4-Almacén

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Miércoles pensaba en el plan que iba a llevar a cabo, esa tarde iría al lugar de manicura para hacerse las uñas y de paso descubrir si había algo sospechoso. Enid por su parte trataba de darle ideas a su roomie sobre que clase de uñas debía hacerse.

―Enid ya basta, me impides pensar―dijo finalmente.

―Perdón―se retiró a su lado de la habitación.

Suspiró, lo único que podía hacer era observar, luego en función a eso ya actuaría. Se levantó de su asiento y se dispuso a salir.

―Aún es pronto, ¿a dónde vas?―preguntó Enid desde la cama curiosa.

―A ver a Tn, tengo que hablar con él

―Uy, pasas mucho tiempo con él

―Y tú pasarás lo que resta de vida bajo tierra como sigas hablando.

Caminó por los pasillos, como de costumbre los alumnos al verla se callaban o se apartaban, eso algunos ya que muchos le tenían algo de consideración debido a que salvó a la academia del desastre el curso pasado. Pero eso para ella era más irrelevante.

Entró a la consulta sin ni siquiera tocar a la puerta. Al entrar, vio a Tn atendiendo una herida de una chica que había tenido un accidente. 

―Tenemos que hablar―dijo ignorando a la pobre chica.

―La gente suele llamar a la puerta―esté ni siquiera la miraba―ahora estoy ocupado, salvo que sea algo de vida o muerte.

―Esperaré entonces―cerró la puerta y se sentó en la silla.

―Me duele mucho―se quejó la alumna.

―No es para tanto, eres una chica muy fuerte, ¿quieres una piruleta?―preguntó en tono amable el chico.

―No me trate como a una niña―replicó avergonzada―y sí, claro que quiero una.

Tras atender a la joven y quedarse de nuevo a solas, le preguntó que era eso tan importante como para interrumpir en su consulta. Fue dejando los instrumentos en su lugar tras limpiarlos bien. Luego, volteó a verla.

―Dime―dijo.

―Iré a la tienda, observaré todo y en arreglo a eso actuaremos. Seguramente los gases o lo que demonios sea eso deben de tenerlo bien oculto―respondió―no creo que sean tan idiotas como para tenerlo a la vista.

―Interesante―el chico se quedó pensativo―te has ganado una piruleta―sacó una del bote y se la ofreció ante la mirada fría y sin sentimientos―¿no te gusta la cereza?, tengo de limón, manzana, fresa...

―Una más de tus bromas y Nevermore se quedará sin médico de nuevo pero no por jubilación sino por muerte

―¿Ves?, ya te has quedado sin piruleta...no, es broma, anda toma―se la ofreció de nuevo.

―La tomaré para Enid―la agarró y la guardó.

―Pues toma otra―dijo haciendo que también la agarrase―lamento no tener una con sabor a muerte o cadáver.

Ella se sorprendió por la actitud del chico el cual no mostraba miedo o asco hacia ella como si lo habían hecho el resto de alumnos o profesionales.

Tras esto, se marchó a la habitación donde Enid le preguntó porque olía a cereza. Ella sacó las piruletas y se las dio.

―¡Gracias roomie!―enseguida se comió una―¡que rico!.

Esa tarde Miércoles acudió a la tienda. Miró a Tn quien estaba tomando relajado un café desde la distancia y al encontrarse la mirada de ambos, esté levantó el pulgar.

―Acabemos con esto de una buena vez―pensó antes de entrar al sitio.

―Buenas―saludó una chica―¿tienes cita?.

―Sí, Miércoles Addams―ella revisó en su ordenador.

―Sí, aquí está, por favor pasa.

Ella se sentó en el lugar indicado y enseguida una de las trabajadoras se puso a hacerle las uñas de la manos mientras ella contemplaba todo el lugar. A primera vista nada parecía fuera de lugar, era lógico, pero esperaba encontrar alguna pista. 

―Veo que cuida sus manos muy bien―comentó la chica―¿qué clase de uñas le gustaría?.

La joven sacó una cajita con variedad de modelos.

―Mientras sean negras poco importa―dijo.

―Creo que estás le gustarán―la chica sonreía y mostraba una amabilidad que a Miércoles le repugnaba.

Después de las manos, fueron los pies. Ella escuchaba todo lo que se decía por muy tonto que fuera la conversación. Otras chicas estaban cerca suyo, un par de puertas al fondo para entrar a lo que debía ser el almacén y baños.

―Debería entrar al almacén pero aún queda saber que día huele el pueblo, esa peste debe tener relación con este lugar, lo presiento―pensaba mientras la chica seguía hablando a la par que le hacia las uñas de los pies.

Tras una hora aproximadamente, la joven salió del establecimiento sin encontrar nada al respecto pero eso no la iba a hacer rendirse. Ahora conocía el local por dentro, las trabajadoras además de sus horarios. Solamente quedaba esperar a poder colarse en el almacén.

―¿Has encontrado algo?―preguntó Tn.

―Nada, ¿y tú?

―Nada de nada, pero algo me dice que si miramos sus registros podemos dar con la empresa―respondió esté―si vemos de donde vienen daremos con algo. También podemos colarnos en la noche en su almacén.

―No podemos, tenemos que estar en la academia

―Eso puedo arreglarlo con un par de llamadas, soy médico.

El joven llamó a dirección de la academia, tenían su permiso.

―¿Y ahora qué?―la pelinegra terminaba de cenar.

―Tendrás que hacerlo solo, yo estaré en la morgue haciendo como que trabajo. Quien sabe, igual encuentre algo en los cuerpos si miro de nuevo. Tú estarás esperando por si te llamo. Así aprovechas y te cuelas dentro―comentó relajado.

―No sabía que te gustaba saltarte las normas

―Esto lo hacemos por una buena causa, no un capricho. Han muerto dos personas, es nuestro deber moral evitar que más desgracias sucedan.

Los dos hablaron relajados mientras esperaban la hora indicada. Miércoles aprendió que el joven no era como los demás, no solamente por la parte de genio, sino su forma de ser, comportarse, de no mostrar miedo y ser seguro de sí mismo.

―Bueno, suerte―dijo esté―nos vemos luego.

Tn se marchó hasta la parte del local, estaba ya cerrado y las persianas bajadas. Encontró una ventana en uno de los laterales, con agilidad y gracias a la ayuda de unas cajas logró alcanzarla para adentrarse en el lugar. El almacén era bastante grande, y encontró lo que andaba buscando, unos barriles con contenido sospechoso.

―Ese olor...―fue siguiendo el rastro con una linterna ya que no había nadie allí.

Encontró una escotilla debajo de unas cajas, colocó el oído y nada, no se escuchaba nada pero un olor subía de ahí.

―Vamos―pensó mientras la abría.

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo  :D

El médico de Nevermore-Miércoles x TnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora