Perfect winter // Hyunlix

𓈒𓏸Capitulo XVII

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DIECISIETE ▎ 0 1 7
"¿Destinados?"

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El cumpleaños del pelinegro estaba cerca y los dos omegas estaban perdiendo la cabeza al no saber qué regalarle al alfa.

Seungmin sabía que tenía a un padre muy especial, no podían regalarle cualquier cosa.

Debían pensar en algo único, algo mágico. Corrían con la suerte de que la ama de llaves, Yuna, los pudiese socorrer, había llegado justo a tiempo para salvarles el trasero a los menores.

-Hyun, mhm... -murmuró, acariciando su barbilla con sus dedos -He escuchado de unas cuantas cosas que desea.

-¡Dígame todas! -exclamó el omega, sacando su móvil con torpeza.

Yuna negó, reprimiendo la sonrisa que quería escapar al ver la desesperación del menor. Adoraba ver que su pequeño alfa había encontrado a un chico amoroso. El chico que lo complementa a la perfección.

-Hyunjin, no es de cosas materiales... -empezó -¿A qué día estamos?

-¡Veinte de di-cembre! -añadió el cachorro, con una sonrisa orgullosa en su rostro. Yuna le sonrió en agradecimiento.

-Su cumpleaños es en cuatro días, si es que mi memoria de anciana no falla -bromeó -Creo que podemos tener todo preparado para esa fecha.

Felix frunció su entrecejo con confusión. -¿Y qué tiene usted en mente?

Una sonrisa maliciosa se plasmó en sus labios de inmediato. -Ya lo verás, hijo, pero, si vamos a ser socios en este intento de regalo sorpresa, empieza a llamarme por mi nombre.

El rubio asintió, avergonzado. -Claro, Yuna.

-Mucho mejor -aseguró, poniendo sus brazos en jarras -¿Estamos listos para empezar con esta misión secreta?

Seungmin asintió, bastante emocionado con la idea de una misión secreta. -¡Águila pequeña lista para la acción!

-¿Águila... pequeña?

Yuna carcajeó, acercándose hacia el cachorro. -Son nuestros nombres de agentes, los usábamos cuando jugábamos a los espías, ¿verdad, solecito?

El menor asintió nuevamente. -Tita es... ¡oh, si! ¡Tita es abuelita tesmil! -exclamó con una enorme sonrisa -Tu vas a ser... uhm...

-Piojo halado -comentó la mayor.

Felix abrió su boca con indignación y su ceño se frunció al oír su apodo de espía.

-¡Si, piojo halado!

-No quiero ese nombre -replicó, cruzándose de brazos.

-¿Rata rubia? -negó -¿Hombre de nieve? ¿Helado derretido? ¿Cuervo negro? ¿Sanguijuela pequeña? ¿Piojo invisible?

¿De verdad eran todas las opciones?

Felix bufó , muy poco convencido de las opciones que había recibido. Habían sido los peores hombres de espía que había escuchado.

-Hombre de nieve -masculló.

Había sido el nombre más aceptable de todos. Aunque no parecía muy intimidante, si él llegase a oír ese nombre rompería con fuertes carcajadas.

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Hombre de nieve fue el encargado de comprar los regalos para el alfa, pues las festividades estaban cerca y las personas arrasaban con todo.