FORBIDDEN, jintae.

둘

🌙

Dos años después

SeokJin sintió que el auto estaba extrañamente silencioso, especialmente con ocho personas apiñadas en un espacio destinado a cinco. El coche de atrás tenía otros nueve. Era todo lo que quedaba de su manada. Tan pronto como el pensamiento entró en su mente, lo forzó a salir de nuevo. Tenía que concentrarse.

Mirando a su izquierda, vio que su hermana se había quedado dormida finalmente, con rastros de lágrimas aún visibles en su rostro. HoSeok, su primo, la rodeaba con un brazo pero su atención estaba en la ventana.

Por el espejo retrovisor, pudo ver a los otros cinco. SoMi, una de las supervivientes más jóvenes, estaba dormida en los brazos de su padre, después de haberse agotado llorando por su madre. La mirada de SeoJoon estaba fija en ella, sus ojos oscuros, ya fuera de ira o tristeza, SeokJin no lo sabía. ¿Tenía la edad suficiente para entender que su madre se había ido? Cuando creciera, ¿recordaría siquiera cómo era JiWon?

Volvió sus pensamientos hacia la carretera y su destino. No había forma de escapar de lo desesperada que era su situación. El Alfa Supremo, Magnar, había ido en contra de su manada, los había calificado a todos como traidores. Cualquier manada en su territorio sería recompensada por capturarlos o matarlos y castigados por albergarlos. Significaba que tenían que alejarse lo más posible. Lo suficientemente lejos como para estar fuera del alcance de Magnar. Pero no lo suficientemente lejos como para caer bajo la jurisdicción de otro territorio y otro Alfa Supremo. Nadie quería meterse con Magnar. Y el Alfa Supremo al sur era el hermano de Magnar, por lo que no obtendrían simpatía allí. Si los encontraban en suelo vecino, los matarían o los devolverían. Era la definición misma de una roca y un lugar duro. Pero SeokJin tenía un plan. Por supuesto, era un plan loco, por lo que aún no lo había compartido con el resto de la manada. Pero ahora era el alfa, eran su responsabilidad, e iba a hacer lo correcto por ellos, lo mejor que pudiera. Sin embargo, no pudo evitar sentir, después de haber cumplido veintiún años, que de ninguna manera estaba preparado para lo que estaba por venir.

—¿HoSeok? —llamó suavemente cuando pasaron otra señal de tráfico.

—¿Mmm?

—Llama a SooBin, dile que tomaremos el próximo desvío.

SooBin, el hermano de HoSeok, se turnaba para conducir el coche que iba detrás de ellos con su compañero BeomGyu.

HoSeok sacó su teléfono e hizo la llamada, sus palabras fueron un murmullo silencioso. Se apartó el teléfono de la oreja por un momento, girando en su asiento.

—Quiere saber a dónde vamos.

—Solo dile que se quede cerca.

Lo dejaría hasta el último momento posible para dar la noticia. Sería más fácil una vez que ya estuvieran en su destino.