Siete días desde que tenemos registro que estamos en la isla han pasado. Los primeros tres días, fueron muy ajetreados, ya que tuvimos que construir nuestra propia ropa usando hojas, cuerdas y los materiales para talar los árboles. En aquel intervalo, logré cumplir mi meta de los cien árboles, pero tardamos dos días más en llevarlos hacia el punto de construcción por el hecho de que eran muy pesados.
Los dos últimos días los aprovechamos para cazar peces y así tener más alimentos que no sea frutas.
Pero ahora, ya era el octavo día que estamos en esta isla. Todos los materiales requeridos ya fueron obtenidos, ¿que más hace falta? Me gustaría decir, "me quedaré en el sofá tocándome el chichi", pero claro, ya me dirás tú que sofá ni que cuatro cojones me voy a sentar yo.
Ya se estaba haciendo de noche. Tanto Blanca y Alba habían salido a explorar la isla más en profundidad y Sara, por su cuenta, se estaba bañando en un rincón privado para que nadie la viese. Pero mira tú que privado cuando nosotras ya la hemos visto más que desnuda. Pero bueno, son gajes del oficio.
Al ser casi de noche y estar sola, decidí coger y irme a la orilla a sentarme y observar el vasto e inmenso océano.
Presiento que, la verdad, muy pero que muy pronto estaremos de nuevo en España. No lo sé, es un pequeño presentimiento que tengo.
Hasta aquí este capítulo. Ha sido bastante corto ya que se basaba en cierta medida en explicar lo que había pasado.
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El vacío de la vida
RomansaPaula, una joven de 18 años, carga con el peso de la soledad tras la muerte de sus padres a los 15 años. Sus hermanos, Gabriel y Adriana, la abandonan y se marchan a vivir a sus propias casas. Incapaz de pagar la hipoteca, Paula se refugia en una ca...
