Capítulo 7: Carlitos

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Hacia varias semanas que Nico estaba procesando una idea que implicaba un cambio muy grande en su vida. Compartir tiempo con Quentin el perrito de Valen en el estudio, o escuchar las anécdotas de sus compañeros sobre sus mascotas, o los asados de su amigo Gasti dónde siempre estaba jugando alrededor su perro Rucu, hicieron un poquito que este deseo más que idea se fuera instalando en la mente de Nicolás. Desde que se mudó solo, más de seis o siete años atrás, no había vuelto a tener una mascota, y de pronto ahora, quizás por la edad, quizás para no sentirse tan solo, tenía muchas ganas de adoptar una. Para que no sea simplemente un deseo egoísta el corazón altruista de Nico, uno que escondía muy bien bajo una coraza (como todo capricorniano diría Flor), quería un perrito que necesite un hogar, no comprado, ni de raza, sentía la necesidad de que su deseo genuino fuera también una buena acción.  Así llegó a su vida Carlos, de cuatro años y  con un pelaje largo y rubio, manso, cariñoso y tierno, “el perro mas bueno que hay” lo definió Nico a los pocos minutos de conocerlo. Se había contactado una rescatista con él por Instagram, y al ver la foto de Carlitos, que en ese momento aun no tenía nombre, Nico sintió un flechazo. Y aunque al principio había aceptado tenerlo en tránsito, el perro se lo ganó por completo al cabo de unas horas. Era expresivo y agradecido por tener comida, techo y un lugar cómodo dónde dormir. Nico le había cambiado la vida, y Carlitos un poquito a él también, despertando una ternura que había olvidado.
Una mañana más soleada, pero algo fría por estar en pleno en invierno, en Buenos Aires, Nicolás estaba muy emocionado por presentar a su nuevo compañero en “Nadie dice Nada”.  Obviamente, no lo iba a dejar solo en el departamento y se lo llevó con él a la oficina.
— ¿Pero que es esa cosa hermosa? —  se emocionó Valen y se agachó a acariciarlo. Fue la primera en conocerlo en persona, porque obviamente Nico, como todo padre orgulloso, había enviado varias fotos de Carlitos al grupo de WhatsApp.
Estaban en la sala de reuniones, esperando que llegue el resto del equipo. Nico aprovechó la presencia de Valen, para servirse un café. En eso, se apersonó el Pulpo, que estaba hacia un buen rato en la productora, y se sorprendió al encontrarse con Carlos en el lugar.
— Es un amor, Nico. — habló el Pulpo, al ver cómo Carlitos se tiraba boca arriba en el suelo en busca de más caricias en su panza.
— Si, es un capo. — concordó Nico. — Entreteniéndolo me están dando una mano bárbara, porque no quiere estar solo ni un minuto. — continuó ante la demanda de cariño de su nuevo amigo, que al darse cuenta que hablaban de él, se levantó y fue directo hasta donde estaba su dueño reclamando atención una vez más. — Uuh — se quejó Nico, pero al segundo no pudo contener la sonrisa.
— ¡Me muero, pero que esa belleza! — exclamó Momi al ver a Carlos, y fue a saludarlo.
Detrás de ella, llegó Flor, con el bolsito que usaba casi siempre, y dos cafés. Saludó a todos con un beso en la mejilla, y cuando llegó a Nico, por poco lo ignoró para saludar a Carlitos.
— ¿Y ese bebé? — le dijo Flor con dulzura, y le rascó la cabeza suavemente. Carlos no dudó un instante en darle un beso con su lengua en la pera a Flor, provocando una risa grupal. —  Ay, pero sos atrevido, Carlitos. — continuó acariciándolo.
De pronto, estaban todos emocionados alrededor de la nueva adquisición de Nico, porque si algo tenía Carlitos era que mataba de amor a cualquiera.
— Bueno, parece que ya pasé a segundo plano, ya está Carlitos, ahora tenés que conducir vos. — dijo en broma Nico, porque en realidad no había nada que lo hiciera más feliz que todos quisieran a Carlos. En el fondo lo que le había molestado, más que de lo que debería, era que su compañera, que no es Momi ni Valen, lo haya pasado por al lado como un poste. Sin embargo, la susodicha no se dio ni por aludida.
— Mirá como se pone celosa la Occhiato. — tiró Momi, que había instalado usar el femenino para hablar en tercera persona de Nico.
— Y seguro conduce mejor que esté boludo. — la siguió Florencia, conteniendo una sonrisa.
Encima que no lo saludaba se daba el lujo de descansarlo, Nico se mordió los labios para no responderle.
— No te hagas la víctima. — apareció Nacho. — Si ya la ponías antes, ahora dando ternura con el perro, sabes cómo la vas a poner.
— ¡No! — se preocupó el Pulpo. — ahora se va a levantar a las pibas sensibles que me gustan a mi. — se quejó en un ataque honestidad, provocando risa en varios de los presentes y la perplejidad de Nico.
— ¡Que decís Pulpo! — moduló como pudo Valen estallada de la risa.
— Pará, de dónde salió esa que las sensibles son para el Pulpo, ¿las mías son las insensibles, entonces?
— No conocía esta dinámica pero tiene sentido. — la picanteó un poco más Flor, y Nico levantó sus cejas, no entendía que le estaba pasando hoy con él.
— Me puedo fumar que esta piba me boludee pero ¿el Pulpo, también? — medio se indignó pero sin perder el humor. Y si, le dijo “piba” a Florencia, porque si ella había venido en modo sobradora con Nico, él no se iba a quedar atrás.
— No quise decir eso. — intentó defenderse el Pulpo, y un poco tartamudeó, como cada vez que estaba nervioso.
— Dejála ahí mejor Pulpito, no te hundas más. — le aconsejó entre risas Momi.
Siguieron charlando un rato más dónde se sumaron Gaspi, Camí, y Tati, en tanto acordaban la rutina del programa de hoy, pero no pudieron evitar que Carlitos sea el protagonista de la conversación. Nicolás aunque se mostraba relajado, lanzaba alguna que otra mirada furtiva a Flor, no entendía porque no lo había saludado y tampoco porque le estaba dando tanta relevancia a eso. Quizás fue la emoción por Carlitos, pero si, le jodía, más aún que en todas esas veces que se encontró sin poder esquivar el impulso de mirarla ella jamás le hubiera devuelto ni media ojeada.  Asi se pasó el reloj, ya estaban a quince minutos de salir al aire, y Nico tenía que irse a hacer el pase a “Antes que nadie” el programa que precedía al de ellos. Sin más remedio se incorporó para ir al estudio.
— ¿Me cuidan a Carlitos? — pidió en tanto se levantaba de su silla con su celular y un café a medio terminar.
— Nosotros lo cuidados. — habló Flor con la boca medio llena por una medialuna, no podía ser ella si no estaba comiendo.
— Anda tranquilo papi, que ya lo queremos más que a vos. — lo cargó Momi, y rieron.
Nicolás suspiró resignado ante la ocurrencia de su compañera, y luego de meditarlo por un segundo, se acercó a Flor, que estaba sentada casi en la punta de la mesa a unos pasos de la puerta de salida, y le tocó uno de sus hombros para llamarle la atención.
— Después tenemos que hablar. — prácticamente le susurró, y huyo sin siquiera esperar a la reacción de ella. Por suerte, los demás, estaban muy concentrados en un chiste/anécdota que estaba contando  Nacho, así que de ese pedido solo habían sido testigo ellos dos.
Hoy pasarían gran parte del tiempo juntos. Primero en el programa y luego ensayo para el Luna Park. Necesitaba saber si le pasaba algo o era un mambo de él, como casi todo lo referente a Flor este último tiempo.
Minutos después estaban todos dando comienzo a una nueva emisión de “Nadie dice nada”.  Durante la apertura del programa, Carlitos siguió siendo el tema principal de la charla.
— No podés invitar a veinte mujeres a tu departamento ahora que tenés a Carlitos. —  le advirtió Florencia en tono sarcástico.
— No hago eso Flor. — le siguió el juego con su tono más inocente.
— Uy va estar re confundido Carlitos. Va a tener un kilombo con la maternidad. — lanzó Momi en referencia  al carácter mujeriego de su nuevo dueño, haciendo que él estudio estallara en risas.
— Vos sabes que te va ablandar el corazón. — le habló directo a Nico esta vez Valen, opinión con la que concordó Momi.
— Te vas a terminar enamorando, vas querer tener una pareja — vaticinó esta, que dentro de su despiste, era muy bruja e intuitiva, sin siquiera ser consiente de ello.
Claramente, la mayoría de los que estaban en el estudio no se sumaron a esa predicción. Nico por su parte reprimió lo más que pudo su nerviosismo, siempre el que tema le rozaba lo personal y lo agarraba medio bajo de guardia como ahora, no podía evitar sentirse incómodo. Rápidamente cambiaron de tema y el programa siguió su curso normal.
Hoy no pudo quedarse demasiado tiempo en la empresa, porque como lo habían adelantado durante el programa, tenía ensayo con Flor y Mati Ramos para el Luna Park. 
Nico no era precisamente el más feliz por tener que ensayar un baile para el show, es más si pudiera evitarte ese ridículo lo haría, pero había un número de fans que los seguía desde Bailando que quería verlo juntos en la pista. Además, tenia que darle contenido al  público que seguía de cerca el shippeo Occhiamin como si se tratara de una novela. Nico no era tonto y antes que todo era un gran productor, sabía perfecto que era lo que vendía entradas, que para esto era lo más importante. Hasta ahora, este juego no había repercutido en sus vidas reales. No obstante, temía ser él, él que estuviera cayendo en su propia trampa.

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Hola, volvi a trabajar, así por eso quizás tardo en subir capitulos.

Espero les esté gustando la fanfic, y gracias por los comentarios lindos que dejan.

El capitulo que sigue lo voy a estar subiendo mañana.

Gracias por leer ❤️

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