crisantemos / 008

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Marzo, 22

El otoño ya había llegado, dejando a relucir todo su magnífico esplendor.

El marrón, el rojo y el amarillo claro, eran los colores de esta temporada, complementándose perfectamente con el clima un poco más cálido que hacía, dejando atrás el frío invierno.

- Después podríamos ir Hosmade, cariño. - Propuso Ginny.

- Claro, hace buen tiempo. - Respondió Hermione, no muy interesada.

- ¿Estás bien Her? - Asintió – Perdón, estoy nerviosa, intento ser una buena novia para ti. - Hermione rio sonrojada.

- Te aseguro que eres la mejor novia de todas, mi cielo. - Confirmó.

Marzo, mismo día.

- Así que te gustan los crisantemos, ¿No? - La chica asintió. - A mí también, son lindos. - Dijo él.

- Conozco un lugar donde hay millones. - Murmuró

- Llévame. - Respondió.

- ¿Seguro? - Él asintió.

Juntaron sus manos en busca del paraíso de los crisantemos, aguardando el momento en sus corazones porque sabían que era especial. Aquí, el tiempo no era perdido, era cultivado, para cosechar un lindo recuerdo para toda la vida.

- Deberíamos volver, ya está oscureciendo. - Habló Harry.

- Verdad.

- Gracias por pasar este tiempo conmigo, chica Raven. - Ella sonrió al compás de él. - Pero, antes de despedirnos, quería preguntar algo que consideró importante para conocernos más.

- Dime.

- ¿Cuál es tu nombre?

Ella no supo qué responder.

NAMELESS, mismo día.

Sentí miedo, miedo a que se dé cuenta de que no tengo una respuesta exacta a su pregunta.

"¿Cuál es tu nombre?"

Nunca pude responder a eso, nunca.

Cuando era pequeña no me importaba mucho, ni siquiera me daba cuenta de que mis compañeros jamás pudieron llamarme directamente a mí.

Siempre usaban prenombres, como, ella, chica, y demás.

Pero cuando crecí todo fue diferente, las personas que me hablaban me preguntaban mi nombre, y yo no tenía respuesta para ellos. No tenía respuesta para mí misma.

Eso terminó conmigo mentalmente, hasta el punto de caer en la soledad, solo para no escuchar esa maldita pregunta.

Aunque, quiero cambiar eso, quiero poder responder esa pregunta, por eso decidí decir el primer nombre que se viniera a la mente. Sí, muy estúpido.

- R-Rowena. - Me quede petrificada en cuanto lo dije, pensando seriamente en porque dije eso.

- ¡Te llamas igual que la fundadora de Ravenclaw! - Sonrió – Qué coincidencia, supongo. - No parecía tan convencido.

- S-sí, mi madre me lo puso por ella. - Explicó.

- ¡Bueno, adiós, nos vemos otro día! - Se despidió de mí y se volteó para finalmente irse.

Solté un gran suspiro que llevaba guardado desde hace tiempo, sabía que pronto mi "nombre" estaría recorriendo los labios de todo Hogwarts.

Porque a la gente le encanta comentar.

Marzo, 25

Efectivamente, solo bastaron 3 días para que el "nombre" de la Ravenclaw estuviera en todos lados, los Griffyndors se enteraron primero, obviamente, gracias a la ayuda de Harry, después siguieron los Ravenclaw, y luego la parte restante de Hogwarts.

"Rowena" se encontraba caminando hacia su siguiente clase, con la respiración pesada y agitada, estaba llegando tarde, otra vez. Era la quinta vez en 3 días, ya le estaba pesando en el hombro y no quería seguir así, pero no podía concentrarse en el horario, no cuando un cierto chico rondaba su mente constantemente, dejándole un camino de rosas, por las cuales ella estaba dispuesta a caminar.

- Row, ¿Cómo estás? - Habló una voz a sus espaldas.

- ¡Harry! - Exclamó emocionada, mientras posicionaba sus brazos alrededor del cuello del chico. - Estaba de camino a clase de Pociones, pero supongo que puede esperar.

- No, oye, yo también tengo clase de Pociones, vayamos juntos. - Propuso.

- Buena idea. - Afirmó ella.

Se dirigieron hacia la clase, conversando un poco y riendo por algunas bromas que hicieron. Intentaron llegar a tiempo, repito, intentaron, porque en cuanto se pararon en la puerta, el profesor les cerró la puerta en la cara.

Extrañamente, eso les causó gracia, y no pudieron evitar estallar en carcajadas.

- ¡No lo puedo creer! - Volvió a reír la Ravenclaw - ¡No sé por qué, pero fue muy gracioso!

- ¿Verdad? - Confirmó – Espera, nos pueden escuchar. - Silenció.

- Oh, perdona, no me di cuenta. - Susurró y soltó un suspiro – Hace mucho que no me reía así.

- ¿En serio? - Ella asintió – ¿Por qué?

- No me gusta mi sonrisa, es... - Lo pensó un poco – Escalofriante.

- Oh - Pensó - Tu sonrisa no es "escalofriante", Rowena. - Dijo e hizo comillas con sus dedos – No es la más bonita, ni tampoco la más elegante, pero estoy seguro de que no es así como lo describes.

- ¿Harry? ¿Eres tú? ¿¡Quién se llevó a mi Harry?! - Bromeó ella.

- A veces me vuelvo muy poético. - Admitió.

- Se nota, te convertiste en una versión mágica de Shakespeare por un segundo – Dijo.

- ¿Eso era un cumplido? 

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HOLAAA!! Reviví! Si, perdón, estoy DEMASIADO ocupada estos días, ya que empiezan las clases y tengo que ocuparme de eso, sorry<3 

-soo

NAMELESS ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora