas esta nota- gritó el hombre, sacudiendo la hoja del examen de su hijo, parecia que cualquier excusa era buena para armar un escandalo y gritarle así.
Hacia días que Blas no podía dormir, su padre estaba cada vez más enojado, más irritado tanto con él como con su mamá, en la casa todo eran gritos y en la escuela parecía, o sentía, que iba quedándose atrás; las únicas salidas que tenia era junto a Pipe pero ya ni con él podía sentirse del todo libre, pues aún no le contaba nada sobre lo de su papá, le daba vergüenza.
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Luego de discutir durante varios minutos con él, decidió salir, necesitaba tomar aire, así que se dirigió a casa de Flor, quién vivía dentro del mismo barrio privado, pues ya era tarde y no quería molestar a Pipe.
-él solo se preocupa- comentó ella al pasar. Blas siempre llegaba a su casa de sorpresa, y ella no tenia problema con eso.
-no lo aguanto más, no creo que me quede en casa mucho tiempo más, si las cosas entre él y yo siguen siendo de esta manera
-¿y a donde vas a ir? tu viejo quiere lo mejor para vos, por eso es tan rígido
-mi padre quiere torturarme, quiero hacerme pagar por...la vergüenza que le doy, y yo no puedo vivir así, sintiéndome culpable de algo que me es natural, no sé, quizás pueda hablar con el papá de Pipe y vivir con ellos un tiempo...
-¿a esa villa?
-no le digas asi, es un lugar lindo
-¡por favor! eso no te lo crees ni vos, no encaja con vos ese lugar
Flor no estaba segura de que cosas podía decirle para que cambie de opinión, se había dado cuenta de que cada vez que intentaba acercarse un poco más a él ,de una manera algo más romántica o que al menos a él le diera a entender que ella tenia otras intenciones, Blas se podía tenso y se enojaba, nunca lo habían hablado, y de alguna forma prefería que sigan así, después de todo eran amigos y eso era mejor que nada.
Lo cierto es que llevaba enamorada de él algún tiempo y aunque sabía sobre la relación con Felipe ella creía que el chico nuevo no era bueno para él.
-bueno, creo que hay una alternativa-
dijo ella acercándose
Estaban en su cuarto aprovechando que sus padres habian salido un momento, Blas nunca se sentaba en su cama, siempre lo hacia en un pequeño sofá a juego con el resto de la decoración de la habitación, es decir, rosa furioso.
Flor caminó hasta dónde él estaba y se sentó sobre sus piernas dejando caer sobre su rostro la gran cola de caballo que llevaba en un colita alta, haciendo que Blas se tire hacia atrás un poco, como un acto reflejo.
-¿que haces?- preguntó algo incómodo al sentirla a ella moverse sutilmente sobre él
-¿y si fingimos ser novios? asi tu papá va a pensar que no sos gay
-ya le dije que lo soy
-podes decirle que te arrepentiste, si te ve conmigo se va a relajar, dejar de tratarte mal y podes seguir viendo a Pipe sin sentirte tan paranoico
-a mi novio no le va a gustar eso...
-no tiene porque saberlo
Blas suspiró y aunque era un claro error, decidió aceptar.
