¿Te Atreves?

Prólogo

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¿Cómo diablos hizo amistad con estas tres personas?

En ocasiones quería golpearlos y mandarlos a la mierda.

Pero, si de algo estaba seguro es que le tenía mucho aprecio a sus amigos.

Ahora se encontraba con uno de ellos.

Suspiró al verlo por largo rato.

Callado, centrado en sus libros y casi aislado.

Siempre solo, siempre en su mundo.

Se despidió recogiendo sus cosas. Ya era hora de dirigirse a su trabajo de medio tiempo.

Cómo siempre saludó a todos y se puso su uniforme y sonriente atendía a los clientes.

Ya en un par de horas le correspondió sus minutos de descanso y se dirigió al lugar destinado para ello.

Ahí estaba él. Su otro amigo.

Limpiaba el lugar, como siempre con sus audífonos ignorando su entorno. Lo normal.

Apreció sus movimientos por largo tiempo. Es un chico trabajador pero con una actitud de mierda. A veces se pregunta cómo tenían esa amistad tan  extraña.

Era su amigo. Lo tenía muy claro.

Al igual que el anterior vivía casi cautivo en su apartamento. Salía solo al trabajo y a sus clases en la universidad.

Suspiró. Tan igual y tan diferente a sus amigos.

No quiso interrumpir.

Terminó de trabajar, se despidió de su amigo haciéndolo rabiar a más no poder. Esa era su manera de demostrar que le importaba aunque éste lo mandara siempre a la mierda.

Llegó a su pequeño apartamento. Tiró sus cosas al pequeño sofá y se recostó en el. Sorprendido apreció a su otro amigo salir de la habitación.

Normalmente a esta hora ya estaría durmiendo.

Un simple movimiento en la cabeza fue su saludo. Hasta para sacarle en ocasiones las palabras le costaba.

Lo dejó pasar. Está cansado y no quiere molestarlo hoy.

Ya limpio y en pijama preparó sus cosas para el día de mañana. Va a dar comienzo a su plan.

Sus amigos saldrían de su zona de confort. De su autoencierro y miedo social.

No es sano estar encerrado en si mismo aislándose del mundo.

¿Y el futuro? Eso le preocupaba.

Miró las cartas. Ya sabía cómo hacerlas llegar a cada uno.

Estableció el lugar. Todo sucederá en el lugar común de los cuatro; la universidad.

Recostado en su cama sonrió.

Merecen relacionarse, tal vez no van a tener muchas amistades o conocidos al instante pero si tratará de que entre ellos se establezca un lazo.

No soporta verlos tan asociales.

No cuando cada uno merece lo mejor de este mundo y ellos simplemente se están aislado cada vez más.

Sabe muy bien que ellos tienen dificultades para relacionarse con los demás y suelen sentirse incómodos ante situaciones sociales. Por sus bocas conoce que se sienten así hasta con sus familiares. Si tienen que interactuar con un compañero por algún trabajo o estudio les resulta hasta molesto.

Con él sienten lo mismo, pero al diablo. Prácticamente es el único amigo que tienen.

Tal vez sea que les falta interactuar más ya que no saben hacerlo.

Los tres son personas que disfrutan de la soledad y la eligen.

Pero a su criterio ya son casos extremos.

Es buena la soledad pero tampoco así.

Si lo piensa bien los rasgos de sus personalidades sería a gran escala introvertidos, les gusta estar solos, son reservados con sus asuntos. Sus relaciones suelen limitarse a un pequeño y reducido grupo de amigos cercanos (prácticamente inexistente en ellos) Tienden a evitar las aglomeraciones de personas, pues no se sienten a gusto en ellas.

Al conocerlos recuerda que tuvo la sensación de que eran pocos comunicativos. Apreció perfectamente que sus relaciones con otras personas sus interacciones carecen de contenido emocional e incluso puede transmitir la imagen de cierta frialdad afectiva.

Está decido.

Espera que si se atrevan a aceptar el reto.

Tampoco los va a obligar, de ellos depende si aquellas palabras escritas en esas cartas les toque algo internamente.

En su mente se repite la pregunta una y mil veces pensando en cada uno...

- ¿Te atreverás?

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Próximamente nueva historia.

 Algo loca y extravagante pero bueno...

Espero que la apoyen.

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