Narra Adonis.
Mark Willows, de pie a las doce en la esquina del salón de baile, tenía mi cuerpo cebado con la tensión de la ira. Esa horrible loba estaba rondando a su alrededor con sus ojos rasgados. Para mi, ella estaba estudiando el salón de baile. No era muy grande, su cuerpo era frágil, esbelto, algo así como un ninja. Mi mente estaba trabajando a toda velocidad. Podría ser la que drogó a Lexi. Sus pómulos eran altos y, si entornaba los ojos lo suficiente, podía imaginarla en forma de lobo. Se parecía más a un zorro rojo, como los que había visto en la naturaleza. Sí, por eso tenía esos estériles y líquidos charcos negros por ojos. Las vibraciones de traición estaban escritas en ella; en cuanto llegara al fondo se por qué estaba en la fiesta, planeaba depositar sus huesos por todo el reino. Escurridiza y engañosa. La vi sonreír seductoramente con su pelo color óxido en la esquina. Estaba llamando mucho la atención. Su risa era tan increíblemente falsa y ruidosa que me resultaba difícil no ponerme nervioso. Los otros miembros del Concejo se acercaron a ella, absorbiendo su conversación. Tontos. Nada podía convencerme de que no estuvieran tramando e intrigando para sabotear el Baile. Enseñé los dientes, preparado para la guerra, pero ante mí solo se desarrollaba un momento de diversión. Observé la pista de baile mientras los lobos se deslizaban de un lado a otro, haciendo girar a sus parejas como si estuviéramos en una especie de gran velada digna de la televisión. Eso habría estado muy bien si no fuera porque el secuestrador de Lexi aún no había sido detenido. Deje caer las manos en los bolsillos sin dejar de vigilarlos. Brevemente, la pequeña amenaza agito sus largas pestañas hacia mí. Ella también me miraba. Si hubiera podido ser una mosca en la pared detrás de ellos, habría sido ideal. Despegué los ojos de ella como liberando mi mandíbula apretada. Lexi reía estruendosamente con Niya y la madre de Adilah cerca de la mesa de ponche. Al parecer, algo les divertía. Verlas donde preocupada solo mi ajito más. El pelaje atravesaba la piel de mi ancha espalda mientras me dolían las encía. Si no tenía cuidado, mi colmillos estarían a punto de salir. Si eso ocurría, tendría que clavarlos en la carne. Me tranquilicé buscando a Adilah entre la multitud y fijando la mirada en ella. Si me unía, no podría vigilarla correctamente, así que observé a mi hermosa Reina desde lejos. Ella y Zoya estaban inmersas en una conversación, y ella tiene una copa de vino en la mano.
- ¿Por qué estás tan tenso? Cálmate y arregla tu cara.
- No puedo evitarlo. Tengo que protegerte, pero después...
- Piensa en mí después, en lugar de tener esa cara tan fea que llevas ahora.
- Me estás tomando el pelo con esa raja hasta el muslo. Los guardias te están mirando. Quiero hacerlos pedazos con mis dientes.
- Me puse el vestido para ti. ¿Te gusta?
Nuestra vinculación mental funcionaba perfectamente y hablar parecía irrelevante. Era fuerte y similar a cuando yo la llamaba por teléfono. Todo lo que ella tenía que hacer era fijar a esos impresionantes orbes de luz en los míos y estábamos nadando en la mente del otro.
- Me gusta más que nada. Lástima que vaya a destrozarlo con los dientes.
- ¡No! No harás eso. Ya has rasgado bastante mi ropa, muchas gracias.
Rápidamente recuperé mi energía, mirando a Mark y a su compañera por el salón. Sabía que le estaba vigilando. En cuanto se movió, maniobré sutilmente hacia él. Luke y Gabe se acercaron a mí después de unos pasos.
- ¿Dónde habéis estado vosotros dos?- siseé.
- Comprobando los perímetros. Las puertas están despejadas y la luna está alta. No hay nada que informar.- dijo Luke sin más.
- He revisado el baño de hombres y de mujeres. Tampoco hay nada que informar allí.- suspiró Gabe, con cara de aburrimiento.
- Esto es una absoluta mierda. Mark y esa cosa diabólica con la que anda por la fiesta, están tramando algo. ¿Por qué si no querrían retrasarlo hasta después del evento? Es porque hay un motivo ulterior planeado para la fiesta.- razoné.
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Reina de los Licántropos. (Libro 3)
WerewolfAhora que ya has entendido la historia de Damien y Elodie, es el momento de retomar la de Adonis y Adilah. Ahora están felizmente emparejados como Rey y Reina de los licántropos, pero su viaje al altar no fue nada fácil. Esta es la verdadera histori...