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Después de que el hechicero se recuperó de su gripe, volvió a su edad original. El doctor Strange tuvo que ocuparse de muchos asuntos, entre ellos sermones por parte de los otros maestros de los Santuarios por su abrupta ausencia, risas indiscretas de Wong, diplomacia con seres interdimensionales, reuniones con Los Avengers, salir con Tony y enfrentarse a diversos monstruos y demonios. Stephen en cualquier momento iba a desfallecer por tanto trabajo, con lágrimas en los ojos le suplicó a Wong que lo ayudara, pero el asiático lo ignoró y lo abandonó a su suerte.

Con amigos así, Stephen no necesitaba enemigos.

Son aproximadamente las cinco de la tarde cuando Steve anuncia una nueva misión. Tony, Thor, Stephen y él serán los únicos en marcharse, mientras que el resto del equipo se queda en el complejo. Una vez listos, se dirigen fuera de las instalaciones.

Odinson y Rogers son los primeros en salir y minutos después son testigos de una escena que ya debería ser normal para los habitantes del complejo. Anthony se encaminó dificultosamente hacia ellos, esforzándose por mover sus piernas y arrastrar al doctor Strange, quien se encuentra aferrado a su pierna izquierda.

¿Habían pensado que el doctor Strange era el responsable y maduro de esta rara familia? Bueno, rasquen eso.

—¡Maldita sea, Stephen! —gritó Tony, exasperado—. ¡Suelta mi pierna y mueve ese obstinado trasero!

—¡No quiero ir! ¡Estoy muy cansando! —lloriqueó Stephen, negándose en soltar la pierna de su pareja—. ¡Quedémonos, cariño!

—¡Suéltame!

—¡No!

Luego de un fuerte golpe en la cabeza y un portal, los cuatro hombres llegaron a una base militar abandonada. Según el informe que Fury les envió, ellos debían encontrar réplicas fallidas del suero del supersoldado. A Steve le irritó un poco esto, por lo que en todo momento se mantuvo bastante serio. Ninguno quiso alargar la misión, así que se encargaron del asunto rápidamente con Stephen y Thor destruyendo los sueros, Tony eliminando la base de datos y Steve cerciorándose de no encontrarse una desagradable sorpresa como un Soldado del Invierno o alguna arma biológica. El grupo finalizó el trabajo y, aunque deben de regresar a casa, a Thor le pareció buena idea hacer turismo por un par de horas. Rogers estaba dubitativo, sin embargo, una votación de 3 a favor y 1 en contra resolvió el dilema.

Sus trajes fueron reemplazados por ropa cómoda y se desplazaron hacia la Metrópolis de Tokio.

Llegaron hacia la parte oeste de Shinjuku, y los varones acordaron reencontrarse en este punto. Tony haló del brazo a su novio hacia el distrito de Kobukichō; a Stephen le empezaron a arder las mejillas, puesto que él sabe que ahí está la zona roja. El médico realmente esperaba que a su excéntrico novio no se le ocurriera pasar por ese lugar y que mejor se divirtieran visitando los bares y restaurantes. Pero con Tony Stark nunca se sabe a ciencia cierta qué pasa por su cabeza. Thor se fue en busca de un restaurante porque tenía mucha hambre y Steve se dirigió hacia el Jardín Nacional Shinjuku Gyoen.

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Las horas transcurrieron sin novedad, dándole paso a la tarde junto a los rayos solares que cayeron intensivamente; sofocando a cualquiera que se encontrara en las calles. Stark y Strange se refugiaron del insoportable sol debajo de un árbol exuberante, sentados en un banco de madera que rodea al tronco. La camiseta blanca de Tony mostraba un poco de transpiración mientras utilizaba su chaqueta roja como un abanico, intentando ventilar su cuerpo caluroso. Por otro lado, Stephen recargó su cabeza sobre el hombro de su pareja, con ojos cerrados y sufriendo igualmente por el intenso calor. La camisa blanca de Stephen tiene los primeros botones desabrochados, exhibiendo su bella clavícula y una parte de su pecho.

Iron Mom, Doctor Dad and their children Avengers |Ironstrange|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora