Sunoo: —En mi auto. —Dijo como si fuese obvio y luego apuntó hacia el vehículo que tenía a un lado.
Un Chevrolet Tahoe Hybrid en color gris.
Eunki: —En tu auto... —Musité.
Eunki: —Claro, debí imaginarlo. —Reí, sintiéndome tonta.
Él me sonrió y luego abrió la puerta del copiloto.
Sunoo: —Sube. —Me indicó.
Me acerqué y me ayudó a subir, tomando mi mano para servir como un apoyo. Algo en mi estómago se movió y estoy segura de que no es la fierecilla; porque ahora permanece muy quieta.
Eunki: —Gracias. —Musité, ruborizada.
Sunoo: —De nada. —Me sonrió de nuevo, haciendo que el color se profundizara más.
Ya hasta inclusive pienso que lo hace a propósito.
Puse el estuche de la cámara sobre mis piernas.
Él subió a su asiento y encendió el motor de la camioneta para ponerla en marcha.
Eunki: —Bonito vehículo. —Dije.
Sunoo: —Gracias, pero me gusta más el de mi hermano. —Rio con franqueza.
Sunoo: —¡Oh! Ahora que recuerdo, dice que le encantaría salir para conocerte.
Eunki: —¿Qué?
Sunoo: —La idea de Bitna. —Aclaró.
Eunki: —Oh, claro, pues... en ese caso, genial. —Musité.
Sunoo: —Te va a agradar, es muy buena persona. —Me dijo, mientras maniobraba con el volante del auto para dar vuelta en una calle.
Eunki: —¿Tratas de hacer lo mismo que Bitna? —Inquirí, entrecerrando los ojos y mirándole.
Sunoo: —¿Qué? —La nota de confusión en su voz no me pareció falsa.
Eunki: —Buscarme pareja. —Dije.
Él rio y se quitó las gafas de sol, dándole paso libre a la vista de sus bellos ojos.
Sunoo: —¿Bitna hace eso?
Eunki: —Lo está haciendo, estoy segura. —Musité y luego me crucé de brazos, acomodándome en el asiento.
Él volvió a reír.
Sunoo: —Pues juro que no lo hago con esa intención. —Sonrió y se detuvo en una luz roja.
Eunki: —¿Y cómo puedo creerte? —Inquirí, enarcando una ceja.
Ríe de nuevo, divertido por mi juicio.
Sunoo: —¿No basta con que lo haya jurado? —Preguntó, escandalizado y divertido.
Eunki: —No tanto. —Negué con la cabeza.
Seguimos avanzando cuando la luz se puso en verde.
Sunoo: —Bueno, creí que a lo mejor ya tienes pareja. —Dijo.
Eunki: —¿Y qué te hizo pensar eso?
Sunoo: —Pues, eres muy linda. —Se encogió de hombros.
Sunoo: —No veo por qué no.
Me quedé helada y se me fue imposible formular algún pensamiento en ese instante. Yo le parezco linda a él.
El rubor corrió de nuevo por mis mejillas, pintándolas de rojo.
Eunki: —Gracias... —Musité.
Sunoo: —¿Ya me crees? —Sonrió.
Eunki: —Quizá.
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El manual de lo prohibido › Kim Sunoo ✔︎
Fiksi Penggemar¿Alguna vez has deseado algo prohibido? Como si eso estuviese en la lista de "no toques, no codicies" pero que en cada momento te incita más a tenerlo. Decían que eran la pareja perfecta, y yo, situada en medio, todo saldría mal. Adaptación autori...