04

253 48 4
                                    

La batalla entre un serafín y un arcángel era un combate lleno de pureza para el entretenimiento de Dios y sus demás invitados

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La batalla entre un serafín y un arcángel era un combate lleno de pureza para el entretenimiento de Dios y sus demás invitados. Aunque la mayoría de las veces, este enfrentamiento terminaba con los serafines con una espada apuntándoles a la garganta.

En esta oportunidad, ambos tenían una batalla privada poco tiempo antes de que el serafín tuviera su primera bajada al mundo terrenal por una misión, después de una década en el mundo celestial.

—¿Cuántos combates llevo ganándote, Elemiah? —consultó el arcángel Miguel sonriente, ayudando a su adorable amigo a ponerse de pie.

—196592 a 5756, si no me equivoco en las cuentas, mi atesorado arcángel — respondió el serafín, limpiando su túnica — Debo retirarme, es hora de que yo también cumpla mis deberes.

—Sé que cumplirás la voluntad de nuestro Padre, asegúrate de regresar pronto, Elemiah. —fue lo único que dijo el arcángel, alejándose del joven muchacho que le dedicó una pequeña sonrisa de agradecimiento por sus palabras.

Al alejarse de Elemiah, el arcángel Miguel se preguntaba si el chico estaría bien, lo había entrenado desde el primer día en que se le presentó y pudo ser testigo del castigo que se le había impuesto al serafín. Aun así, le rogaba a Dios que todo saliera como el mundo así lo predijo.

.

.

.

.

El cielo estaba cubierto de nubes oscuras, presagiando una tormenta para los humanos. Un viento frío soplaba, haciendo que las hojas secas danzaran en el aire.

Los truenos retumbaban en la distancia, como un tambor de guerra que marcaba la bajada de seres poderosos al mundo terrenal.

La atmósfera estaba cargada de electricidad, una tensión palpable que se podía sentir en el aire. Era como si el mismo cielo estuviera esperando, conteniendo la respiración, a la espera del enfrentamiento que estaba por venir.

La bajada de un serafín al mundo humano era prueba de cuán compleja era la misión y cuánto daño se había provocado en un lugar santo para ser enviado a realizar una purificación.

—Qué desastre... —susurró para sí mismo, limpiando los restos de cenizas y sangre de sus alas mientras se alejaba de la iglesia con tranquilidad. Sin embargo, pronto sintió la presencia de quien debía ser el responsable de que dicho lugar sagrado, que hasta hace años relucía de pureza, se haya visto envuelto en la presencia de tormentosos demonios de baja categoría.

Con calma, desenvainó su espada y se puso en guardia, esperando cualquier cambio en el aire que le indicara la posición de aquel demonio de imponente aura que sentía observándolo.

𝐌𝐲 𝐥𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞, 𝐲𝐨𝐮 𝐚𝐠𝐚𝐢𝐧 → 𝐙𝐞𝐞𝐍𝐮𝐧𝐞𝐰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora