Cardenal

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Carlos era valiente, desde el principio se ha descrito como una persona que corre los riesgos necesarios pero también teniendo siempre la cautela necesaria para no echar a perder las cosas.

En estos momentos estaba tomando un riesgo grande, estaba tomando una curva a máxima velocidad sin siquiera frenar antes, lo malo es que en este caso la persona que se llevaría el impacto si él se equivocaba era otra, lastima que no se dió cuenta de eso a tiempo.

El plan era el siguiente durante todo el fin de semana Checo y Carlos no se despegaran de ella, teniéndola siempre a su lado, además de que el teléfono de ella sería roto y su número lo cambiarían, para que igual con la ayuda del papá de Checo poder cambiarla de estado y que puedan desaparecer su nombre de los ojos de ese hombre, pero primero necesitarían la ayuda de Calderón con quién el mexicano aprovechando la "amistad" que tenían, hablaría para pedirle ayuda y preguntarle si de casualidad sabía quién era ese hombre y que tanto poder tenía en el estado donde la joven vivía, todo con el fin de saber si solo sacarla a ella o también a la madre de esta.

Después de un desayuno agradable y tranquilo en un lugar muy privado que a Carlos siempre le ha gustado procedieron a ir al Paddock, siempre llendo en un llamativo Ferrari rojo siendo seguidos por una camioneta negra de seguridad a la cual ella parecía observar fijamente casi todo el camino con una expresión difícil de leer.

-No los contratan en todos los gp, solo en este debido... Bueno ya sabes- No quería decir algo malo sobre el país de la joven pues sabía que había un cierto dolor en todos los mexicanos cuando hablaban de su inseguridad- Así que si te incómoda no te preocupes únicamente es en pocos gp que se hace eso- ¿Por qué mencionó eso?, total ella solo se quedaría con ellos ese fin de semana, pero ser consciente de eso le molestó un poco.

Hubo un silencio que únicamente era cortado por el sonido del auto y los sonidos de la calle afuera de este, fueron segundos que se sintieron minutos, ninguno de los dos sabía qué decir, tal vez el pensamiento de seguir juntos por más de un fin de semana les había gustado pero no podían decirlo.

-No es eso, estoy acostumbrada, cuando estoy en casa me sigue una todo el tiempo- El pequeño escalofrío que se notó en el cuerpo de la joven le dijo a él que lo mejor era cambiar de tema, aunque dudas vinieron a la mente de Carlos.


¿Qué tan importante o impotente era ese hombre para ponerle seguridad a ella quien solo era una amante?










Sergio se libró de algunas responsabilidades que tenía cuando llegó al Paddock, todo porque Felipe Calderón lo tomó de los hombros cuando lo vió entrar a su box, nadie del equipo pudo decir nada ya que pues era uno de los altos grados en la FIA y un expresidente del país donde estaban.

-Querido amigo, ¿De qué te acabo de salvar- Reía mientras hablaba el hombre, entrando con Checo todavía entre su brazo.

-Creo que de grabar una actividad- Se rascó el cuello, pues él le había llamado al mayor antes de llegar al recinto diciéndole que quería hablar urgentemente.

-Bueno y de qué querías hablar?, tienes algún tipo de problema con tu equipo? ¿Necesitas que busquemos otro? O es acaso acerca de Helmut y sus comentarios si te molestan solo dime y veo como la FIA lo sanciona- Calderón siempre se presentó como una persona que apoyaba fielmente siempre a su piloto favorito.

Sergio río levemente, Felipe y Slim siempre se comportaban así cuando se trataba de ayudarlo.

-No es nada de eso, este- Se le hacía tonto preguntarle a un expresidente acerca de un simple diputado federal actual pero no perdía nada, tal vez si no podía darle información contactaría a los amigos de su papá- Conoces a Enrique Quijano es- La cara que se iba deformando de Felipe lo interrumpió, al parecer sí tenía conocimiento de la existencia de ese hombre cosa que no parecía ser buena.

-¿Qué tienen tú y ese bastardo en común?- un tono fuerte sin rasgos de esa amabilidad con la que tendia a hablar, Checo se puso nervioso como si hubiera hecho algo malo pero principalmente su preocupación creció cuando pensó en la joven que ahora estaba con el Ferrari.

-Una chica- No sabía qué más decir, debía de explicarlo mejor pero sentía que tenía que obtener más información antes de decir algo más.

-Osea ya tiene otro Cardenal- Felipe mostró una decepción y resignación bastante fuerte.

-¿Cardenal? - Un pájaro, uno rojo, porque específicamente mencionó un pajarito con el color similar al cabello de la joven.

El mayor lo invitó a sentarse en los sillones de su oficina, sería una plática un poco fuerte y tendría que contar cuestiones que solo se conocen a voces.

-Enrique nació en una cuna de oro, su padre llamado Roberto es un empresario que se baña en petróleo, viene de familia política desde hace años, pero su madre era una persona completamente diferente, ella venía de familia de clase media, Elisa siempre fue muy cariñosa e inteligente era como encontrar un descanso en el infierno que es la vida política, conoce al padre de Enrique cuando ella era secretaria, se casan pero con el tiempo Roberto se volvió otra persona, tantas veces le dijimos a Elisa que saliera de esa situación- hubo una pausa, un silencio oscuro y doloroso algo malo se veía venir pero Felipe sabía que tampoco Checo tenía todo el tiempo del mundo como para aguantar su nostalgia.

-Nos hizo caso pero cuando se escapó de su jaula terminó siendo asesinada por el amor de su vida, Enrique estaba pequeño en ese tiempo, Roberto ocultó todo y pagó la cantidad necesaria para que no importará su esposa muerta, algo peculiar de Elisa que todos siempre recordarán era su peculiar cabello color cobre rojizo-
Checo entendió que no todo iba a ser tan fácil.

Solo es cuestión del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora