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Porfin llegué a casa, después de un largo día de trabajo, como todos los días, agradecí a Nam por cuidar de Kristen, pero antes de irse, me dijo que tal vez debería hablar con ella, ya que pudo notarla algo desanimada durante el día, esto me causó...

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Porfin llegué a casa, después de un largo día de trabajo, como todos los días, agradecí a Nam por cuidar de Kristen, pero antes de irse, me dijo que tal vez debería hablar con ella, ya que pudo notarla algo desanimada durante el día, esto me causó preocupación, así que justo después de que Nam se fuera, subí de inmediato a su habitación.

Cuando lleguè, ella estaba recostada abrazando su conejo de peluche y mirando al techo, sabía que de verdad algo andaba mal, normalmente ella siempre se quedaba leyendo algún cuento o corría a buscarme apenas me escuchaba llegar.

—Hola cariño, siento mucho haberme ido esta tarde sin poder avisarte, surgió algo en el trabajo, pero te prometo que tendremos un gran fin de semana juntas—le dije tratando de iniciar una conversación

—Está bien, lo entiendo—dijo con pocos ánimos y sin dejar de mirar el techo

—¿Sucede algo cielo?—preguntè, y ella de inmediato bajó la mirada y suspiró

—Creí que papá vendría, el ya no nos quiere, ¿verdad?—pude notar como su voz comenzaba a romperse

—No es eso cariño, es solo que, sabes que el sale en televisión, así que siempre tiene mucho trabajo, estoy segura de que el te adora—tratè de tranquilizarla

—Entonces, ¿porque nos dejó mamá?, ¿porque no me ha llamado?, es porque no hice mi tarea el otro día ¿verdad?, por eso el se fue y ya no nos quiere, es mi culpa—las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, eso me partía el alma, nunca antes había visto a mi hija llorar con tanto dolor, nisiquiera cuando se rompió su juguete favorito

¿Y si hubieras sido tu?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora