Capítulo 17

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Eunki: —Hasta pronto, Jake. —Dije.

Cuando lo vi introducirse a su departamento, me giré a mirar a Sunoo, quien seguía allí, de brazos cruzados y mirándome.

Sunoo: —¿Decidiste hacerle caso a Bitna? —Bromeó.

Eunki: —¿Qué? —Inquirí, confundida.

Se separó de la puerta cuando yo me dirigí para abrirla.

Sunoo: —Sí, eso de buscarte pareja. —Musitó, pero la broma ya no le salió como tal.

Exploté en estruendosas carcajadas.

Eunki: —Solo salí a tomar un café con mi vecino para conocerlo mejor. —Expliqué.

Eunki: —Eso no tienen nada que ver con los planes macabros de Bitna.

Él rio.

Sunoo: —¿Con que son macabros? Se lo voy a decir, te acusaré. —Bromeó divertido.

Eunki: —No hace falta, ella lo sabe. —Abrí la puerta y Sunoo ingresó después que yo.

Eunki: —¿Si sabes que Bitna llega hasta las ocho? ¿Verdad? —Dije sarcástica.

Sunoo: —Lo sé, pero es que no tengo mucho que hacer y es mejor pasar el rato aquí mientras que la espero.

Eunki: —Bueno, es agradable tenerte aquí mientras ella llega. —Pensé...?

Esperen, esperen, no lo pensé. ¿¡Lo dije!?

Sunoo: —Gracias, que linda. —Musitó y en ese momento di gracias por encontrarme de espaldas, puesto que todo el color se me subió al rostro.

Sunoo: —Mañana saldremos todos, así que podrás conocer a mi hermano, Jungwon. ¿Lo recuerdas? —Dijo, totalmente ajeno al caos que estaba habitando en mi interior debido a sus palabras.

Eunki: —Ehm... sí, estoy emocionada. —Farfullé.

Sunoo: —Jungwon también.

Así, planeamos lo que será el día de mañana y estar a su lado lo encuentro cada vez más cómodo y magnífico. Él tiene ese raro poder para maravillarme, dejarme sin el habla o adivinarme los pensamientos a veces; es simplemente sensacional y la fierecilla se regocija llena de felicidad; pero eso solo hasta que llega Bitna, porque luego, al verlos reírse el uno con el otro y llamarse "amor" esta empieza a incomodarse y me hace huir de la escena cursi que no queremos ver ni ella ni yo. Porque empieza a resultarme drásticamente incómoda.

[...]

Bitna: —¡Bestia, arriba! —Ella tiene la costumbre de despertarme con golpes en la puerta, por eso es lindo que se vaya a trabajar.

Balbuceé entre la almohada y luego comprendí que los golpes en la puerta no van a cesar hasta que Bitna me vea con los ojos abiertos. Me llevé los puños a los ojos y comencé a tallarlos para desemperezarme, luego abrí paso a un bostezo grande.

Me paré con pereza y abrí la puerta, Bitna se encuentra en la cocina buscando algo en el refrigerador, seguidamente me miró.

Bitna: —Ponte algo lindo, algo azul, a Jungwon le gusta el azul. —Dijo.

Eunki: —Estás loca. —Musité y me di la media vuelta para ir a vestirme.

Bitna: —Si quieres gustarle a Jungwon, escucha mis consejos. —Gritó desde la cocina.

Eunki: —No quiero gustarle a Jungwon, ¡ni siquiera lo conozco! —Me quejé, saliendo de nuevo de mi habitación; increíblemente asombrada del esfuerzo de Bitna por emparejarme.

Bitna: —Solo vístete. ¿Quieres? Ellos llegarán en cualquier momento.

Eunki: —Eres perversa. —La miré mal.

Bitna: —Pero así me quieres. —Me sacó la lengua y me vi obligada a reír.

Eunki: —Tonta. —Dije.

Me vestí con una blusa color mostaza y con unos jeans, solo por llevarle la contraria a Bitna. A los pocos minutos, oí el timbre sonar, y la fierecilla empezó a saltar de un lado a otro cantando el nombre de Sunoo.

Salí de mi habitación al oír el murmullo de las voces, y allí junto al ángel de oro, reposa otro, su cabello está levemente despeinado, su piel es mucho más bronceada que la de su hermano, además hace lucir sus ojos cafés, y cuando me sonrió, los pómulos se le elevaron notablemente.

Eunki: —Hola. —Musité.

Bitna: —Eunki, mira, él es Jungwon. —Me dijo, empujándome por el codo hacia el par de ángeles.

Extendí la mano para saludarle y él respondió a mi gesto.

Jungwon: —Hola. —Me dijo.

No estaba muy segura, pero sentía dentro de mí dos impulsos; uno donde estoy atenta a Jungwon; pero el otro, atenta a Sunoo; seguro la fierecilla está dentro de la segunda opción.

Bitna: —Bueno, ya que se conocieron. ¿A dónde vamos a ir? —Preguntó.

Sunoo: —¿Quieres desayunar en...? —Su voz hizo presencia, y yo, completamente me perdí en ella.

Dejé de oír entonces la conversación que mantienen los tres, de hecho, mis ojos estuvieron tercos y dejaron a mis otros sentidos inactivos, ya que ellos se aferraron a mantener la vista en Sunoo.

Los labios de los demás dejaron de moverse, luego me miraron.

¡Reacciona! Me ordenó una voz en mi cabeza, entonces mis sentidos comenzaron a activarse de nuevo.

Bitna: —¡Eunki! —Me sacudió.

Eunki: —¿Eh? —Musité, terriblemente desconcertada.

Bitna: —¿Que si quieres desayunar pizza? —Me preguntó.

Eunki: —Amm... sí. —Dije.

¿Durante cuánto tiempo me estuvieron hablando?

Sunoo: —Vamos, entonces. —Concluyó.

Nos dejaron pasar primero y luego, en la Hybrid de Sunoo nos dirigimos a un pequeño local de pizza, que desprendía el aroma a salsa abarcando alrededor de unos tres metros y medio.

Nos sentamos en una mesa, Sunoo y Bitna de un lado y Jungwon y yo en el otro, ambos enfrente de ambos.

Bitna: —Pidamos la pizza típica, para que Eunki pueda probarla, apuesto a que jamás has probado una hecha en Italia.

Eunki: —Eso es obvio, Bitna, ya sabes que no. —Dije riendo.

Luego de unos minutos, la pizza se encontraba servida frente a nosotros; y el olor a queso y salsa se desprendía en cada movimiento mínimo de la pizza. Me sirvieron dos rebanadas, que inmediatamente comí, ya que poseía un sabor delicioso; mientras que intercambiábamos la típica información de los que recién se conocen.

Yo observo a Sunoo, solo cuando nadie me observa a mí, evitando ser descubierta mientras lo aprecio en cada movimiento, cada gesto que hace, y cada palabra proveniente de sus labios.

Él es hermoso a su propia manera y ni siquiera se da cuenta de eso.

Él es hermoso a su propia manera y ni siquiera se da cuenta de eso

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El manual de lo prohibido › Kim Sunoo ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora