Perfect winter // Hyunlix

𓈒𓏸Capitulo II

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DOS ▎ 0 0 2
"Mejillas rojas"

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Era un lunes bastante caótico, como cualquier otro.

El alfa iba de un lado a otro, intentando vestir a su pequeño quien corría a todas partes, huyendo de su progenitor, haciéndole imposible la tarea.

Hyunjin, tuvo que detenerse un momento para poder recomponerse.

Necesitaba pensar en algo para lograr engañar a su hijo, ¿pero que podría ser? Los dulces no eran una opción.

—Hwang Seungmin —dijo con voz imponente, el pequeño asomo su cabecita por la puerta del cuarto de baño. El que su padre lo llamara por su nombre completo solo significaba una cosa: peligro.

—¿Si?

—Si no salimos de aquí en diez minutos, no habrá noche de películas —sentenció.

—¡Era bomita! —chilló, y corrió rápidamente hasta su habitación.

Hyunjin sonrió con suficiencia, dando la vuelta para volver a la habitación. Vistió su pequeña copia con rapidez y juntos bajaron las escaleras.

Seungmin tomó su pequeña mochila, que tenía un adorable estampado de jirafa; las pequeñas manchas cafés estaban repartidas por todos lados.

—¿Listo para irnos, campeón?

Seungmin asintió con frenesí, una amplia sonrisa se plasmó en sus labios y corrió hasta la puerta principal, sin querer desperdiciar un minuto más.

Hyunjin, antes de seguir a su hijo, tomó la carta que había hecho la noche anterior y la guardo con discreción en el interior de su abrigo. Debía tener alguna prueba para demostrarle al profesor que no estaba bromeando.

¿Pero eso será más que suficiente?

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El camino al jardín de infantes fue tranquilo. Hyunjin escuchaba con atención las palabras que su hijo le decía; preguntas, historias y todo lo que llegara a su mente.

Seungmin tenía cuatro años —casi cinco— y para su corta edad, sabía hablar bastante bien. No solía estancarse como los otros niños. Lo único que tenia que mejorar era su pronunciación, no sabía decir algunas cuantas palabras.

—Ayer el profesor nos puso una película —dijo el menor.

—¿Si? ¿Y de que era?

Seungmin se encogió de hombros. —No sé, me quede dodmido.

Hyunjin comenzó a reír al escuchar las palabras de su hijo. Esa era la pequeña maldición con la que había nacido, no importaba el lugar, hora ni ocasión, él siempre podía quedarse dormido en menos de cinco minutos.

—¿No te dijeron nada?

Negó. —Creo que no, no me acuerdo —confesó.

Hyunjin negó con su cabeza, intentando reprimir la sonrisa que amenazaba por salir.

Cinco minutos más tarde, habían llegado al destino deseado. Seungmin se adelantó y comenzó a correr hacia la entrada, en donde los profesores solían recibir a sus tiernos alumnos.

Hyunjin camino con calma tras el menor y juntos llegaron hasta la entrada, donde más niños eran dejados por sus padres.

El alfa no quería aceptarlo pero se sentía un poco nervioso, cosa que no era habitual en él. Tal vez se debe a la extraña situación que vivió con su hijo la noche anterior.