capitulo 38

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-Barbara, no vayas a cometer algo de lo que te puedas arrepentir -dijo Mauricio tratando de calmarla.

-¿Arrepentirme de esto? -se rió- No seas ridículo.

-Baja la maldita arma y hablemos, ¿quieres?

-¿Sabes qué? Te lo dejaré más fácil, elegiré yo por ti -dijo Barbara, se rascó la sien con el arma pensando.

-No hagas eso, por favor.

-Ya lo tengo -exclamó-. Mataré al pequeño bastardo, así vives con el odio de Joaquín por toda tu maldita vida -apuntó el revolver a la cabeza del niño, quien estaba tan asustado.

-Papá -susurró el pequeño.

-¡NO! -exclamó Joaquín- ¡Mátame a mí! -

-Cierra la boca, maldito -dijo apuntando a él- ¿Últimas palabras, Jason? - Mauricio vio cómo por detrás de la casa empezaron a aparecer oficiales de policía acercándose sigilosamente detrás de Barbara.

Una mujer policía se acercó a Barbara y le apuntó a la cabeza.-Baje el arma y deje ir al niño.

Lágrimas empezaron a recorrer el rostro frío de Barbara, y fue soltando lentamente a Jason y arrojó el arma al ver que no tenía escapatoria.Jason fue corriendo a los brazos de su papi.

-Papi, tenía mucho miedo -dijo sollozando.

-Lo sé, cariño, lo sé, ya está todo terminado, ahora estás a salvo -lo abrazó con todas sus fuerzas.

Apareció Emilio y fue corriendo hacia donde se encontraban ellos.

-¡Jason! -exclamó y este fue corriendo.

-Papá Emi -le dijo- ¡Te extrañé!

-Yo también, pequeño -dijo abrazándolo. Miró a Joaquín- ¿Tú estás bien? -El asintió.

-Tú los llamaste -pregunto mauricio y emilio asintió-. Gracias, te lo agradezco mucho.

-No tienes nada que agradecer, sabes que quiero a ese pequeño como si fuera hijo.

Jason vio a su padre y corrió hacia él.

-¡Papá!-Campeón -dijo Cameron con los ojos cristalizados. Lo alzó en sus brazos.-¿Papá, por qué lloras?

-Porque me alegro de verte, sano y salvo -dijo y lo abrazó con más fuerza.Vio a Emilio a lo lejos y se acercó con el niño en brazos.

-Quiero agradecerte, si tú no hubieras llegado con ellos...

-No termines la frase, por favor -dijo Emilio.

-Te estaré agradecido toda la vida.

-Descuida, haría todo por este pequeño y por el hombre que amo -dijo Emilio.

A Mauricio le dolieron esas palabras, él era el que tenía que haberlas dicho, pero no, no tiene derecho a decirlas, no después de todo lo que ocurrió por su culpa.

Joaquín miró cómo esposaban a Barbara.

-Barbara Pierce, queda usted detenida por secuestro y maltrato infantil, tiene derecho a guardar silencio y todo lo que diga puede ser usado en su contra -ella forcejeaba por quedar libre, pero su esfuerzo fue en vano.

La llevaron arrastras a la patrulla.

-¡Esperen! -exclamó Joaquín.

Los dos hombres que la llevaban se dieron la vuelta. Él se acercó, la miró a Barbara y le dio un puñetazo tan fuerte que se cayó al piso. Hizo una mueca de dolor y se miró los nudillos.

-¡Maldita zorra! -exclamó Barbara-. ¡Me las pagarás, maldito! ¡Volveré por tu hijo!

Los oficiales lograron subirla a la patrulla y se la llevaron a la cárcel.

- Amor, eso no era necesario -dijo Emilio tomando su mano, observó sus nudillos que se veían morados.

- Oh, claro que era necesario, se lo merecía y mucho más.

-Ojalá se pudra en la cárcel.

-Tenlo por seguro.

-Tenlo por seguro

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Continuara...

Me dediqué a quererte (Emiliaco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora