Capítulo 4 - Dime en quién piensas cuando te acuestas [Reverse]

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De punta en blanco para tu fiesta

Y he pasado tres días con la misma ropa puesta
Loco por ti, perdiendo apuestas
Dime en quién piensas cuando te acuestas

(Porque yo pienso en ti)


Dos meses. Matías había vivido en modo piloto automático desde el rechazo de su omega hacía ya dos meses. ¿Cómo se suponía que debía seguir viviendo después de aquello?

El alfa llegaba, sonreía amablemente a todos, bromeaba y hacía como que todo estaba bien, grababa sus escenas y se retiraba a estar solo. No quería comer, no quería socializar, solo quería estar solo mientras su alfa interno se lamía las heridas.

Y para colmo tenía que seguir viendo como Agustín Pardella colmaba a su omega con detalles como comida, su abrigo cuando tenía frío y suaves toques aquí y allá. Siempre veía como Enzo le agradecía con una sonrisa cordial, dando a entender que si bien apreciaba los detalles del otro alfa, no estaba interesado en un cortejo. Pero a Matías eso le dolía igual, le dolía saber que él debería estar tratando a su omega como si valiese su peso en oro y no podía hacerlo.

De repente sintió los ojos de Agustín fijos en él y eso lo molestó aún más. El otro alfa lo miraba casi con preocupación, y notó mortificado como este se dirigía directamente hacia él.

-¿Podemos hablar un momento?

El otro alfa era apuesto e infinitamente amable, pudo oler la preocupación sincera en él. Lo odió aún más por eso.

Sin decir palabra hizo un gesto con la cabeza para que el otro alfa lo siguiese hasta que estuvieron fuera. Tenía la sensación de haber vivido eso hacía dos meses y no le gustaba nada.

¿Otra vez le iban a cagar el día?

-Dale, habla -dijo mirando al otro alfa.

-¿Qué te ocurre?¿Estás bien?

"Jodeme Pardela, ¿tengo cara de estar bien?" Era todo lo que quería contestar, pero podía oler que la inquietud del otro alfa era genuina.

-¿Soy tan evidente?

-Siempre me miras como si te doliese cuando estoy cerca de Enzo.

Que hablase de su omega con tanta confianza, como si estar pegado a él fuese lo normal, le dolió aún más, pero no cambió su expresión facial. ¿Qué era otro golpe más a estas alturas? Como no dijo nada, el otro alfa continuó.

-¿Qué sucede? Ambos tenemos ojos para apreciar su belleza, pero para vos es algo más, ¿verdad?

Nunca supo lo que le llevó a soltar todo de golpe y sincerarse con Agustín Pardella. Tampoco se arrepintió de hacerlo.

-Es mi compañero -dijo sonando vacío- Y él no me quiere, no desea tener un compañero. Enzo me rechazó.

Inmediatamente pudo oler la confusión, la sorpresa y casi el dolor en la esencia Agustín. Como alfa, podía imaginarse el dolor de que su compañero lo rechazase y no se lo deseaba a nadie.

-Oh, Dios mío, lo siento -dijo con sinceridad, dándose cuenta de que había estado cortejando a un omega destinado. Uno que además había rechazado a su alfa- Lo siento mucho. No lo sabía.

-No tenías manera. No es como si mi compañero hubiese hecho esfuerzo alguno por demostrar que deseaba que parases.

De repente notó los brazos del otro alfa a su alrededor.

-Nunca lo volveré a cortejar -le prometió Agustín, pero a Matías ya no le importaba. Ya no le importaba nada, aunque en aquel abrazo sintió un fantasma de calidez y lo correspondió.

love song reverse [Matienzo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora