Capítulo Veintidós

4 1 0
                                    

Antes de empezar el capítulo quiero contar que empecé la cuenta atrás para el final de este libro. Muchas cosas quedarán sin respuesta en éste pero, se le darán todas las respuestas en el siguiente.

Ahora sí.

Empezamos.

CHRISTIAN

— No se preocupe por el jefe, siempre pasa por acá, se queda en su lugar y después regresa a su oficina. El mismo dice que es para relajarse un poco de todo el ajetreo normal. — me comenta Noé mientras coloca un vaso transparente con un líquido espeso dentro. — Este es Sol, debe de ir primero para iluminar el camino, espero que sea de su agrado. ¿Va a querer algún tipo de aperitivo con la bebida?

— Traiga lo que sea conveniente, quedo a su recomendación el día de hoy — murmuro. Me quedo absorto en mis pensamientos. — cuando mi compañero llegue puede mandar a cocinar algo para almorzar.

— Señor, disculpe mi atrevimiento, pero lo que sea que lo atormenta en este momento puede estar seguro que todo se resolverá — me aconseja — además de mesero puedo escuchar muy bien, y distinguir a las personas. Usted tiene un aura muy tranquila pero fuerte. Logrará arreglar todo lo que ahora ve tan dañado.

— Gracias por el consejo. A veces me cuestiono muchas cosas, más que últimamente me han pasado experiencias bastantes extrañas a decir verdad.

— ¿Sabe que decían en mi época de juventud de este hotel? — me pregunta, aguardo a que prosiga —. Este hotel es dónde puedes recordar tus vivencias. No sólo de esta vida, sino, de las demás.

— ¿Vidas? — repito — ¿cómo, vidas pasadas?

Observa a su alrededor y asiente.

— Solo supe de qué hablaban los rumores hasta que entré a trabajar en éste lugar. Si busca bien, podrá conseguir información que le será de ayuda — susurra. — y señor, una recomendación, no luche. Sólo viva su proceso.

Con sutileza se retira, dejándome inquieto con mis pensamientos.

¿Y si venir hasta este país, hospedarme justo en este hotel, y todo lo que nos sucede a ambos esté conectado por algo?

Necesito respuestas.

Le envío un mensaje a Thomas para decirle que se acerque al bar, dándole las mismas indicaciones que recibí antes de venir y especificando estrictamente que no se acercará a la zona del dueño del lugar, porque conociendo a mi amigo, es muy capaz de acercarse solo para saciar su curiosidad.

Algún día nos van a meter presos por su imprudencia. Mi teléfono vibra varias veces. Son varios mensajes.

THOMAS: Al ver que estás en un bar y no leyendo lo que te envíe al correo, me hace preguntarme muchas cosas…
Mentira. Ya algo me decía que no ibas a leer nada. La experiencia se hace llamar.
Subiré después de cambiarme de ropa. Y para que te conste; ¡¡¡NO SOY TAN IMPRUDENTE!!!!

Una hora y media después Thomas ingresa con su particularidad, desde mi mesa puedo ver la interacción con el anfitrión, mucho más enérgica, totalmente al estilo de él.

Le hago una seña y riéndose de algo que seguramente es una locura, se acerca a mi sitio, sentándose justo delante.

— Tenías razón, estuve muy tentando en ir por el pasillo para ver esos cuadros — lo sabía — pero me contuve, sabes cuanto dinero debe de tener esa persona, más que tu y yo juntos, te aseguro que podría dejarnos pudriéndonos en la cárcel para siempre. Y para siempre es mucho tiempo, soportaría algunos años pero no moriría allí. Además, quién es esa persona en plan te observo y no me importa que te sientas incómodo pero hago constar que eres un animal para ser mirado sin más.

— Muy larga tu opinión. ¿La persona en ese plan lleva un traje negro, de estatura como de 1.80, en su mano izquierda lleva un increíble reloj cuyo valor debe de rondar entre los millones de dólares, y el ambiente en su alrededor es denso?

Los ojos asombrados de mi amigo, miran hacia él para regresar antes de decir;

— Mierda. Sí.

— Es el dueño. — le confieso. —  y posiblemente nos escuchó en toda la diatriba de cómo planeabas ingresar a un área prohibida de su hotel.

— No olvides que lo llamé psicópata y maníaco. Y obtuvo un buen chequeo de tu parte, que eso es lo que más me incomoda. — Indica.

— Cómo olvidarlo. — digo con ironía.

— Y yo que me imaginé siendo el amigo del novio del lugar — divaga.

— Thomas — le advierto.

— Eres un aguafiestas. Tengo hambre, me hiciste subir hasta el bar en plena hora del almuerzo y no has pedido nada de comer sólo bebidas — toma un sorbo a lo que Noe trajo antes que él llegara — ¡santa mierda! Que divino. ¿Qué es?

— Solo estoy tomando lo que el mesero nos quiera traer. Y ya pedí algo para almorzar.

— ¿Entonces trabajamos antes de comer, hacemos pausa cuando traigan la comida y después retomamos? — me pregunta, aunque vine con otra intención concuerdo con el plan.

Rápidamente saca su portátil y un montón de carpetas de su maletín.

— Empecemos con lo sencillo. Recuerde que la semana entrante es el festival de tecnología que pidió asistir, he vuelto a confirmar la asistencia con su asistente, que prácticamente soy yo, y me han informado que su hermano pidió asistir los mismo días que usted.

— Es problemático, claramente el festival es la fachada, necesito hacer contacto con las empresas de asía para poder concretar la relación, pero con él será difícil hacerlo y encima lidiar con mi padre a la vez. Preguntale a Angelina si puede concretar citas en horarios fuera del festival, si tenemos que reunirnos en horas de la madrugada no me importaría.

— Le diré que mínimo una hora hay que conseguir.

— No me importaría media hora, sólo necesitamos acercarnos a ellos primero. Voy a pensar más en esto.

En media hora la comida está servida, y empiezo mi relato.

Le cuento a Thomas desde lo sucedido en el ascensor hasta que ingrese al local. Comento que todo me parece falso pero que empiezo a tener dudas al respecto y que no sé que hacer con todo lo que va sucediendo. No es como que pueda ir a cualquier persona y desahogarme. Esto solo es de nosotros cuatro, y dos personas no pueden ir con nosotros al otro lado del mundo.

Es frustrante.

Que debería de hacer, por dónde tendría que empezar para entender lo que está sucediendo. No sabemos si es algo normal, no sabemos si sucede a menudo. Y la mayor interrogativa es porque nosotros dos.

A pesar de haber investigado mucho sobre lo que les sucede, a pesar de mostrarse muy confiado y sin miedo delante de Camila, la verdad es que estaba a punto de morirse de un susto. No existen medios reales sobre lo que sucede. Solo hemos podido conseguir poca información para trabajar sobre ello. Es una pelota que cuando crees tenerla en mano solo rebota más lejos.

— Thomas, ¿Qué pasó con lo que me enviaste al correo?

Alma GemelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora