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Nam, sintiendo el peso de la tensión en el aire, decidió intervenir para suavizar el momento

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Nam, sintiendo el peso de la tensión en el aire, decidió intervenir para suavizar el momento.

—¡Qué bueno que llegaste, Rebecca! Ahora que estás aquí, podrás ayudarnos a terminar más rápido con las decoraciones—dijo Nam, rompiendo el silencio , Rebecca soltó una pequeña risa, aliviada por la interrupción de Nam. Faye, siempre sociable, aprovechó el momento para acercarse con una sonrisa amigable.

—¡Hola! Mucho gusto, soy Faye —dijo extendiendo su mano—Soy la hermana de Freen.

Rebecca la saludó con amabilidad, estrechando su mano.

—Hola, soy Rebecca…
Antes de que pudiera terminar la frase, Faye la interrumpió con una sonrisa

—Lo sé, sé quién eres, mi hermana me ha hablado mucho sobre ti.
Rebecca sonrió nerviosa, sin saber cómo reaccionar ante el comentario, mientras Freen, que ya se había sonrojado, le lanzó a Faye un pequeño golpe en el brazo

—¡Faye! —murmuró Freen, algo avergonzada, y Faye soltó una carcajada, divirtiéndose con la situación, Nam también rió, disfrutando del momento, mientras Rebecca y Freen se miraban, aún un poco incómodas pero más relajadas gracias a las intervenciones.
Freen, aún algo sonrojada pero retomando su papel de anfitriona responsable, se cruzó de brazos y miró a las demás con una leve sonrisa de autoridad.

—Está bien, ya basta de juegos, tenemos que apurarnos —dijo, señalando el reloj
—Los invitados llegarán en 20 minutos.

Nam, Faye y Rebecca se miraron entre ellas, asintieron, y se pusieron manos a la obra, terminaron de colocar los globos, ajustaron los últimos detalles de las mesas y organizaron el área de juegos.

En cuestión de minutos, el patio estaba completamente listo para recibir a los invitados, y justo a tiempo, apenas unos minutos después, el timbre sonó nuevamente, seguido de voces emocionadas de niños y el sonido de risas, los invitados comenzaron a llegar, y la fiesta cobró vida. El lugar se llenó de niños corriendo de un lado a otro, emocionados por los juegos y la decoración colorida.

Mientras los niños jugaban, las chicas se reunieron cerca de la mesa principal, la energía del lugar era contagiosa. Nam, fiel a su naturaleza, empezó a contar chistes y hacer comentarios graciosos, logrando arrancar carcajadas tanto de Faye como de Rebecca y Freen.

Kristen, emocionada, corrió hacia la britanica, con un grupo de sus amigos detrás de ella, sostenía su balón de fútbol en las manos, como si fuera un tesoro, con una gran sonrisa, se plantó frente a Rebecca.

—Becky, quiero presentarte a mis amigos —dijo Kristen con entusiasmo.
Rebecca se inclinó un poco para estar a la altura de los niños, sonriendo, uno de los pequeños, con ojos curiosos, se adelantó y dijo:

—Kristen siempre habla de ti, dice que eres muy buena jugando fútbol.
Otra niña, con expresión sorprendida, intervino rápidamente.

—¡Yo te vi en una película que salió en la televisión el otro día!

¿Y si hubieras sido tu?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora