Aquino un gran hechicero y Duxo un gran guerrero eran los mejores amigos del mundo, claro que en cierta parte tenia sentido ya que eran los únicos que conocian en ese mundo tan lleno de magia y aventura pero...
Ultimamente sus sentimientos los estan...
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"—Me siento un poco nervioso de esta desición, ¿Cómo se supone que haremos esto si quiera? Digo, no es como que tu y yo tengamos conocidos que invitar ni tampoco a alguien para contratar.—" Exclamo el hechicero mientras leía una historia llamada "The lord of rings" Le parecía muy interesante toda su historia y ya llevaba días pegado a ese libro.
"—Buena pregunta.... ¿Y si invitamos a esa zorr- digo, chica Amanda?—" Contestó el pelinegro mientras miraba a su pareja acostada en el sofá leyendo, le causaba ternura verlo tan concentrado en su libro.
"—¿Eh? Wtf, Duxo. ¿Por qué quieres invitarla a ella?—" Una mueca visible apareció en su rostro, en esos momentos no cargaba el tapabocas puesto por lo cual se podía apreciar a la perfección cada facción y expresión de su rostro junto a su cicatriz de la infancia.
"—Pueees....—" Alargó la ultima vocal mientras se acercaba al castaño sentando se encima de el, en las piernas. El oji-miel no le dirigió la mirada pues estaba más concentrado en el libro que en el propio guerrero, no era algo que no le importase ya que el tema de conversación que hablaban era algo que cambiaría por completo la vida de los dos, sería como dar un paso más adelante pero fue el de tez blanca quien lo vino a joder en su hora de lectura. "—Quiero que la zorra vea que tu eres MI prometido y que solo serás para mi, mio. Quiero que vea que este enano pudo lograr conquistarte.—" El palomo puso su mano encima del libro del de tez ligeramente morena bajando lo dejando que el libro repose en el pecho del castaño el cual lo miró serio por interrumpir su hermosa historia.
"—Tu solo quieres invitar a Amanda por celoso.—" El oji-morado sintió un poco de vergüenza por las afirmaciones del otro peruano ya que tenía razón. "—Aun que a mi también me gustaría que vea que tu eres mi hombre, no quiero que trate de hacer una locura en nuestra boda... Esa chica esta muy mal de la cabeza, pobre, quizas no la criaron bien.—" Un gran defecto del de cicatriz era el hecho de que solía ser muy comprensivo hasta con quienes intentaron lastimarlo, este sería un gran ejemplo y demostración de aquello.
"—Tsk. No sientas lastima por ella, ella no merece tu comprensión luego de lo que te hizo Aquinito.—" Se acercó un poco más al mencionado haciendo que este tiemble por la repentina fricción del pelinegro el cual no hay que olvidar que se encontraba arriba suyo, de todas maneras solo fue por unos breves momentos.
"—Mmm... Igual no sé Duxo. Aún sigo pensando en como vamos a planear toda una boda en un lugar donde ehh... ¿Cómo decirlo? No conocemos a nadie y tu sabes que la relación entre hechiceros y padres de iglesia no es la mejor sabes.—" Duxo tuvo un recuerdo agrió de su infancia, recuerda como en el pueblo en donde nació y vivió de pequeño era demasiado religioso pero al punto de llevarlo a lo extremo.
Siente una tristeza invadirlo, miles de personas inocentes fueron asesinadas de formas diferentes solo por ser supuestamente "brujas" cuando ni siquiera sabían que era la magia.
