Yo decidí. Opté por mi nueva vida. Mi nuevo ser. Elegí hacer crecer lo bueno. No tapando nada. Al contrario, tapar no es sinónimo de estar sano. Esconder para seguir no sirve. Las cosas van a querer salir a la luz y va a haber que escuchar se quiera o no. Pueden pasar de miles de maneras, pero llegan. Escaparse es lo que no hay que hacer, definitivamente.
Estaba dispuesta a empezar de nuevo. Porque cada día se empieza de nuevo, lo que pasa es que uno lo olvida, se duerme a diario con las rutinas, pero de golpe aparece el sufrimiento y te despierta. Es el cachetazo de la conciencia, que te dice que la escuches, que te muevas y vivas. Después viene la parte en que uno elige como sigue: ese es el libre albedrío, la opción, la elección de cada uno.
Si algo me enseñaron mis síntomas, fue a valorar cada cosa con mucha intensidad. Por ejemplo, caminar sola por la calle, disfrutar la comida, algo que para muchos es algo tan común, para alguien con pánico es a veces imposible. Como sea, en algún momento para mi fue una pesadilla interminable, asique ahora esas caminatas eran la gloria !!! No depender de nadie para salir a la calle y la fe de que si volvían los síntomas no me iba a morir ni mucho menos era una sensación maravillosa.
LISTA DE COSAS QUE PUEDEN AYUDARNOS CON EL PÁNICO.
En casa, en el subte, colectivo, taxi. Cruzando la calle, en la ducha, en el cine, en el shopping; solo o acompañado, manejando, en el avión, en la cama, viendo tele, comiendo, en el súper, en el cole de los chicos, reuniones, la oficina. De día o de noche, mañana o tarde, madrugada...Tantas posibles situaciones que sería muy largo escribir todo.
Lo cierto es que todos los que vivimos un episodio de pánico-ansiedad lo sentimos de diferentes maneras, pero estas herramientas me sirvieron para ir transitando esto con más confianza y calma.
1ero: NO NEGARLO. Cuando negamos lo que sentimos, esto parece empeorar. Todo viene con más fuerza. Muchas veces traté de hacer como que "no lo sentía" y siempre fue peor, ya que el cuerpo y las emociones tratan de decirnos algo y van a volver hasta que escuchemos.
2do: BUSCAR AYUDA. De la forma que sea. Este es un punto muy importante, ya que cada uno es un individuo al que le funcionan diferentes cosas. A mí, lo que más me ayudó fue la terapia con flores de Bach, pero las posibilidades, gracias a Dios, son muchas. Hay todo tipo de terapias y es cuestión de buscar la que sirva a cada persona.
Ayuda mucho cualquier actividad en la que se descargue energía física: gimnasia, yoga, natación. La elección sigue siendo personal.
Tranquiliza un chequeo de rutina, así se disipan fantasmas.
3ero: IDENTIFICAR. Tratar de recordar el momento en el que se sintieron los síntomas por primera vez. Hacerlo lo más detalladamente posible, puede ser en la terapia, o con lápiz y papel en mano. ¿Qué pasaba en ese instante? El lugar donde uno estaba, si había alguien más, si estaba hablando de algo en particular. Todo lo que venga a la mente sirve. En mi caso, mis primeros síntomas fueron en la infancia y se repitieron en la edad adulta, cuando me quedaba sola, ya que ahí venía el sentimiento de abandono paterno, la sensación de "sola no puedo".
Mirar de frente los síntomas y saber que son los sentimientos que hablan. No sentirse loco, ni enfermo, ni raro. Para los demás puede ser difícil, porque no comprenden que algo que "no existe físicamente", que es provocado por uno, pueda ser real. Sólo el que lo siente entiende esto. Aún así, NO VICTIMIZARSE. Hay cientos de cosas para mejorar y crecer. Amigarse con uno mismo, siempre.
Es muy importante entender que uno no es un "ataque de pánico", que sigue siendo un ser, atravesando una crisis, que es momentánea. Yo me describía en un tiempo como "tengo taquicardia". Un día alguien me preguntó: ¿pero quién sos vos más allá de los síntomas, qué te gusta, qué hacés? Eso me dejó pensando. Era cierto, yo era más que mis sensaciones de miedo, y me había olvidado. En algún momento esto va a terminar, aunque parezca que será eterno e insoportable, todo cierra un ciclo, y se puede salir fortalecido; también me sentí vencida por la angustia, pero ya que el cuerpo como pudo me habló, también mi inconsciente y mis emociones, gracias a eso pude empezar a auto renacer, como yo lo llamo.
4to: Escribir. A cualquier lugar donde uno vaya puede llevar un anotador, cuaderno, block de hojas, lo que sirva para poner en papel los sentimientos y la ansiedad; ayuda mucho en viajes largos de subte, tren, colectivo y lugares donde hay que esperar. Así se encuentran cosas que la mente guarda y olvidamos; broncas, miedos, todo lo que pueda estar dando vueltas y nos lastime o nos haga sentir mal.
5to: ARTE. El teatro fue sanador para mí. Apareció y se quedó para siempre en mi vida. Cuando estaba en las clases, el pánico no ganaba, el miedo se enfrentaba y desaparecía. Era una transformación, una alquimia.
Cambié temores por amigos de todas las edades, de todas las diferencias sociales que nos encontrábamos en pantalones de gimnasia y caminando descalzos para acompañarnos y darle vida a mundos internos, sin caretas, sin mentiras. El encuentro más sincero con las almas donde todos dejábamos el personaje social para juntarnos desde el corazón.
Definitivamente el miedo ahí no sobrevivía. Había encontrado un lugar propio donde no era solamente esa persona con ataques de pánico, donde me valoraban, me recibían con abrazos y esperaban el mío, nos contábamos historias diarias y de vida. Era un logro personal muy grande!! Que las horas que duraba la clase no estuviera pendiente de mi ansiedad, de mi miedo y mis problemas, realmente me hacía sentirme feliz y empezaba a vislumbrar alguna lucecita en la historia en la que hacía tanto tiempo había vivido con tanto sufrimiento.
w�zx/�A�
ESTÁS LEYENDO
Los Ataques De Pánico Salvaron Mi Vida
SpiritualBreve historia personal,en donde cuento cómo salir fortalecida de una traumática experiencia que termina siendo una de las mejores cosas que me sucede. La intención al darle orígen a esto,es compartir y ayudar a quienes sientan empatía con esto.