Hitori Gotoh, una niña solitaria que nunca tuvo la oportunidad de hacer un amigo, se cruzará en el camino de un niño rubio muy peculiar y su linda mascota con una motosierra en la cabeza.
Y años después, en uno de sus tantos deprimentes días, Hitori...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Domingos: días espléndidos, momentos dedicados para disfrutar en familia, convivir con amigos, asistir en eventos especiales o simplemente deleitarse de un buen descanso tras la rigurosa rutina laboral a la que la mayoría se somete por voluntad u obligación. Para mí, Hitori Gotoh, estos días empezarían a representar la última opción desde que acepté trabajar en STARRY. Sin embargo, también serían los días donde finalmente haría realidad mi anhelo de tener amistades reales con quienes compartir todas esas experiencias que los amigos suelen hacer, como pasear después de la escuela, reunirse los fines de semana para disfrutar de golosinas o simplemente pasar un buen rato en compañía de esos seres queridos que eliges por ti mismo.
Así que ahí me encontraba, ansiosa por mi cita de amigos, esperando la llegada de Denji. Él lo había prometido, así que no podía fallar a su palabra.
No otra vez.
Entonces, tal como lo había planeado la noche anterior, llevé un bentō con generosas porciones de diferentes comidas, las cuales mi mamá, a quien no le había dicho absolutamente nada, me ayudó a preparar. También me había grabado en la mente las conversaciones que usaría para hacerle plática a Denji antes y después de llegar al lugar que planeaba llevarlo.
¡Incluso me puse una camisa de mi banda favorita, "Usidaze Mo Mo", oculta bajo mi chándal, pero discreta, porque no quería ser obvia con mis nervios de querer lucir bien para la ocasión!
Básicamente, iba con las ilusiones al mil.
Después de todo, ¿qué podría salir mal, aparte de algún tartamudeo o balbuceo incómodo de mi parte, cortesía de mi sello personal?
...Bueno, algo más desalentador que eso: que Denji no apareciera.
No, no fue un simple retraso, como traté de convencerme mientras lo esperaba. Fue algo más directo y descorazonador: Denji no llegó a la hora acordada, sin señales de él y sin un intento de avisar que no podría venir.
Denji me dejó plantada.
-Bocchi: "(Ah... ¿por qué esto me resulta tan dolorosamente familiar...? Oh, claro... por eso. Volvió a hacerlo... me ha dejado de nuevo)"
