𓈒𓏸Capitulo XV

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QUINCE  ▎ 0 1 5

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Felix estaba más que encantado con esta cita, al igual que el alfa, quien disfrutaba cada momento de felicidad que intercambiaba con su omega.

Seungmin, el lindo cachorro, no tuvo problema en quedarse un día más en casa de sus tíos, pues ellos lo cuidaban de maravilla.

—Hyunjin... yo, mhm... ¿Puedo preguntarte algo? —inquirió el omega, acomodándose sobre la manta.

Hyunjin asintió, dándole toda su atención al omega.

—¿Por qué haces todo esto?

Su ceño se frunció. —¿A qué te refieres? ¿No te gustan estas cosas?

Rápidamente negó, buscando las palabras adecuadas para explicarle. —No, me encanta que hagas esto es solo que... no entiendo el porqué.

El alfa se acomodó sobre la manta, acomodando su cabello con una de sus manos.

—¿Por qué haces tanto para alguien como yo? —cuestionó, agachando su mirada hacia el césped.

Hyunjin entendió a lo que se refería. Su mano tomó el mentón del omega y levantó su cabeza con lentitud, haciendo que sus miradas se encontraran.

Esas preguntas siempre rondaban por su cabeza todos los días a todas horas, esas son las causas del porqué el rizado no duerme tanto y se mantiene despierto a altas horas de la noche. Todo es gracias a esos tontos pensamientos.

—Eres un chico fenomenal y... yo por ti sería capaz de darlo todo, inclusive mi vida —empezó —Eres un chico hermoso, bondadoso y amable, un chico que merece ser amado, protegido y sobretodo, que te mimen mucho —las yemas de sus dedos comenzaron a acariciar la mejilla del ojiverde —Yo me encargare de demostrártelo, enseñarte lo que es el amor de verdad.

Felix puso un puchero y sus ojos se cristalizaron, Hyunjin le sonrió con ternura antes de llevarlo hacia su pecho para abrazarlo. El omega escondió su rostro, sollozando sobre el pecho del alfa mientras el aroma embriagante de canela y leña inundaba sus fosas nasales.

Hyunjin acomodó al omega sobre su regazo, dándole suaves caricias en sus brazos y dejando dulces besos sobre su cabello. Sus heridas aún dolían y más ahora que el rubio lo apretujaba con fuerza contra él mismo.

—¿Todo bien, bonito? —inquirió una vez que los sollozos del omega cesaron.

Felix asintió, sorbiendo su nariz repetidas veces. —Si, todo bien —aseguró, dándole una leve sonrisa.

Hyunjin ayudó a su amorío a incorporarse sobre la manta nuevamente. Los ojos del omega estaban hinchados y rojos, su nariz estaba del mismo color que una cereza.

Hyunjin limpió las últimas lágrimas que resbalaban por las mejillas del omega con su dedo pulgar. Felix, bastante cohibido por la acción, se limitó a darle una sonrisa antes de sorber su nariz nuevamente.

El alfa comenzó a platicar sobre distintas cosas, procurando contar cosas vergonzosas que hicieran reír al omega. En cuestión de minutos, sus lágrimas de tristeza fueron reemplazadas por lágrimas de felicidad.

Ahora, no solo su nariz estaba roja, sino, todo su rostro había tomado el mismo color. Felix sentía su estómago doler por reír demasiado.

A Hyunjin no le importó poco avergonzarse de tal manera, su plan para que su príncipe dejara de llorar había funcionado y eso era lo que en verdad importaba.

Las risas del chico de pecas eran música para los oídos del pelinegro.

—Oye, ¿puedo... preguntarte algo? —cuestionó el rubio una vez que logró recuperarse.

Perfect winter // Hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora