𓈒𓏸Capitulo IV

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CUATRO   ▎ 0 0 4
"Ese aroma
inconfundible"

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La llegada al parque fue algo rápida, los cachorros corrieron hasta los juegos, comenzando a divertirse como siempre lo hacían. A pesar de llevarse tres años, tenían una conexión única.

Hyunjin tomó asiento en una pequeña banca que había por ahí, observando a los niños y cuidando de que nada les sucediera. No debía preocuparse mucho, el parque era bastante seguro.

Su calma duró poco, el delicioso a aroma a vainilla había inundado sus fosas nasales. Podía reconocer ese característico olor a miles de kilómetros, solo había conocido a una persona que tenía ese aroma tan delicioso. Se trataba de ese profesor rizado.

Su mirada rápidamente lo busco, hasta que lo encontró.

—¿Está solo?

Negó. —Vengo con mi hijo y mi sobrina, los traje al parque... para que no hagan tanto desastre en casa. ¿Y usted que hace aquí?

Felix asintió, metiendo sus manos en su abrigo. —Salí a dar una vuelta, ya sabe... tomar aire fresco.

Su conversación fue interrumpida por el cachorro, quien al ver a su profesor, corrió hacia él como un trueno, dándole un fuerte abrazo en sus piernas.

—Papi, ¿puede venir con nosotros? —inquirió el pequeño, tomando la mano del mayor —. ¿Si, si?

Hyunjin los miro el silencio. Esta podía ser la oportunidad que buscaba para poder conversar con ese rubio de ojos bonitos.

—Claro —accedió, sonriéndole con timidez al omega.

Felix correspondió la sonrisa y apartó la mirada rápidamente, sus mejillas se tornaron de un color carmesí y Hyunjin se percató de aquello.

—¡Vamos, estamos jugando a los pi-atas! —chilló Seungmin, tirando de la mano del profesor. Felix lo siguió encantando mientras el castaño permanecía atrás de ellos, cuidándoles.

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El tiempo pasó volando para ambos. Sin saberlo, llevaban dos horas conversando sin parar y conociéndose un poco más. Aquella conexión que había —pero que ambos se negaban a ver— seguía floreciendo cada vez más.

Tenían varias cosas en común. Una de ellas, que era la más obvia, era su amor por los niños pequeños. Hyunjin los adoraba, aunque se le dificulta bastante poder mantenerlos callados y bien comportados.

Felix vaya que se preocupaba por los niños, incluso se había preocupado por Lia, la dulce niña del matrimonio Lee-Han a la que no conocía en lo absoluto.

—Eres muy dulce con los niños.

Felix se encogió de hombros. —Siempre me han gustado, me parecen adorables —dijo, alzando los hombros levemente.

—Serías una buena madre —aseguró, llevando sus orbes hacia él.

Asintió lentamente. —Me lo han dicho, solo estoy esperando por la persona indicada —explicó, llevando su mirada hacia el pelinegro con una sonrisa en su rostro.

Hyunjin sintió su respiración detenerse. ¿Se estaba refiriendo a él? Claro que no. Solo era una casualidad, una coincidencia como cualquier otra. ¿Por que se iba a referir a él?

—¿Por qué me miras así? —cuestionó el alfa, intentando ocultar sus nervios.

Felix se encogió de hombros nuevamente. —Por nada, por nada.

Perfect winter // Hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora