El esposo perdido de Jeon Jungkook

Capítulo 3.

23:00

Era muy tarde ya y él aún permanecía en la misma posición, ahí acostado sobre el pasto verde de la tumba de su esposo, aquella que en realidad no era más que una simple caja vacía, pues el cuerpo de su esposo se volvió cenizas junto al auto

Solo falta una hora más para nuestro aniversario cariño — susurró al aire, su cuerpo era apenas iluminado por la luz de luna, buscó entre sus bolsillos la caja de cigarros, sostuvo uno entre sus dedos y lo guio hasta su boca

Se que no te gustaba que fumara amor — tomó asiento quedando frente a la lápida pasó sus dedos por todos los bordes del nombre escrito allí — puedes salir ahora y decirme que no lo haga, porque dañará mis pulmones, puedes hacerlo amor, por favor necesito que lo hagas — dejó un beso sobre la lápida y se tiró de espaldas nuevamente saco el encendedor y prendió el cigarro

El cielo está repleto de estrellas, a ti gustaba contarlas aunque luego terminarás frustrado de no poder hacerlo porque aparecían más con los segundos — sonrió al imaginar el tierno puchero que su esposo tendría si estuviera ahí junto a él — ahora yo lo hago por ti y también termino frustrado al no conseguirlo, ahora hago muchas de las cosas que te solían gustar hacer, al igual que hago varias en las que tu terminabas regañándome

Espero que él lugar donde estés ahora sea muy bonito, y que no haga tanto frío como aquí o tus manitas se pondrán muy heladas y yo no estaré ahí para calentarlas  —  soltó el humo del cigarro y lo apagó

Estado pensando en lo que dijiste aquel día, cuando nos recostamos sobre la arena, tú dijiste, cuando muera seré una linda estrella en el  cielo y la que más brille, así yo sabría que eras tú, creo que sentiste que algo malo pasaría y entonces me estabas preparando para aquello, porque ahora tu eres un linda estrella en el cielo, tal como lo dijiste cariño — sus ojos se cristalizaron — mi linda estrellita en el cielo, ¿por qué no me dejaste ocupar tu lugar cariño?, debí haber muerto yo

cerro sus ojos por un momento dejando que los recuerdos invadieran su mente, todo pasaba como una película frente a sus ojos, el día que se conocieron, como lo conquisto, cuando pidió su mano en aquella reunión, lo lindos y únicos que eran sus ojos al solo tener en uno de ellos el parpado doble, su brillante sonrisa de cajita, sus mejillas sonrojándose cuando hicieron el amor por primera vez, lo tímido y tierno que se veía en su luna de miel, lo hermoso que le quedaban sus trajes, su gran corazón, lo amable y dulce que era con todos, sus berrinches, su delicado cuerpo y lo suave que era su piel, lo ama y jamás podría dejar de hacerlo, su estrellita no tendría un remplazo seria por siempre el único dueño de su corazón 

Te extraño amor, cada día que pasa lo hago con más intensidad — suspiró pesadamente — ¿Por qué no me dejas despertar de esta pesadilla? — preguntó con su frente sobre la lapida — ¿No crees que ya he sufrido lo suficiente?, ¿ acaso ya no me quieres tener cerca? — las saladas lágrimas dejaban manchas sobre la pintura en la lapida, el reloj había marcado las doce de la noche, lo que significa que sería el día de su quinto aniversario, con su corazón hecho pedazos, pedazos que eran inútilmente sostenidos de finos hilos, con aquel dolor en su alma, cruzó ambos brazos sobre aquel pedazo de concreto, lo abrazó como si de su esposo se tratase, lo abrazó con miedo de soltarlo, con temor de que se volviera pedazos en sus brazos y volviera a dejarlo solo con aquel insoportable dolor en su ser, así fue como no dejó de hacerlo incluso cuando sus extremidades dolieron pidiendo que descansará de la incomoda posición, él no lo hizo incluso cuando el sueño lo venció