¡ESTO NO ES UN SUEÑO! Es real...

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¡Hola a todos! 🌸 No olviden revisar la nota del autor. Tengo algunas preguntas y dudas que me encantaría que me ayudaran a resolver.

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Al llegar a la academia, le pedí a mi padre que esperara en el estacionamiento

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Al llegar a la academia, le pedí a mi padre que esperara en el estacionamiento. Al adentrarme, los pasillos estaban prácticamente vacíos, salvo por unos pocos estudiantes dispersos. Me dirigí hacia mi casillero, recordando el mensaje que Levine me había enviado anoche mientras dormía: 'Dejé algunos libros en tu casillero, marcados con las cosas que hicimos mientras no estabas'. Su gesto me hizo sonreír; gracias a ella, estaré al día. Mientras revisaba el casillero, noté un sobre... una carta dirigida a mí. La caligrafía era de Carrie. Me pareció extraño que no me hubiera escrito ni respondido mis mensajes; seguramente se sentía mortificada por el incidente. Después de todo, no es algo común enviar a tu amiga al hospital. Reconocí mi parte de culpa en la distracción que llevó al accidente; debo disculparme por ello.

—¿Necesitas ayuda con eso? –Me sobresalté al mirar por detrás de la puerta del casillero. Era Max. Me asusté y di un pequeño grito. Por suerte, no había mucha gente en el pasillo, pero me puse roja como un tomate.

—Perdona, no quise asustarte –dijo riendo mientras recogía mis libros.

—Oh, no te preocupes. Son un poco pesados –respondí, tratando de alejarme, sintiéndome nerviosa y sin querer arruinarlo.

—Tranquila, si pude contigo, creo que puedo con estos libros –dijo, dejándome confundida.

—¿Disculpa?

—Oh, cierto. Fui yo quien te llevó a la enfermería –sonrió. Me quedé inmóvil.

—... ¿cómo?

—En mis brazos. Eres muy fácil de cargar –dijo, sonriendo aún más.

Sentí mi cara arder como un horno. <<Necesito un agujero en la tierra. Uno donde quepa mi cabeza.>>

—¡Oh! ¿Por qué?

—No había sillas de ruedas en ese momento -parecía algo confundido. —Lo siento, no quise incomodarte.

—No, no es eso. Solo... siento que soy yo la que te incomoda a ti. Sabes... –él se rió un poco.

—Sabes, quería preguntarte cómo te encuentras. Levine me dijo que estabas fuera de cualquier peligro.

—Oh, así que también viste ese momento. –reí, tratando de actuar natural. —Me siento super bien, solo un poco de dolor de cabeza, pero más dolor de cabeza me daba mi compañero de habitación... –Creo que estoy hablando demasiado, reí nerviosa.

—Tengo que seguir mi camino, así que... -me voy antes de joderla frente a mi crush. ¡No otra vez!

—Oh, claro. Pero antes, ¿me darías tu número?

Si, es un ClichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora