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Amar y ser amado, no hay principio universal más sincero que eso. Mi padre me dijo que amar era entonces el acto más humano del hombre: entregarse por completo en cuerpo y alma sin interés alguno, dar sin esperar recibir. Pero yo tengo una idea diferente. ¿No era más humano ser amado? ¿Desear la aceptación plena de nuestras imperfecciones? ¿El hallazgo de un alma que ve en nosotros lo que ni nosotros mismos alcanzamos a ver?

El Príncipe de las Mariposas


De camino a casa, Thaliard y Cassius estuvieron en completo silencio. Cassius había cumplido su parte del trato, había estado coqueteando de manera muy educada con la señorita Gurney, la había sado a bailar e incluso se presentó ante los Ligarius. Thaliard se preguntó cuál habría sido el primer pensamiento de su cuñado frente a Bassanio. Estaba claro que jamás dejó expresadas sus intenciones de desposar a su pupila, pero también había insinuado cierta conexión con la chica.

Thaliard contaba con que aquello, sirviera por lo menos para contentar a Juliet.

Durante el trayecto, Thaliard pensó que Cassius haría preguntas. Pero si él tenía deseo de expresar alguna, jamás lo demostró. No hizo ninguna pregunta, ningún comentario y, por si fuera poco, tampoco le dio ninguna mirada. Parecía que se encontraba en un mundo completamente ajena a ese, uno donde él no estaba a punto de revelarle el verdadero motivo de su extorsión.

Thaliard estaba tranquilo. Él sabía que Cassius podría entender. Bueno, en realidad no tenía la certeza, pero confiaba en que, debido a su experiencia, pudiera al menos guardarle el secreto.

De lo contrario, Cassius saldría de casa a mitad de la noche con tal de denunciarlo.

Thaliard podría defenderse, o más bien, vengarse. Él podría revelar lo que habían hecho hacía tantos años y entonces arrastraría a Cassius con él por inmoralidad. Pero no lo haría, no porque no tuviera las agallas, sino porque no querría eso para Cassius.

Quería que fuera feliz y, aunque aún tenía dudas sobre lo de conseguir esposa (porque eran celos, él sabía que no su incomodidad no eran más que puros y malditos celos), él lo ayudaría a conseguir a una mujer que lo hiciera feliz. Así como Thaliard encontró a Adriana. O quizás ella lo encontró a él, y lo rescató.

Claro, sería después de asegurarse de que ella no tuviera nada que ver. Juliet le había mencionado que ella, al estar relacionada con los Bassanio, era invitada a muchas más fiestas y reuniones que él (lo cual era cierto) y que, al ser casi una rechazada total, ella era casi invisible y podría averiguar si algún aristócrata tenía algo que ver (lo cual era... estúpido). Pero eso hizo que él entendiera algo: ella sabía quién lo estaba extorsionando, o al menos tenía una sospecha.

Al llegar en la casa, Leonard se encargó de abrirles la puerta antes de que ellos pudieran golpear. Los saludó con elegancia y, después de ayudar a Cassius a quitarse el abrigo, Thaliard le dijo que podía volver a la cama. Thaliard se quitó su abrigo por cuenta propia, quizás buscando hacer algo de tiempo antes de aquel inevitable momento. Pero Cassius se acercó por detrás y le ayudó a retirarse de la prenda.

Con el Filo de la Lengua ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora