Capitulo 37

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Había pasado exactamente una semana desde la desaparición de Jason. Joaquín se encontraba en tan mal estado, no comía, no quería dormir, no quería hacer absolutamente nada, solo quería a su hijo de vuelta.

Habían carteles con la foto de Jason por toda la ciudad, incluso pusieron un aviso en internet y en la televisión, pero nada había resultado.

Emilio y Mauricio cada vez estaban más preocupados por el estado de Joaquín.

Llamaba a la policía cada una hora para ver si había noticias.

Hasta incluso los policías levantando la voz le advirtieron que cuando tengan noticias de él llamarían.

Era un día nublado, eran las cuatro de la tarde cuando Mauricio convenció a Joaquín de que coma algo.

El celular de Mauricio empezó a sonar, lo tomó y al ver que era un número desconocido pensó en si debía o no contestar, pero al final se decidió por contestar.

-Hola -respondió dudoso.

Joaquín vio que él se puso pálido y se paró al instante, Mauricio lo miró fijamente.

-Barbara... -susurró él

Él sintió cómo su pecho se oprimía, no sabía qué sentir, si odio o alegría de que al fin se había atrevido a llamar.

Le quiso quitar el celular a su exesposo, pero él fue más rápido y se apartó, apartó el teléfono de la oreja y lo puso en altavoz.

-¿Dónde estás? ¿Dónde está mi hijo?-

-Hey hey, cálmate, tu escuincle está bien

Joaquín tomó el teléfono y se alejó.-

¡Devuélveme a mi hijo maldita! -exclamó con lágrimas en los ojos- Cuando te encuentre te arrepentirás de todo el daño que has causado -advirtió.

-Ah hola Joa -dijo amistosamente- A mí también me da gusto escucharte.

-¿Dónde está Jason?-

-Tu pequeño está bien, nos estamos llevando de maravilla.

-Que no me entere que le has puesto una mano encima, si no...

-Aja sí -interrumpió Barbara- Pásame con Mauricio, si no ahora sí le pondré una mano encima al pequeño.

Joaquín se relajó un poco y le pasó el teléfono a Mauricio quien la miraba atentamente. Mauricio tomó el celular y enseguida habló

-Barbara, te daré lo que quieras, si quieres dinero te lo daré, solo dame a mi hijo -dijo desesperado.-Te quiero a ti -dijo y colgó el teléfono.

Mauricio se quitó el teléfono de la oreja y lo miró extrañado.

-¿Qué pasó? -preguntó Joaquín.

-Colgó el maldito teléfono.-Debemos dar aviso a la policía.

Empezó a sonar el teléfono nuevamente, Mauricio lo tomó y al ver que era el mismo número que había llamado anteriormente, atendió de inmediato.

-Barbara?, Por favor Bárbara, dame a mi niño, estoy dispuesto a lo que sea con tal de tenerlo de regreso -suplicó.

-Está bien, amor, te diré dónde estoy -dijo ella y Mauricio estaba tan sorprendido- Más te vale no darle aviso a la policía porque si no te juro que mato al niño -Advirtió.Y ven solo Mauricio dijo que sí, no le importaba nada, solo quería a su hijo de vuelta.Barbara le dio la dirección y luego cortó.

- Nos dará al niño -dijo él mirando a Joaquín con una expresión de felicidad en su rostro

- Me ha dado su dirección -dijo poniéndose una chaqueta color negra y tomando las llaves de su auto- iré a...

- Iré contigo -interrumpió Joaquín.- Joa... me dijo que vaya solo y que no de aviso a la policía.

-¿Es mi hijo el que está raptado! -exclamó- Tengo derecho a ir.

Mauricio sabía que cuando Joaquín decía algo, se hacía.

Así que sin dar más vueltas fueron los dos juntos.Él dio aviso a Emilio, quien también iba en camino. El viaje tardó casi treinta minutos, estaban cerca de un bosque. Vieron una pequeña cabaña y estacionaron el auto.

- Quédate aquí -le dijo Mauricio a Joaquín. Bajó y se fue acercando lentamente a la cabaña.Tocó la puerta y esta se abrió dejando a la vista a Barbara, quien con un arma apuntaba a la cabeza del pequeño.Mauricio abrió sus ojos asustado al ver tal imagen.

- Barbara, baja el arma, y hablemos -Desde el coche Joaquín vio la escena y se bajó rápidamente del auto exclamando el nombre de su hijo.

-Oh mira a quien tenemos aquí -Joaquín intentó acercarse a Barbara pero se detuvo cuando esta la apuntó con el arma.

-Te he dicho que vengas solo -dijo ella- ¿Sabes qué? Jugaremos un juego -Mauricio tragó saliva al ver la cara diabólica de Barbara y se puso a pensar en cómo pudo salir con semejante loca.-Mauricio, mi amor, ¿a quién quieres que le dispare? -apuntó a Joaquín- ¿A tu ex-esposo, al que no puedes olvidar? -apuntó al niño- ¿o a tu pequeño engendro?

-Mauricio, mi amor, ¿a quién quieres que le dispare? -apuntó a Joaquín- ¿A tu ex-esposo, al que no puedes olvidar? -apuntó al niño- ¿o a tu pequeño engendro?

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Continuará...

Me dediqué a quererte (Emiliaco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora