Capítulo 05

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Bitna: —Vamos Eunki, sé que conociste a alguien, tus ojos me lo dicen. —Insistió, con la sonrisa aún más amplia y los ojos chispeantes de curiosidad.

Eunki: —Pues, ehm... sí y no. —Farfullé.

Bitna: —¿Sí y no? ¿Cómo es eso?

Eunki: —Bueno, conocí a alguien, a decir verdad, me deslumbró, pero...

Bitna: —Pero... ¿Qué?

Eunki: —No puedo decir que sea ese "alguien especial" —Hice comillas con mis dedos.

Bitna: —¿Por qué no?

Eunki: —No creo en el amor a primera vista, lo sabes. —Sacudí la mano, restándole importancia al asunto.

Bitna: —Sí. ¿Pero sabes? Con Sunoo fue amor a primera vista.
—Sonrió, como si de pronto se hubiese perdido en el recuerdo.

Bitna: —¿Tú dónde conociste al chico? —Preguntó de repente.

Eunki: —Ehm... en... —Vacilé, mientras buscaba algún lugar ideal.

Eunki: —En el avión.

Bitna: —¿Se sentó junto a ti? —La curiosidad de Bitna parecía nunca terminar.

Eunki: —Mmm... —Recordé entonces cuando Sunoo se sentó a mi lado en el piso del pasillo, reí.

Eunki: —Algo así.

Bitna: —¿Quieres contarme?

Eunki: —No en realidad, no tiene demasiada importancia, fue solo un chico atractivo, cuantos más no hay aquí.

Y es cierto, porque, para empezar, Sunoo solo es una cara bonita entre muchos otros rostros en toda Italia, y además, no puedo inventarme una historia acerca de otro chico solo por no tener el valor de decirle a Bitna que su novio me parece de lo más atractivo desde que llegué a Italia; pero eso en mí no es normal.

Eunki: —Estoy realmente cansada Bitna, dime... ¿Dónde está mi cama?

Bitna: —Habitación. —Corrigió ella y luego sonrió.

Bitna: —Justo allá. —Señaló hacia la derecha, apuntando una puerta de madera, blanca.

Eunki: —Gracias, mañana será un día fenomenal, mañana que no esté tan agotada.

Bitna: —Que duermas bien Eunki. ¡Wow! No puedo creer que estés aquí. —Lo último pareció que se lo dijo a sí misma.

Bitna: —¡Te quiero!

Eunki: —Y yo a ti, buenas noches.

Arrastré las maletas hasta el pequeño cuarto que será mi habitación, y luego me interné en él. Es de tamaño medio, ni tan grande ni tan pequeño, ideal para mí, la cama está al otro extremo de la puerta, contra esquina; cerca de la ventana, y hay un pequeño escritorio al lado derecho y un armario frente a la cama y del escritorio pequeño.

Saqué de la maleta más pequeña el estuche donde traigo mi cámara, y tomé una foto de la habitación, luego aventé las maletas en alguna parte de la habitación, puse con cuidado la cámara en su estuche y lo coloqué sobre el escritorio, me siento demasiado cansada como para ordenar la ropa justo ahora.

Me acosté sobre la cama y coloqué mis manos bajo mi cabeza, entonces me puse a pensar en todo lo ocurrido durante el día, y el rostro que había traído a mi memoria, tan bello como el de un ángel, un rostro que no me pertenece; pero. ¿Por qué he pensado en él? En la idea de que Bitna y Sunoo no se conocen lo suficiente como para decirse "te amo". Me reí por lo bajo al descubrir que lo que yo siento ahora es envidia; desde Hanbin, solo idiotas han figurado en la lista de mi corazón, y ahora Bitna ha encontrado a alguien que no lo parece, y yo le tengo envidia. Volví a reír, qué patético; pero lo cierto es que detrás de aquella risa burlona, hay una palpable preocupación, el corazón de Bitna no puede volver a romperse por segunda vez de una forma tan desastrosa como la primera, allí figura mi miedo.

O eso creo yo.

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El manual de lo prohibido › Kim Sunoo ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora