| Reunión con el abogado |

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El hombre miro el reloj de muñeca que tenia y suspiro, tomando su taza de café, mirando la puerta del restaurante de reojo, esperando la llegada de esa mujer.

El nombre de ese hombre es Tachikawa Naoyoshi, y era el abogado personal de los Ichinose, quien llevaba el caso del divorcio de Haruhiko y quien estaba manejando en privado el asunto del bebé que estaba esperando esa mujer filipina.

Ese día se supone que se iba a reunir con Karen Kurokawa, la próxima exesposa de Haruhiko, quien se iba a hacer cargo del bebé que nacería en unos meses... y la verdad era que le daba pena que el niño terminara en manos de semejante mujer.

Sus ojos estaban por mirar de nuevo su reloj, cuando el sonido de la campana que estaba en la puerta del restaurante sonó, haciendo que mirara, esperando que fuera Karen la que entrara.

Y si era ella... pero no espero verla así.

Tenía puesta una falda larga negra estilo pincel, con una pequeña abertura en sus lados, dejando ver un poco más sus botas del mismo color con cremallera de dorada y eran de tacón, su falda era sujetada por un cinturón del mismo color de cuero con hebilla de oro, traía puesto una polera delgada blanca con cuello de tortuga pegada, un suéter rojo fuerte de mangas holgadas y que era corto, dejando ver su cinturón, con botones de un color más oscuro que la lana roja con un cuello en V algo profundo.

Su cabello estaba muy bien peinado, estando suelto y cubierto por una boina negra pequeña, unos pequeños pendientes de perlas con plata que convidaban con su pequeño collar, el cual le daba un pequeño brillito a su cuello, uñas rosa pastel, un pequeño anillo de plata delgado, su maquillaje era sutil, pestañas largas con algo de sombra en tonos marones y un pequeño delineado negro, sus labios tenían un color rosado muy claro, solo dando un poco de color, finalizando su apariencia, tenía un gran bolso tipo Tote colgando en uno de sus brazos, que era de cuero blanco con coreas negras.

-Buenas tardes, señor Tachikawa- le saludo cordialmente dando una reverencia respetuosa.

-Buenas tardes señora Kurokawa- devolvió el saludo, saliendo de su asombro, parándose de su asiento para darle una reverencia también -es bueno verla finalmente-.

-Los mismo digo- dijo con una sonrisa, dejando de estar inclinada -¿No le molestara que me siente, verdad?- le pregunto.

-Claro que no, adelante- dijo mostrando donde se podía sentar -¿No le gustaría ordenar algo?, yo la invito- dijo cortésmente mientras ambos se sentaban.

-Muchas gracias, pero prefiero ordenar después- dijo mientras se sentaba y dejaba su bolso a su lado.

Estaban en una de las esquinas del lugar, en esas mesas apegadas a la pared que son para 4 personas más o menos, por lo que tenían comodidad para hablar sin ser escuchados por los demás.

-(Aun me pregunto porque no lo hicimos en mi casa o en un lugar más privado)- pensó Karen viendo el lugar, era bonito –(Cosas de japoneses)- pensó ella, preparándose para lo que venía.

Solo esperaba que todo su esfuerzo esos últimos días recorriendo toda la ciudad desde la mañana hasta muy noche, sirvieran de algo.

-Señor Tachikawa- lo llamo, viendo que estaba por sacar unos papeles de su maletín -si no es mucha molestia, me gustaría hablar de algunas cosas que me gustaría cambiar y agregar de mi acuerdo de divorcio con Haruhiko, que espero que aun se pueda hacer- dijo ella tranquilamente.

-¿Cambios, ahora?- pregunto el abogado, mirando con algo de desconfianza a la mujer.

-Así es- dijo ella y comenzó a sacar varias cosas de su bolsa -con respecto a la casa donde vivo y el dinero, tengo unas cosas que decir- dijo mientras sacaba hojas y más hojas puestas en carpetas -por cierto, planeo mudarme a Tokio una vez tenga al bebé- soltó de repente.

Yo seré una buena madre para ellos [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora