Alma Gemela

Capítulo Catorce

— ¿Tonces? —indaga Paola.

—Tu léxico me enamora. — murmuro.

—Admite que te da gracia.

—Lo que tú digas Paola.

— ¡Pero dime! —pide.

—Eres un grano en el culo, ¿lo sabes?

—Por dios, ya déjate de la intriga, esto no entra en la categoría de suspenso.

—Está bien—suspiro—. Cuando llegué a la universidad no vi a Gabriel, y pensé: oh bien, me dejará en paz el día de hoy. Pero no, ¡no! Él pensó que llevarme a cada una de mis clases era algo magnífico, cuando en la realidad no es así.

— ¿Y? —me apremia.

—Fui a la cafetería—sigo contando—, teniéndolo tras de mí, me compré un refresco, pedí que fuera el más frío y como no soy una dama...

— ¡Se lo tiraste encima! —exclama en un grito, está feliz.

—Exactamente—tomo un pedazo de queso y lo muerdo. — y también él quería comportarse como un caballero y pagó él, así que no gasté dinero. Pero espera, viene la mejor parte.

—Debiste de grabar su cara. ¿Mejor parte? Cuenta.

—Sí, pero después tuve que salir de allí porque el encargado del cafetín se molestó.

— ¿Los puso a limpiar o algo así?

—Sí, nos puso a limpiar, pero yo no lo hice. Dejé a Gabriel con el muerto y me fui de allí. —esbozo una gran sonrisa llena de felicidad.

Paola deja el cuchillo en el mesón y me aplaude. Eso me causa mucha gracia y es por eso que me río. Decido dejarla sola para que termine el almuerzo, y escucho aun sus aplausos hasta mi cuarto, decido acostarme en la cama todavía sonriendo.

Esperen. Hoy no he hablado con Christian. Él me dejó ayer un mensaje en Whatsapp diciéndome que iba a hacer algo hoy y que me escribía cuando se desocupara, o cuando tuviera un pequeño espacio en su agenda. Y le creo. Así que ahora soy esta mujer que espera que él me contacte, que susto. No quiero ser esa loca mujer esperando.

Tomo el control del televisor y lo enciendo. Busco algo bueno que ver y lo dejo cuando en un canal pasan Solo para Parejas. Me encanta esa película. Me ayudará a despejar mi mente.

Hoy es el turno de cocinar de Paola, es su día libre de la universidad y siempre toma este día para superar sus artes culinarias, a mi me cancelaron las clases por unas protestas en mi decanato y por eso llegué temprano.

Me río con lo que sucede en la película.

Al faltarle muy poco para que se termine y están en la parte donde les entregan los tótems en forma de animales que los identifica como parejas, Paola me llama a comer. En la mesa me espera un plato lleno de comida: chicharrones de cerdo, papas fritas, arroz y ensalada; junto con un vaso con hielo lleno de refresco negro. Pongo mi mano en fuego si la bebida no es Pepsi. Me siento y empezamos a comer.

—Entonces mi profesor de Derecho Civil me dijo que mi trabajo podía usarlo como papel higiénico para limpiar la mierda que era—comenta—, ¿Puedes creerlo? Sigo buscando lo malo de la frase, pero sigo sintiéndome como una mierda como dijo.