𝐗𝐗𝐕𝐈𝐈𝐈.

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Damiano.

"¿Cómo olvidarse de alguien? Esa es una pregunta que me hacen constantemente aquí, en los comentarios del canal. Ah, por si no lo había dicho, dale like al vídeo y suscríbete si quieres más tips psicológicos. En fin, a lo que iba, ¿cómo puedo olvidar a mi ex en tres simples pasos? Primero..."

El vídeo se reproducía una y otra vez, mientras me acababa el quinto cigarrillo de la noche.

"¡Nada de contacto con esa persona! Tenemos que deshacernos de su presencia en nuestras vidas, por lo que tener su número o seguir viendo sus redes sociales está totalmente prohibido. Segundo..."

Era una cabrona. Se había atrevido a llamarme después de todo. Y encima se creía la víctima de la puta historia, cuando no le había costado buscarse a otro tío.

"Deja de pensar en esa persona. Cuanto más lo pienses, más difícil va a ser olvidarse de ella..."

¿Por qué, siquiera, seguía teniendo mi número? Yo ya había borrado el suyo mucho tiempo atrás. De hecho, justo después de Eurovisión. ¿Seguiría teniendo también nuestras fotos? Yo sí lo hacía. Me había visto incapaz de borrarlas, aún por mucho que odiara mirarlas, eran nuestras. Y eso no podía quitárnoslo nadie. No podía quitármelo, ni siquiera ella, ni siquiera su novio francés perfecto, ni sus fotos de pareja en Grecia. Lo peor de todo es que me daba rabia vivir sin ella. Todo mi mundo parecía girar alrededor de alguien a quien ni siquiera veía, alguien que ya había rehecho su vida sin pensarme. Me sentía como un perro que intenta morderse la cola, siempre atrapado en el mismo momento, siempre atrapado en sus besos. En sus ojos.

Habían pasado horas desde aquella llamada, y yo seguía pensando en la cagada que había sido el tema del comentario.

"Y, tercer y último paso, mantente en paz contigo mismo, o contigo misma. Las relaciones no son para siempre, y muchas veces ninguna de las partes tiene la culpa. ¡Empieza a vivir por ti!"

Cerré el ordenador, dejándolo a un lado, con la mirada fija en el techo. Era ya de madrugada, pero me veía incapaz de conciliar el sueño. Las noches en Italia se me hacían largas, pesadas. Prefería las mañanas, porque me distraía con la banda. Me encantaba estar de vuelta con ellos, pero a lo largo del día me iba cansando y siempre buscaba tiempo para mí solo, que se acababa convirtiendo en largas horas perdidas en el bar de la esquina. El bar había cerrado hacía ya horas, y tenía a una chica durmiendo a mi lado. Tan borracha como yo. Cogí el móvil, entrando de nuevo en la foto donde se me había ocurrido dejar aquel comentario, y me quedé pensando durante largos minutos. Si lo borraba, la gente se daría cuenta, y habría incluso más especulación. Si lo dejaba, ¿qué? Total, la gente ya estaba hablando de ello. No había nada que pudiera hacer, si no...

Me metí en las notas del móvil, comenzando a escribir. La cabeza todavía me dolía. Demasiado cerveza, demasiado tequila. Demasiada marihuana. Pero nada más que eso. Nunca más.

visto lo visto, me veo obligado a decir algo sobre el comentario que dejé bajo la foto de léonie con su novio. no iba en tono irónico, ni sarcástico. léonie y yo nos reencontramos hace poco, y hemos conseguido salvar nuestras diferencias y comportarnos como adultos. ese comentario me salió desde el corazón, y desde el respeto por ellos.

porque duren muchos años más y sean muy felices.

damiano.

Alcancé los pantalones del suelo, y saqué del bolsillo un porro ya liado, un poco maltratado, pero que me serviría perfectamente para pasar la noche de nervios. Me daba asco la sensación de tener a aquella chica al lado. Tenía el pelo oscuro, casi negro, tan largo que se enrollaba con su piel mojada de sudor hasta el trasero. Era una preciosidad, pero no era ella. Y ahora ella era lo único en lo que podía pensar.

𝗢𝗪𝗡 𝗠𝗬 𝗠𝗜𝗡𝗗  ✮  damiano david.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora