Capítulo 14

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Narra Adonis.

Mantener mis habilidades de lucha alineadas había sido una bendición para mí. Me había dado confianza. Me pasé una mano por el pelo mientras me sentaba en mi despacho real con los dedos templados. Era difícil ocultar algo a Adilah. Sus sentidos licántropos eran insuperables. Estábamos tan contentos que era difícil saber cuánto terminaba ella y comenzaba yo. Recordé nuestra conversación en la profundidad de la noche cuando me escabullí de la cama. 

Flashback.

- ¿Qué pasa? Has estado inquieto toda la noche. ¿Es por el Concejo?- me había preguntado, con los ojos muy abiertos por la preocupación.

- No mi dulce, vuelve a dormir. Soy un licántropo inquieto a veces. No hay nada de qué preocuparse. Tal como dije en la India.- yo le froté la espalda.

- Lo entiendo, me estás dejando afuera, pensando que no puedo soportarlo.- hizo un berrinche, arrebatando las sábanas y dejándome desnudo.

- No, cariño, por favor. Prepararé una bebida caliente. ¿Quieres una? 

Se tumbó de lado como un ángel y dolió el corazón. Si supiera que el Concejo estaba conspirando no solo para obligarme a abdicar, sino para matarme, se pondría incandescente de rabia. 

- No, gracias. Tengo sueño. Todo el estudio me ha agotado el cerebro.

- Ya está, ya está, vuelve a dormir entonces.- le besé la sien. 

- Ahh, serás mi muerte, Adonis, pero aún te amo, Rey.

- Bien podría ser al revés.- murmuré en voz baja. 

- ¿Qué has dicho?- preguntó ella, levantando la cabeza.

- Nada.

Fin del flashback.

Volviendo al presente, tamborileé con los dedos sobre el escritorio. Faltaba una semana para el Baile de la Luna Nueva, y cuando el reloj diera las once (no la medianoche) Proyectaría su resplandor luminiscente en el recinto. Tendría que estar alerta y también los guardias. Llamé a Gabe para consultarle. No es que yo fuera la persona más sensata. Por eso necesitaba un equipo de manos firmes a mi alrededor. 

- Gabe.- ladré.

- Adonis, tengo la cabeza dolorida esta mañana. ¿Las cosas no van bien con tu dama?

- Ahhh, mi señora y yo estamos bien. ¿Cómo van los guardias en el cuadrante oeste de los terrenos? Hay una valla ahí abajo que necesita ser arreglada... un agujero. Lo noté el otro día. 

- Sí, sí, ahora tengo un jardinero en eso. Se arreglará enseguida. No te preocupes, todo estará solucionado antes del Baile. 

- Bien.- respondí, con el corazón acelerado.

- ¿Cómo van los festejos?

- Ni idea. Estoy seguro de que Adilah está haciendo un excelente trabajo. Ella y su familia son muy buenos en la planificación de fiestas. ¿Recuerdas nuestra Ceremonia de Apareamiento? No hay razón para creer que será un espectáculo menor que ese. 

- Estoy de acuerdo. Los indios tienen el ambiente d la fiesta estudiado a la perfección.

- Mmm, sí. ¿Puedes comprobar la sala principal? Ahí es donde se celebrará la mayor parte de la ceremonia. También está el Baile real. Nos dejará vulnerables. Quizás intenten atacar allí. ¿Se sabe algo en la red de palacio?

La agitación me hizo aflojar la camisa de cuello. Adilah me había vestido para el día, pensando que si me presentaba de forma más profesional, el Concejo se desahogaría conmigo. No estaba de acuerdo con ella. 

Reina de los Licántropos. (Libro 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora