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Una década después

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Una década después...

—Te odio —soltó enojado Zee observando la pila de documentos que debía revisar y firmar de ser necesario.

Giró su rostro a la vista en la ventana y recordó aquella triste despedida, en aquel combate contra Lucifer, mientras se encontraba inconsciente pudo ver y sentir por última vez el tacto del chico que amaba.

"Aún tengo cosas que quiero hacer a tu lado, no nos hemos subido juntos al carrusel y no he vuelto a recibir flores de tu parte, tal vez nos tome un poco de tiempo hacerlo, pero me gustaría hacer eso contigo. Así que cuando nos volvamos a encontrar, asegúrate de besarme hasta que recuerde que eres el amor de mi vida."

No podía olvidar la forma en la que Nunew se encargó de acariciar su rostro a pesar de las lágrimas, de hacerlo sentir amado a pesar del dolor que en ese momento le causaba.

—Debería construir un carrusel, plantaré un campo de flores para ti y serás mi rey, así que asegúrate de volver a encontrarme... —susurró herido el ahora soberano de todo el infierno, dejando que una rebelde lágrima descendiera por su rostro.

El toque a la puerta lo sacó de su dolor.

—¡Majestad, ¿Se encuentra despierto?! —gritó su asistente, debido a que acostumbraba a quedarse dormido en medio del papeleo.

—Sí, sí lo estoy.

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—Zee... —susurraban a mi oído. Abrí lentamente mis ojos para buscar a quien se atrevía a llamarme con tanta confianza. —Aquí estoy, cariño —volvieron a hablarme con una familiaridad que me sorprendió, y al bajar mi mirada a mi regazo, encontré al responsable sonriéndome tiernamente.

—¡Nunew! —grité su nombre y su cuerpo saltó del susto por el repentino grito. Pero no importaba, pues ya lo tenía entre mis brazos. —Volviste... —susurré, sintiendo cómo mis lágrimas comenzaban a descender, y él alejó mi rostro con una tímida sonrisa.

—¿Cuándo me fui? —preguntó él, y no pude evitar recordar su cuerpo ya frío entre mis manos, la primera vez y la segunda. —Zee, ¿por qué lloras? Tranquilo, ¿sí? Lo que sea que pase, lo arreglaremos. Así que respira, bebé.

Me lo pidió dulcemente. Llevaba una década deseando escucharlo nuevamente.

La forma en la que intentaba calmarme frotándome la espalda seguía siendo tierna. Amaba la sensación de estar entre sus brazos, de sentirme protegido.

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𝐌𝐲 𝐥𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞, 𝐲𝐨𝐮 𝐚𝐠𝐚𝐢𝐧 → 𝐙𝐞𝐞𝐍𝐮𝐧𝐞𝐰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora